La inédita -no por ello congruente- alianza entre los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) tuvo un resultado más que pobre en las elecciones de este 6 de junio, sobre todo si se toma en cuenta el empuje que recibió entre medios de comunicación y comentócratas.

Los tres partidos se presentaron en coalición en once de las quince entidades que estaban en juego, y en cada una de ellas se perfila su derrota.

Destaca el caso de Baja California, donde se vieron obligados a lanzar como candidata a la ex Miss Universo Lupita Jones, una ciudadana sin experiencia previa en la política, que al final quedó en un lejano tercer lugar, por debajo del PES.

En Campeche, el estado más disputado de toda la jornada electoral y tierra del líder nacional priista Alejandro Moreno, “Va por México” también aparece en tercer lugar.

En cuanto a la renovación de la Cámara de Diputados, el Prianrd compitió de manera conjunta en 219 de los 300 distritos electorales que estaban en disputa; de acuerdo con el corte del PREP en esta mañana de lunes, actualmente aventajan en 66.

Los resultados son especialmente mala noticia para el Revolucionario Institucional, pues tampoco consiguió triunfo alguno en los estados donde hizo alianzas parciales o se presentó por su propia cuenta.

Acción Nacional, por su parte, retuvo con tanta facilidad Querétaro y Chihuahua que a todas luces tuvo razón al no aliarse con el PRI en estas entidades.

CDMX tiene la ciudadanía más madura del país

No todo fue horror para “Va por México” y, de hecho, consiguieron una victoria más que digna en Ciudad de México, al arrebatarle varias alcaldías a Morena y ratificar el triunfo en algunas ganadas por el PRD en 2018.

Sin embargo, hay que resaltar que se trató de un fenómeno a todas luces atribuible al voto de castigo que sufrió Morena por el derrumbe en la Línea 12 del Metro y, muy especialmente, por la inacción del Gobierno de la CDMX en los días siguientes y la falta de renuncias de altos funcionarios ante la tragedia.

En todo caso, se comprueba que la capital del país tiene una ciudadanía siempre a la altura, que sabe buscar nuevas opciones y romper con el pasado, pero tampoco entrega cheques en blanco.

Por otro lado, el retroceso también habla bien de Claudia Sheinbaum, quien supo mantenerse al margen del proceso y evitar la tentación de las prácticas ilegales que deben ya ser erradicadas de CDMX y todo el país.

Movimiento Ciudadano es un espejismo

El triunfo en Nuevo León hace pensar a algunos que Movimiento Ciudadano se está consolidando como la tercera vía electoral del país, lugar que ocupó por algunas décadas el hoy alicaído PRD.

Pese a que Movimiento Ciudadano ahora gobernará dos de los estados más importantes del país (ganaron Jalisco en 2018), en realidad sólo aventajan en siete distritos electorales y su votación a nivel nacional es menor a 7 por ciento.

Según las estimaciones del conteo rápido del INE, el partido naranja tendría un máximo de 27 diputados en la próxima Legislatura, si se suman los plurinominales. Se trata de una bancada bastante modesta para un partido que se quiere presentar ante el electorado como una opción fuerte. Incluso, lucirán pequeños ante el casi medio centenar de diputados verdes, quienes serán los fieles en la balanza durante los próximos tres años.

Seis candidatas se perfilan al triunfo

Con los muy necesarios cambios a la legislación electoral, los partidos tuvieron que lanzar a 50% de candidatas a diversos puestos de elección popular; una proporción que no se reflejará en el número total de gobernadoras, pero al menos se observará un avance sustancial.

Si todo continúa como hasta ahora, seis candidatas se llevarán el triunfo. Vale resaltar que cinco de ellas son emanadas de Morena y sólo una de partidos de oposición, posiblemente porque reservaron su cuota de género a estados que ya daban por perdido.

El avance en la representación de mujeres en la política mexicana avanza, pero falta mucho por hacer y 25 estados del país seguirán gobernador por hombres, una proporción muy alta.

Morena pierde ganando

Finalmente, se debe hablar de las muchas lecturas para el resultado en la Cámara de Diputados.

Los líderes del PAN y el PRI consideraron un gran triunfo sus números menores a 20 por ciento de la votación, porque así de flacas andan sus caballadas, y destacaron que acabaron con la “mayoría absoluta” de Morena, algo que, en realidad, nunca existió.

Desde el histórico 1997, todos los partidos que ostentan el Ejecutivo Federal han logrado una votación menor en la elección intermedia. Todos. A algunos le ha ido peor que a otros y, en este sentido, lo de Morena debería preocupar a la oposición.

En 2018, con el impulso locomotor de la figura política más importante del siglo, Morena consiguió 37 por ciento de los votos para diputados federales.

Este año, sin AMLO en la boleta, se llevará entre 34.9 y 35.8 por ciento de los sufragios, según los conteos rápidos del INE.

Dicho en castilla: le quitaron pocos pelos al gato-tigre.

Sin embargo, la debacle del PES -debacle que pone de buenas y habla de una ciudadanía inteligente que no se traga los discursos Provida- le costará varios votos a Morena, y ahí es donde yace el gran cambio respecto a la actual legislatura y la que tomará posesión este verano.

Morena tendrá que negociar más y puede irse olvidando de reformas de gran calado en el Congreso de la Unión. Pero el partido en el poder salió muy bien librado de la elección, con 10 de 15 gubernaturas en la bolsa (más una de los aliados verdes), una mayoría simple en la cámara baja que da espacio para maniobrar, y los mejores pronósticos para el 2024.