Telixtlahuaca, Oaxaca.- Camino detrás de Nicolasa por senderos que dividen milpas relucientes por la luz de la mañana. Algunas todavía están lastimadas después de haber sido pisoteadas y gaseadas por las fuerzas de seguridad que el 19 de junio del 2016 arrasaron con este poblado, al igual que lo hicieron con Noxchitlán. Varias siembras de alfalfa y frijol que también vamos dejando a nuestro paso se encuentran igualmente deshechas.

-¿Qué tenían que estar haciendo los policías aquí?- grita Nicolasa con indignación y luego empiezan a ladrar a lo lejos unos perros de campo.

Tras rodear una hilera de nopales chamuscados llegamos hasta el lugar al que vamos. Los perros dejan de ladrar cuando nos ven llegar a la casa de madera de Valente Maza Cruz, un campesino de 74 años que vive a la orilla de la carretera y que fue torturado durante el operativo conjunto entre fuerzas federales y estatales que acabó con la vida de 8 personas y dejó heridas a decenas.

Don Valente, aunque fue víctima de abuso policial, no aparece en los informes oficiales al respecto. Su ranchito se encuentra en un predio llamado Tierra Colorada, que está entre los límites de Telixtlahuaca y Huitzo, pueblos de los Valles Centrales que también fueron intervenidos durante los hechos conocidos como la Masacre de Nochixtlán. Aquí nació este hombre y aquí ha pasado toda su vida. Mientras alimenta a sus burros, empezamos a charlar.

- Todo esto pasó el 19 de junio. Yo estaba acarreando zacate con el burrito. Venía del monte, de arriba, cuando ya estaban los federales ahí. Y yo estaba descargando el zacate. Lo descargué y pasó.

- ¿En qué traía el zacate? ¿En una tartana?

- No, así, en el lomo del burro. De carga, así se le dice. Entonces acabé de descargar el burro bajo del puente y me venía para acá para amarrarlo cuando venían pasando allí pero ya traían a los maestros pa'bajo. Los traían persiguiendo ya.

- ¿Eran federales?

- Sí.

- ¿Pero qué le dijeron cuando lo vieron?

- No, no me dijeron nada, me agarraron así porque ya venían enojados por lo mismo que no le podían hacer nada a los maestros, yo creo. Y ya venía jalando a mi burrito cuando ellos pasaron junto de mí y luego que me agarran. Me tiraron, me arrastraron. Me agarraron, así como estoy jodido, de mis pieses. Me llevaban arrastrando. Me acuerdo que yo les dije que qué cosa querían, que yo no estaba en eso, que estaba trabajando, acarreando zacate verde. Me pegaron y me dejaron tirado ahí.

- ¿Entre cuántos?

- Eran tres o cuatro policías porque los demás se vinieron pa'abajo. Pero tres o cuatro se me fueron a mí.

- ¿Y no le preguntaron nada?

- Nada.

- ¿Cómo cuántos golpes recibió?

- No, patadas. Tenía como ocho días y no podía acostarme de ningún lado. Sentado estaba yo nomás. Me tiraron patadas pa'todas partes, en mi espalda tenía yo, todo. Lo único que esta parte de aquí me pegaron patadas así y no podía estar yo acostado.

- ¿Habían venido los policías antes a meterse para acá?

- No, nunca. Lo único ese día del pleito de los maestros me agarran ai. Y ya les digo que yo no estaba en ese pleito, que yo andaba trabajando.

- ¿Y después de las lesiones se ha atendido?

- No, pues, después de eso fui a un doctor particular. Como no aguantaba porque no podía acostarme por ningún lado fui al doctor.

- ¿Qué le dijo el doctor?

- Pues que estaba yo mal por lo mismo de los golpes, por las patadas que me dieron.

- ¿Se acuerda más o menos cómo eran físicamente los policías que lo golpearon?

- Pues de caras conocí a uno así, pero yo pensaba que no me iban a hacer nada, como no estaba yo en eso. Así de cara conocí a uno pero ya no me acuerdo. Son altos. Parece que venían de los estados del norte; son altos ellos.

- ¿Lleva un tratamiento ahora?

- Pues estoy yendo a un tratamiento. Me dieron tres meses y que si no se me quitaba me iban a operar. O sea que aquí en mis… mis testículos. Sí, se me hizo una bolsa de agua. Entonces yo fui a México, ahí tengo una hoja donde dice el hospital que fui. Según me dieron tres meses y tengo que ir otra vez para ver si se me quitó. Si no me tienen que operar.

- ¿El gobierno es quien lo está atendiendo?

- No, yo busqué doctor particular para que me atendiera. Pero después fui allá y allí me vio un doctor de un hospital, no recuerdo qué hospital.

- Entonces los golpes que recibió fueron por aquí: en el estómago, en las costillas.

- Sí, todo eso estaba morado, mi brazo, todo.

- ¿Y la primera patada?

- Por aquí me la pegaron [se toca el rostro]. En esa me descontaron. Ora además de eso me pegaron en todo el cuerpo. Ora sí que porque soy campesino le aguanté.

- ¿El conocimiento no lo perdió?

- No. O creo que tantito porque yo traía jalando mi burro y después ya no supe pa'dónde se fue.

- Lo golpean aquí y luego llega su hermana y lo saca.

- Sí. A tiempo llegó porque ya estaba la humareda.

- Ella vino a sacarla. Nosotros le dijimos dónde venía la maestra. La acompañaban un grupo de maestros y padres de familia.

- Ahí, donde está esa carretita, estaba descargando el zacate. Cuando ya venía con el burro, jalándolo, me agarraron adelantito, pa'ca del puente.

BOMBARDEO INDISCRIMINADO

Los helicópteros de la policía federal realizaron un bombardeo indiscriminado a los sembradíos de Telixtlahuaca y Huitzo que estaban alrededor de la carretera en la cual se enfrentaban con los manifestantes. Solo en el ranchito de Don Valente tiraron ocho bombas.

El campesino me enseña cuatro cartuchos. Tenía otros cuatro pero se los llevaron integrantes de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad de Oaxaca, una organización no gubernamental que ha documentado su caso, así como el de otros pobladores de Telixtlahuaca y Huitzo.

- Ese día, después de que me golpearon, vino mi hermana la que es maestra y me sacaron cuando estaba la humareda de gas aquí. Entonces la camioneta se metió ai, en ese camino escondido donde hay mucho árbol.

- ¿Y estas las aventaban desde los helicópteros?

- Sí. Desde arriba. Los helicópteros andaban todo ai, pero al tiempo se cerró todo de humo. Y luego me sacó mi hermana para mi casa.

- O sea, después de que lo golpearon lo bombardearon de gas.

- Sí, de gas. Todo por ahí así estaba. Yo no sentía mucho mi cuerpo porque estaba caliente pero no más llegué a la casa ya ni pude dormir del dolor. Cayeron ocho o más. Todo eso de la orilla estaba la humareda. Entonces me vino a sacar mi hermana que es maestra. Ya venía una señora llorando de tanto humo que ya no aguantaba.

- De los ardores.

- Sí, el ardor.

- ¿Le ofrecieron reparar los daños que le hicieron a su tierra? Porque ustedes consumen ese maíz.

- Pero ese maíz ya no lo consumimos porque ahí tiraron mucho también. Sobrecitos así… Aquí no sacaron las armas para matarnos como lo hicieron en Nochixtlán.

“DA MOHÍNA PORQUE NO ESTÁ UNO EN ESO”

Don Valente se levanta todos los días a las 5:30 de la mañana. A las 6 sale con su burro a realizar los trabajos del día. El domingo que lo torturaron había ido a cortar zacate para poner la tierra y sembrar frijol de nuevo en su predio. 

- ¿Usted cree que haya justicia para aquellos policías que abusaron de su poder?- pregunto

- (Se ríe) No. No va a haber. Los tapa el mismo gobierno. A lo mejor dirán “ya están castigados. Ya los tenemos ai”, pero no es cierto. Yo por ejemplo ese día si  hubiera tenido algo así como usted pues ai los dejo porque da mohína, ¿no?, de que uno está trabajando.  [Calla al perro] Da mohína porque no está uno en eso. Sí mi familia, mis hermanas andan en eso, pero yo no andaba en eso. Esa fue mi mohína, porque yo estaba trabajando.

- ¿A otros campesinos también los atacaron?

- Sí. Sé de algunos, pero no se animaron a decirles a los que venían a preguntar de Derechos Humanos.

- Pues muchas gracias, Don Valente, por dar su tiempo. Y ojalá que haya justicia.

- No, no, no va a haber.

- ¿No?

- No, ¿ porque quién los va a agarrar?