México.- La cirugía bariátrica será una opción que hospitales del sector público podrá dar a pacientes que padezcan obesidad mórbida.

Con 76 votos a favor, el 4 de noviembre el Senado aprobó esta reforma a la Ley General de Salud que entrará en vigor al siguiente día de que el ejecutivo emita el decreto.

La reforma señala que todas las instituciones públicas que forman parte del Sistema Nacional de Salud podrán integrar este tipo de cirugía como tratamiento de la obesidad mórbida y sus comorbilidades. Sin embargo, las personas candidatas deberán cumplir con los criterios de salud, normas y protocolos.

“Las instituciones de salud pública y privada, así como los establecimientos autorizados que practiquen la cirugía bariátrica, procurarán contar con la infraestructura multidisciplinaria adecuada para dichos procedimientos de alta complejidad, de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables”

Senado

Esta reforma también busca impulsar programas y campañas de información sobre buenos hábitos alimenticios, una sana nutrición y promover el ejercicio como métodos para evitar el sobrepeso, obesidad y trastornos de la conducta alimentaria.

El senador del PRI y promotor de la reforma, Manuel Añorve, aseguró que de acuerdo con especialistas en nutrición, a algunos pacientes les es imposible bajar de peso con un tratamiento no quirúrgico, por lo que esta opción es para algunas personas la única forma de bajar de peso.

Añorve Baños expuso que entre los motivos para proponer este cambio a la Ley General de Salud es que la obesidad mórbida disminuye la expectativa de vida, causa discapacidad, minusvalía y causa problemas de exclusión social.

“El tratamiento quirúrgico de la obesidad es una opción segura y efectiva para lograr una pérdida de peso sostenida en el paciente obeso, para resolver, o mejorar las comorbilidades asociadas a la patología y reducir la mortalidad relacionada con la obesidad”

Manuel Añorve

La reforma señala que las personas que podrán ser sometidos a cirugía para bajar de peso deberán:

  • Haber estado al menos por un año en tratamiento que no funcionó.

  • Ser mayor de 18 años.

  • Sin contraindicaciones clínicas o psicológicas.

  • Tener adecuado estado físico para la anestesia y cirugía.

  • Índice de masa corporal mayor a 40kg/m2 o 35 kg/m2 con una o más comorbilidades.

  • Prepararse física y emocionalmente para cambiar el estilo de vida.

  • No ser dependiente de alcohol o drogas.