Managua, 24 feb (EFE).- Al menos 10 reclusos y cinco vigilantes heridos, incluido el director del penal que fue golpeado por prisioneros que lo mantuvieron retenido por casi seis horas, fue el saldo de un motín ocurrido hoy en una cárcel del norte de Nicaragua, informaron diversas fuentes.

El incidente se desató a las 09.00 hora local (15.00 GMT) en la cárcel Puertas de la Esperanza, ubicada en el municipio de Estelí, a 146 kilómetros al norte de Managua, cuando un grupo de reclusos se amotinó en reclamo a mejores condiciones, según activistas de derechos humanos, aunque el director del penal, Inés Elías Rocha, dijo que fue por una reyerta.

Rocha fue retenido por los reos, que lo golpearon y apedrearon, y tras casi seis horas de negociación, fue liberado.

El funcionario aseguró que la situación llegó a "un feliz término", tras alcanzar acuerdos preliminares entre las partes.

El suceso también revivió el debate sobre un supuesto hacinamiento en el sistema penitenciario nicaragüense, en el que habría unos 7.000 reclusos, según una organización defensora de los derechos humanos, ya que no hay cifras oficiales al respecto.

Por su parte, el delegado municipal en Estelí del no gubernamental Centro Nicaragüense de los Derechos Humanos (Cenidh), Alberto Rosales, confirmó a Efe que la revuelta en esa cárcel dejó al menos 15 personas con heridas leves.

Rosales, quien permaneció a las afueras del penal, calificó como "alarmante" el motín.

En la cárcel Puertas de la Esperanza hay 838 personas recluidas, precisó a periodistas el viceministro de Gobernación, Carlos Nájar, quien de Managua viajó a Estelí para negociar con los reclusos.

El Ejecutivo envió a agentes antidisturbios y soldados hasta el penal, para mantener el orden en los alrededores del lugar.

Tras el motín, los reclusos exigieron a las autoridades la destitución de dos funcionarios, a quienes acusan de cometer constantes abusos y también pidieron mejor alimentación, equipos para practicar deportes y televisión por cable.

Las peticiones están en consideración de las autoridades, según las fuentes oficiales.

Tras el incidente, la presidenta del Cenidh, Vilma Núñez, reiteró que el sistema penitenciario nicaragüense está "saturado" con unos 7.000 reos.

Núñez acusó al Ejecutivo de no permitir al Cenidh ingresar a los penales desde hace tres años.

El portavoz de la Policía nicaragüense, Fernando Borge, admitió a periodistas que en las celdas preventivas hay "dificultades", aunque no dio más detalles.

El motín en el penal nicaragüense se da nueve días después de que un pavoroso incendio en una cárcel del centro de Honduras matara al menos a 360 personas, en una de las peores tragedias carcelarias registradas en los últimos años.

Además, el pasado fin de semana, en el penal de Apodaca, México, murieron 44 presos tras una riña en la que otros 30 reclusos escaparon.