El mercado aéreo nacional gravita hacia el modelo de bajo costo; por ello compañías aéreas como Volaris y VivaAerobus se han ido consolidando. Estas dos aerolíneas sortearon de manera espectacular la crisis sanitaria por la que atravesó la industria aeronáutica a nivel mundial.

A diferencia de la aerolínea capitaneada por Andrés Conesa (Aeroméxico), quienes se vieron en la necesidad de acogerse al Capítulo 11 en los Estados Unidos, un procedimiento similar a nuestro Concurso Mercantil, que sirve para reestructurar una empresa y ver si es capaz de resurgir de sus cenizas antes de irse a la quiebra. Aeroméxico logró salir avante con el respaldo de varios préstamos, así como a los recortes de personal que llevó a cabo.

Esto trajo como consecuencia natural un “achicamiento” de la línea aérea del Caballero Águila. A esto debemos sumar todo el tiempo que llevamos en degradación a Categoría 2. El que Aeroméxico sea una aerolínea tradicional, cuyas operaciones están mayoritariamente enfocadas en el extranjero, vuelve casi evidente su problemática, es más, podemos decir que “se veía venir”.

Revisemos el nivel de ocupación de las aerolíneas, y resalta que Volaris se pone a la cabeza con un 40.3%; le sigue VivaAerobus con un 30.1%, y en tercer lugar encontramos a Aeroméxico con un 26.5%. Estos nos arroja un total de 77% de ocupación de asientos nacionales e internacionales, según la información que dio a conocer Miguel Torruco Marqués, Secretario de Turismo del Gobierno Federal.

Para entender mejor estas cifras veamos los factores que intervinieron en las diferentes aerolíneas. Partamos que en la aviación tenemos diferentes modelos de negocios; tanto Volaris como VivaAerobus son modelos híbridos de bajo costo, y Aeroméxico es una aerolínea tradicional que cuenta con una línea regional: Aeroméxico Connect.

Al tener un solo modelo, las bajo costeras están aprovechando al máximo todos los ahorros que se pueden realizar con el tipo de operaciones; tienen la ventaja de partir de varias bases y no centrarse únicamente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (ACIM), por ejemplo.

Otra circunstancia a favor de las bajo costeras es el tamaño de su nómina. La gran mayoría de los trabajadores de ambas aerolíneas provienen de empresas que prestan servicios a terceros, y sumado a que los trabajadores que tienen en nómina están afiliados a un sindicato blanco, la explotación laboral está más que garantizada.

En cambio, Grupo Aeroméxico a pesar del adelgazamiento en su plantilla, al manejar un modelo de negocio tradicional y uno regional, tiene que correr con los costos que eso implica, además de verse obligado a negociar no con un sindicato, sino con varias agrupaciones gremiales, lo que hace un poco más difícil la explotación laboral.

Además, estos números dejan al descubierto que allende los factores anteriores, las bajo costeras enfocan sus operaciones al territorio nacional, por lo que la degradación a categoría 2 les ha causado una afectación mínima. Si bien no les ha dejado crear nuevas rutas a Estados Unidos, sí han explorado otros mercados al sur del territorio nacional.

Todo esto les ha permitido colocarse por encima de Aeroméxico. Pero ¿hasta dónde es benéfico que el mercado se regule solo?, porque tenemos destinos con sobre oferta, como el caso de los vuelos a Cancún, pero pareciera que no hay otro destino de playa en el país; todo el mundo quiere ver el Mar Caribe.

Y no lo critico, pero falta muchísimo trabajo en materia de turismo, y debe hacerse de la mano de las líneas aéreas, para brindar más y mejores ofertas. Acapulco, Huatulco, Mazatlán, Manzanillo o Puerto Vallarta -por mencionar algunos destinos de playa- parecen estar desaparecidos del mapa. O como la queja que realizaron en una Conferencia Mañanera, que sólo hay un vuelo a Ciudad del Carmen, operado por Aerolitoral, o sea por Aeroméxico Connect.

Por eso mi insistencia en crear una política transexenal, en la que se impulse no solo el modelo de bajo costo, sino también el de las aerolíneas tradicionales (que dicho sea de paso, solo tenemos una), además de las regionales, porque ya ven que en el caso de Aeromar todo indica que está en sus últimos días.

El proyecto de la aerolínea administrada por la SEDENA estará enfocada a brindar servicio de manera regional, según palabras del titular de la Secretaría de Turismo, emitidas en la comparecencia que tuvo en octubre pasado en la Cámara de Diputados, donde también hizo mención de la pretensión por parte del gobierno actual de adquirir el nombre de la marca Mexicana de Aviación.

Así vamos cerrando el año, con las aerolíneas de bajo costo encabezando el movimiento del pasaje, con una sola aerolínea tradicional y una casi inexistente aviación regional que hoy se salva gracias a Aeroméxico Connect, mientras Aeromar sigue en una larga agonía. Ojalá y que el próximo año pinte mejor, pues hay muchísimo por hacer en materia de aviación civil.