Londres, 24 feb (EFE).- La economía británica muestra signos de recuperación a principios de este año, tras la contracción del 0,2 por ciento experimentada en el último trimestre de 2011, que hoy confirmaron las estadísticas oficiales.

La Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, en inglés) ratificó el descenso ya anunciado en los tres últimos meses del año pasado y revisó a la baja su pronóstico de crecimiento total del Producto Interior Bruto (PIB) para 2011, del 0,9 al 0,8 por ciento.

La confirmación de la contracción significa que, si el decrecimiento se repite en el primer trimestre de 2012, el Reino Unido -tercera economía europea en tamaño tras Alemania y Francia- caería técnicamente en recesión.

Sin embargo, instituciones oficiales como el Banco de Inglaterra o la Oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR, por sus siglas en inglés) -auspiciada por el Gobierno- estiman que eso no ocurrirá, ya que se ha observado un repunte de la actividad industrial y, según las encuestas, ha aumentado el optimismo entre las empresas.

El gobernador del banco central, Mervyn King, augura que durante la primera mitad de este año la evolución económica será "volátil" y en "zigzag", pero se eludirá la recesión y habrá una recuperación en el segundo semestre.

La OBR predice un crecimiento este año del 0,7 por ciento, frente al 1 por ciento del Banco de Inglaterra y el 0,9 por ciento de la Confederación de la Industria Británica (CBI, en inglés), la patronal de empresarios.

No se espera una recuperación de los niveles medios de crecimiento, de alrededor de un 2,3 por ciento, hasta 2014, con un aumento moderado en los años precedentes, dependiendo en parte de la evolución en la zona del euro, según estos organismos.

En este contexto, expertos como John Van Reenen, director del Centro de comportamiento económico de la London School of Economics, consideran que el riesgo de recesión "es aún muy real" y el Gobierno no debería ignorarlo en su política económica.

"El futuro es muy incierto y, aunque parezca que actualmente hay un repunte, en realidad eso no significará más que un estancamiento de la economía, a las puertas de una posible recesión", declaró hoy a Efe.

Van Reenen advierte de que el gran peligro es el aumento del desempleo -actualmente un 8,4 por ciento de la población activa, el más alto en 16 años- y la asociada caída del consumo, que impedirá la consolidación del crecimiento.

En su opinión, esto se deriva de la estrategia económica del Gobierno de David Cameron, enfocada al drástico recorte del gasto público, lo que, junto con la caída de la demanda, deja poco margen para que la economía se expanda.

"El problema es que el Gobierno está atrapado en su propio plan de recortes, ya que ha dicho tantas veces que no lo cambiará que, si lo hiciera ahora, se arriesgaría a una caída de los mercados", dice Van Reenen, quien anticipa pocas variaciones en la propuesta de presupuesto que el ministro de Economía, el conservador George Osborne, presentará el próximo 21 de marzo.

Para el experto, otro gran peligro es que el creciente desempleo desemboque en un gran número de desempleados a largo plazo, con la consiguiente pérdida de experiencia y motivación de buena parte de la población activa, algo "de lo que es muy difícil recuperarse", como se evidenció en los años 90 tras los recortes de la entonces primera ministra conservadora, Margaret Thatcher.

Frente al riesgo en ciernes de recesión, la CBI ha pedido al Ejecutivo de coalición que, junto con las medidas para reducir el déficit, aplique estímulos como -sugiere- ventajas fiscales para las empresas e incentivos para la inversión en infraestructuras.

Por su parte, los sindicatos, así como la oposición política, piden un incremento de la inversión pública y, en el caso de los primeros, también más impuestos al sector financiero, el único que, pese a ser el máximo responsable de la crisis, vuelve a registrar millonarios beneficios.

Judith Mora