México, 25 Ene. (Notimex).- La novela negra en México se ha convertido en un recurso literario que refleja la realidad del país, al igual que ocurrió en otros, como Estados Unidos, coincidieron los escritores Bernardo Fernández BEF, Francisco Haghenbeck y Mauricio Carrera.

Lo anterior ocurrió durante la charla "Tensiones altas de la novela negra", que se llevó a cabo en el Centro de Creación Literaria "Xavier Villaurrutia", como parte de los ciclos de charlas con escritores programadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), para este 2012, en dicho recinto.

En el acto, Haghenbeck dijo que el escritor Mario Puzo es el mejor ejemplo de esta idea, "pues él logró llegar con su obra "El padrino" a las entrañas mismas del origen de la criminalidad en su país, con lo cual convirtió a este libro en un reflejo y una crítica de todos los ámbitos involucrados".

Añadió que "en México, la novela negra o policiaca ha hecho aportes muy interesantes que, como todos los títulos del género, se han convertido en un reflejo de la realidad.

"Por fortuna hay una nueva generación de autores comprometidos con el género o los subgéneros que de él se derivan, que no les da miedo ser catalogados como escritores de ciencia ficción, terror o policiaco".

Como ejemplos de esta nueva camada, mencionó a Yuri Herrera, Iris García, Toño Malpica y Édgar Mendoza, quienes han creado obras innovadoras para el contexto nacional, con temas y perspectivas poco vistas, con lo cual se demuestra que la novela negra está más viva que nunca.

En este sentido, subrayó que "la novela policiaca es el mejor espejo de las culturas del mundo, si uno está interesado en conocer las condiciones sociales, reales, de otro país, sean los países nórdicos, Inglaterra, Chile o Argentina, hay que acercarnos a sus escritores del género".

Por su parte, Mauricio Carrera señaló que la primera gran novela negra de la historia es "Crimen y castigo", del ruso Fiodor Dostoievski, "que, desde luego, no está planteada como tal, pero su anécdota y desarrollo son un ejemplo clásico de lo que a la postre sería el género policiaco".

"Lo que quiero señalar con esta referencia es que lo más interesante del género es su capacidad para establecer un vínculo cercano con la realidad, con el momento histórico en que se desarrolla, lo cual considero es un aspecto que lo hace vigente, que le otorga profundidad y sentido", apuntó el autor de "Nuevo Periodismo y Novela de No Ficción: una distinción necesaria".

En su turno, Bernardo Fernández BEF recordó que un diario español acuñó el término "Generación Z" para definir el trabajo de los autores mexicanos contemporáneos que, dice en concordancia con los comentarios de sus compañeros de charla, "están interesados en generar historias que contengan elementos reconocibles por todos en este momento particular".

Además, dijo, vienen acompañados del humor, un elemento que caracteriza a la novela negra mexicana, que encuentra en Paco Ignacio Taibo II a uno de sus mayores representantes, quien incluye en sus textos referencias a las condiciones sociales del país, pero con ironía.

BEF agregó que ante la circunstancia actual de que la literatura se ha globalizado, las traducciones de sus libros, al igual que las de sus compañeros se ven en dificultades para adaptarse al lenguaje local.

Aseguró que en España todo lo localizan, así defienden ellos su idioma, pero en otros países como Alemania e Inglaterra, los traductores se preocupan más por respetar el significado de las frases de la lengua de origen, aunque debemos reconocer que en el caso de los chilangos, sí los ponemos en serios problemas.

Al respecto, dijo que tiene dos personajes que son judiciales y siempre se saludan con alburey que la novela negra está aterrizada en la realidad, en lo que vivimos ahora, en este momento.

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