María del Carmen Sánchez Levi (1931-2018), Carmela Rey, del dueto Carmela y Rafael, vivió, al menos en un sentido, a la sombra de su segundo esposo, el tenor Rafael Vázquez: en el sentido vocal. Después del escandaloso divorcio que ella protagonizara, se casó con el cantante en 1959 y estuvieron juntos, tanto artística como vitalmente, hasta la muerte de ella en 2018. Cosa curiosa, él enfermó primero, ella lo cuidó, enfermó a la vez y falleció antes que el esposo quien le sobrevivió hasta 2022.
Vivió a la sombra musical y vocal de Rafael porque Carmela siempre fue la segunda voz, con escasas oportunidades melódicas que él como primera voz y como todo tenor bien pagado de sí, no desaprovechaba para su lucimiento. Tal vez vivieron una vida feliz como pareja, pues además de emprender una carrera artística a dueto, procrearon, tuvieron negocios juntos, no se divorciaron. Entonces la sombra viene de esa cualidad de segunda voz de la mujer a dúo con el hombre.
|”Amor de ayer”, de Agustín Lara|:
Pero en general, en los duetos que interpretó con otros cantantes, no sólo con Rafael, en películas o escenas con Alejandro Algara, Lucho Gatica o Javier Solís, la voz de Carmela queda reducida a segundo término, a una condición prácticamente armónica, sin mayor lucimiento melódico ni volumétrico, en posición de acompañamiento/acompañante del hombre, no de protagonista vocal como la mezzosoprano que había estudiado formalmente en el Conservatorio Nacional de Música nada menos que con Fanny Anitúa, la famosa contralto mexicana internacional que se había negado a dar clases a la gran voz de Toña la Negra.
Y Carmela acepta esa posición de segunda voz no sólo por ser mezzosoprano, la voz grave ante los tenores que debe armonizar las canciones, sobre todo porque ella acaso no quiso destacar como solista exclusivamente, mas cuando la escuchamos como tal en las grabaciones, suena como una voz sólida, incluso sobresaliente para el canto popular, con el entrenamiento clásico que le proporciona una excelente afinación, un color vocal homogéneo y un gusto delicado para interpretar que linda en la suave sensualidad.
|”Jamás”, de Agustín Lara|:
Nacida en Xalapa, Veracruz, había iniciado sus estudios vocales con la madre, pero ya en la Ciudad de México obtendría educación formal en el Conservatorio Nacional de Música; solfeo, armonía, historia de la música, italiano y voz con Fanny Anitúa. Se convertiría en cantante de canciones o cancionista interpretando boleros con la orquesta de José Sabre Marroquín y, como tantos, a Agustín Lara, de quien en los sesentas grabó al menos una veintena de canciones; lo mismo que Lupita Palomera. Así que ella cumple estrictamente con el criterio artístico y estético que aquí se ha venido exponiendo: entrenamiento clásico y canto popular de canciones que hoy son semi-clásicas.
|“Asómate a mi alma”, de Fernando Valades|:
Su registro de mezzosoprano es limitado para alcanzar la grandeza vocal de Toña la Negra o la profundidad de Elvira Ríos, mas es bello y seguro; además de ser ella misma como figura de una belleza excepcional. Así aparece en algunas escenas intimistas en la película Yo pecador sobre la vida del tenor José Mojica, de quien ya hemos hablado aquí. Entre ellas, el dueto de una linda canción (aunque el intérprete del rol de Mojica sea Pedro Geraldo) en que sí logra destacar sus cualidades aun a dúo.
|Carmela y Rafael cantan “Nuestro juramento”, de Benito de Jesús|:
Pero ella (ellos) explica la situación y circunstancia de las cosas:
Carmela: El único problema que vemos son fundamentalmente los celos artísticos que pudieron haber salido, pero cuando uno ama a la gente disfruta sus logros.
Rafael: No hubo envidia. Yo disfruto cuando ella canta sola y la veo entre telones, es muy difícil eso, aunque se dice fácil. La vanidad de los artistas es muy delicada.
Carmela: El ego de los artistas es delicado, pero nosotros hemos sido muy buenos amigos.
Entonces, Carmela decidió dejar un mucho de lado su rol de solista para abrazar el amor y la segunda voz en un dueto, Carmela y Rafael, que no sólo cantaba sino que escenificaba las canciones (tal vez el primer dúo en hacerlo, “La pareja romántica de México”, les llamaron), al grado de la exageración, ha dicho el comunicador y conocedor de la época, Héctor Martínez Serrano, al comentar el fallecimiento de la cantante en 2018. ¿Era escenificación o verdadera pasión artística y personal ese estilo?
Carmela: El estilo se dio solito, sin querer. Estábamos muy enamorados los dos, cantábamos muy junto uno del otro canciones muy motivantes. Cuanto cantábamos salía lo que sentíamos por el otro.
Y es que “primero nos conocimos como hombre y mujer”, subraya Carmela; de hecho fue fortuito que llegaran a cantar a dúo, cuando actuando ambos como solistas fueran animados por el público del Teatro de la Ciudad a cantar a capela “Dime si me quieres”, de Agustín Lara; así se concebiría Carmela y Rafael (Diálogo y citas tomados de la entrevista: “Rehúyen Carmela y Rafael a revivir su pasado amoroso”; Alejandra Mendoza de Lira, El Universal, 10 de abril de 2000).
|A dueto con Alejandro Algara, Carmela Rey obtiene mejor balance vocal; “Orgullo”, de Agustín Lara, en voz de dos de sus últimos intérpretes|:
Carmela y Rafael grabaron más de 100 discos y ella logró de todas maneras realizar grabaciones y presentaciones como solista, pero lo que vendía, el éxito, era la actuación en pareja, la primera y segunda voz y sus desplantes interpretativos. Carmela también realizó algunas películas y visitó con frecuencia la televisión sobre todo durante los sesentas y setentas, décadas cúspide para la pareja.
Discografía
Carmela Rey con las orquestas de José Sabre Marroquín y Enrico Cabiati (Musart M270)
Carmela Rey interpreta a Agustín Lara (Musart D369)
Carmela Rey - Agustín Lara (RCA Víctor MKL-1600)
Amar y vivir (Musart 1564)
|“Anoche te sentí”, de Agustín Lara|:
Filmografía
La mujer marcada (1957)
A sablazo limpio (1958)
Mi mujer necesita marido (1959)
Yo pecador (1959)
Viva la parranda (1960)
Las hijas del Amapolo (1962)
Escuela para solteras (1965)
|Un bolero-rock, “Plenilunio”; un sentido de modernidad sesentera|:
Como excelente cierre, “Encadenados”, de Carlos Arturo Briz Bremaunts; bella y sentida interpretación fílmica de Carmela Rey. Si bien Carmela fue siempre la segunda voz de Rafael, bien vale siempre la pena escucharla como Carmela Rey.

Héctor Palacio @NietzscheAristo