1.- El nearshoring o re localización de las empresas en México. Este fenómeno que se analizó con motivo de los eventos económicos productivos que vivió Estados Unidos en la pandemia, al demostrarse la dependencia de insumos esenciales elaborados en países en otros continentes (microchips) y la fragilidad de las cadenas de producción en regiones alejadas (bloqueó canal de Suez), dejando como opción estratégica a nuestro país por la cercanía y facilidad de adecuación productiva, hoy se materializa con la llegada de Tesla y muchas otras empresas que se están instalando en México. No sólo es un tema de conveniencia laboral, sino de seguridad nacional para Estados Unidos.

2.- Las nuevas reglas de libertad sindical establecidas en el T-MEC y la reforma laboral de 2019, son las razones por las cuales Tesla no se instalará con un contrato de protección previamente firmado, sino que deberán ser los trabajadores quienes decidan si desean tener o no un sindicato, así como su constitución. Esto rompe la tradición de qué las empresas automotrices que se instalaban nuestro país, ya tenían firmado un contrato colectivo de trabajo antes de iniciar operaciones.

3.- También cabe señalar que en México ya está prohibida la subcontratación, así que esta es otra de las reglas que deberá cumplir Tesla al instalarse, además, existe una tendencia por acrecentar los derechos de los trabajadores como ha sucedido con las vacaciones dignas y los aumentos al salario mínimo de los últimos años, que también formarán parte de la relaciones laborales en esta empresa.

4.- Es una gran noticia que una empresa con este grado de tecnificación pueda instalarse en México, pues sin duda impulsara la profesionalización de los trabajadores, lo que siempre es una oportunidad de desarrollo para nuestros jóvenes.

Porque si hay quinto malo, el periodista Carlos Mota nos advierte en su Twitter que en la reunión de inversores de Tesla, los ingenieros de la empresa explicaron que instalarán una fábrica automatizada que reduce 99% el personal que requiere, así que antes de levantar las campanas al vuelo habrá que conocer el proyecto final instalado. Sin embargo, no deja de ser una buena noticia que las empresas estén llegando a México, no sólo por los empleos directos que genere su construcción y operación, sino también por los indirectos, que serán miles.

Vladimir Ricardo Landero Aramburu, Maestro en Derecho por la UNAM

Twitter: @riclandero