Ciudad de México.- Al comprar un vehículo, alrededor del 15 a 20 por ciento de su valor se pierde al salir de la agencia, aunque ello dependen del tipo de unidad.

Si bien adquirir un vehículo es una inversión, algunas marcas y modelos pierden su valor más rápido que otros a lo largo de su vida útil, de acuerdo con la guía de precios de Autométrica, el Camaro de General Motors es el automóvil que más se devalúa con un 25.4 por ciento de pérdida de su valor anual, donde se incluye un 18 por ciento, sólo de su salida de agencia y 7.4 por ciento por el desgaste del motor.

La guía emplea como referencia el Libro Azul, MercadoLibre.com, Carmudi.com.mx, y los mercados de autos del Distrito Federal; de acuerdo con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) el Camaro es el segundo deportivo más comercializado en el país.

Segundo lugar, Altima de Nissan, con 24.7 por ciento:

Tercer lugar, Aveo de Chevrolet y el modelo más reciente de Jetta de Volkswagen, en ambos casos con 24.1 por ciento:

Quinto lugar, Camry de Toyota con 23.8 por ciento.



El análisis se basa en una muestra de los autos más vendidos en México al cierre de 2013, donde se consideraron las características con el modelo de un año previo y el desgaste de motor de 25 mil kilómetros recorridos, promedio anual de uso de cada unidad.

El Camaro resulta de los más devaluados porque existe una gran disponibilidad en el mercado, además cada año el modelo dispone de tecnología más avanzada; en el extremo contrario se encuentran las marcas y vehículos cuyas refacciones son difíciles de conseguir y su presencia en el país no es tan amplia. 

David Placencia, presidente de la Asociación Nacional de Comerciantes de Automóviles y Camiones Nuevos y Usados, concordó en que los autos que más pierden su valor son los deportivos y los de lujo, sobretodo en marcas como Volvo, Mitsubishi, Susuki.

Los primeros seis meses de este año, la venta de autos nuevos se devaluó en el país hasta un 0.3 por ciento, la cual está afectada por condiciones económicas como el deterioro de la confianza del consumidor y la importación de vehículos usados.

Con información de El Financiero