No. No hemos de olvidar más. “Con el pueblo todo y sin el pueblo nada”, lo dijo innumerables ocasiones el expresidente López Obrador, lema que la presidenta Sheinbaum ha confirmado con convicción plena. Ese pueblo exige con la “conciencia revolucionada”, que se haga justicia, que capturen a los responsables de ese crimen atroz y sobre todo, que se diga quién o quiénes fueron los autores intelectuales. “No se protegerá a nadie”, “caiga quien caiga”, ha dicho la presidenta Claudia Sheinbaum.

¿Quién mandó ejecutarlos? ¿Por qué?

Clamamos se esclarezca y castigue a los responsables. Y no solo por ellos, sino por todos los que pierden la vida, por aquellos que salen de sus casas a trabajar y jamás vuelven… Cuando hay justicia, el dolor mengua, dicen… Los padres de Ximena y José y nosotros los mexicanos, exigimos que esta muerte violenta e injusta se resuelva.

No olvidaremos la conmoción que generó el asesinato, ni la aseveración de la fiscal Bertha Alcalde de que este crimen no quedaría impune. Ni de las palabras y el dolor de la jefa de gobierno Clara Brugada. Ni del desasosiego de la presidenta Sheinbaum y del secretario de seguridad Omar García Harfuch.

La impunidad es la madre de la violencia. En la mayoría de esos crímenes no hay consecuencias, por eso muchos salen de su casa para matar y después regresan a ella como si nada; como es el caso de los sicarios, como el que mató a Ximena y a José, que después de haberlos liquidado huyó para después esperar órdenes, indicaciones precisas de quién será el siguiente…

Se investiga, pero se omite, se aplaza… Pasan los días, los meses, la evidencia se pierde, se acumulan más y más carpetas en cuyas páginas están escritos nombres de personas de todas las edades, que perdieron la vida en hechos violentos, mientras las autoridades por razones injustas e incomprensibles dejan que el tiempo pase… Como está ocurriendo con el asesinato de Ximena y José, ¿Acaso pretenden que se nos olvide?

Las columnas más leídas de hoy

Un sicario esperaba Ximena y a José. Sabía ya su rutina. La tenían bien estudiada, iba por ellos, directo. Un profesional realizó disparos certeros hacia ella y luego descargó otros a José mientras se acercaba al carro.

Culminación de dos vidas con futuros prometedores…

Ximena Guzmán, era la secretaria particular de la jefa de gobierno Clara Brugada; la joven recibió ocho disparos y José, el asesor de la misma administración capitalina, recibió cuatro. Todo ocurrió a una hora llena de gente en una de las avenidas más transitadas de la Ciudad de México y lo más siniestro es que fueron ultimados justo cuando la presidenta Claudia Sheinbaum trataba con Omar García Harfuch, temas de seguridad del país.

En el transcurso de la conferencia alguien le avisó al secretario de seguridad Omar García Harfuch, los reporteros ahí presentes de dieron cuenta que algo inusual estaba ocurriendo… Conmoción total, esperábamos que dieran con los responsables con más rapidez, y hasta la fecha no sabemos nada.

El martes 20 de mayo, Ximena y José salieron de sus casas, se despidieron de su familia, y jamás volvieron…

“Las indagatorias han permitido identificar la participación de al menos cuatro personas; el agresor material y tres más que habrían apoyado en la logística, la conducción de los vehículos que sirvieron para huir”, señaló Pablo Vazquez, titular de la SSC.

La motocicleta negra fue encontrada a algunos metros del lugar, el chaleco, el casco con el ADN del sicario; la camioneta azul localizada en la alcaldía Iztacalco; ambos reportados como robados con el número de serie alterado. También estuvo involucrada otra camioneta gris en la que los asesinos huyeron al Estado de México.

En videos fueron captados los presuntos cómplices y el asesino. Escenas que grabaron las cámaras del C5 y que tenemos grabadas en la mente; terror al pensar que ella esperaba a su amigo, horror al saber que esos serían los últimos momentos de su vida, tristeza e indignación al pensar que José no alcanzaría ya a subirse al coche de su compañera. Los silenciaron…

Ximena y José salieron como cualquier día a trabajar; y el sicario salió como cualquier día a matar… Esa ola de violencia que generó Felipe Calderón sigue arrasando, y no se ha podido detener…

Hace casi tres meses que estos jóvenes fueron privados de la vida. ¿Volvemos acaso a los tiempos en que las autoridades esperan que estos crímenes se nos borren de la memoria?

No. No olvidaremos, tienen que decirle al pueblo de México quién fue el autor intelectual, el sicario y los cómplices, exigimos saber la razón por la que fueron ejecutados Ximena y José a plena luz del día.

La conmoción de esa mañana sigue latente, y nos indigna sobre manera que guarden silencio. ¿Por qué? ¿Están esperando a que se nos olvide?