México.- La muerte de Miguel Nazar Haro, ex responsable de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), revivió en Rosario Ibarra el doloroso pasaje en el que cientos de jóvenes fueron torturados hasta la muerte, sin que los responsables hayan sido castigados.
En entrevista con el diario La Jornada, la presidenta del Comité Eureka, lamentó que Nazar Haro, a quien acusa de la desaparición de su hijo, Jesús Piedra Ibarra, haya muerto sin ser castigado.
Ibarra recuerda que conoció al responsable de la extinta DFS a finales de 1976, cuando acudió a su sede a preguntar por su hijo, desaparecido en 1975.
Jesús Piedra fue acusado de estar ligado al secuestro del empresario Eugenio Garza Sada y de pertenecer a la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Recuerda la búsqueda que emprendió en muchos penales.
“Me decían que mi hijo estaba en tal cárcel. Iba a tal cárcel, adonde fuera, al Campo Militar de la Joya de Torreón, al Campo Militar número Uno. Junto con mi hija Claudia anduvimos como locas en todos lados. Y pues no, en ninguna parte lo encontramos”.
Entonces le viene a la mente que un año después de la desaparición de su hijo, se reunió con Nazar Haro, quien le aseguró que el gobierno federal no lo tenía, y al insistirle acabó por decirle que mejor le preguntara a las guardias blancas de Garza Sada, aceptando que este grupo era el responsable de la desaparición de su hijo.
La también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, recuerda a Nazar Haro:
“Era un hombre bajito, de ojos azules, muy azules, de pelo entrecano, seco en su hablar, pero muy correcto. Su aspecto no era el del hombre que disponía de las vidas de los demás sin vacilar. Parecía un hombre honorable, que nada tenía que ver con el director de un centro en el que se vejaba, se lastimaba sin piedad a seres humanos, con los que cometían todo tipo de atrocidades sólo porque pensaban distinto”.
En cuanto a las torturas, señala: “Lo hacían él y sus secuaces. Él dirigía. Nos contaron que a Nazar Haro le gustaba empezar a lastimarlos, con sus propias manos”.
“Ya murió él, y antes Fernando Gutiérrez Barrios y Moya Palencia y no hubo justicia. Sólo queda vivo Luis Echeverría. Y muchísimas familias a las que llenaron de dolor esperan aún encontrar a sus hijos y esposos desaparecidos”, expresa Rosario Ibarra.