México.- Todo parece indicar que en la muerte de cinco miembros de una familia en San Jerónimo se planeó un homicidio-suicidio.

De acuerdo con las primeras indagatorias plasmadas en la carpeta de investigación de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México, Mireya pactó con sus padres terminar con sus vidas y con la de tres niños.

Incluso, la mujer, de 38 años, egresada de la carrera de mercadotecnia en la Universidad Del Valle de México, habría dicho que si no moría por ingesta de medicamentos, como lo planeó, tendría las fuerzas para tomar una pistola y dispararle a todos, según lo escribió en un recado póstumo.

No se tomó en cuenta abuso sexual

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Jesús Mora, abogado de Mireya Agraz, reveló que la decisión de la mujer de acabar con la vida de sus tres hijos, un niño de 10 años y dos gemelas de seis años, fue tras perder la custodia de los menores.

Indicó que la mujer inició un calvario ante tribunales porque pese a que denunció y demostró los abusos sexuales que cometió el padre de sus hijos hacia el niño, 10 años de edad, la juez determinó otorgarle la patria protestad a él, un abogado y empresario de quien se separó en 2011.

“La decisión de Mireya Agraz fue producto de años de acoso de su exesposo y de haber denunciado que él abusaba de sus hijos”, señaló el litigante.

El abogado de Mireya relató que la mujer buscó ayuda hasta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, e incluso se interpuso un recurso de revisión del caso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

“Yo solicité que fuera atraído su caso por lo delicado”, porque la juez undécimo de lo familiar ordenó la entrega de los niños, desde una sentencia del año pasado. “Incluso, condenó a los abuelos y a la familia materna a que no podían tener contacto con los menores”, acusó.

Subrayó que pese a que se comprobaron los abusos sexuales, la juez no lo tomó en cuenta y tachó el caso como un asunto personal.

Nunca voy a dejar a mis hijos a ese

“Nunca voy a dejar a mis hijos a ese”, expresó alguna vez Mireya, quien al verse sin la patria potestad de sus hijos, porque no se le dio curso adecuadamente en juzgados, junto con sus padres Enrique y Rosa María planeó su muerte junto a sus tres hijos.

El miércoles por la noche, un empleado de la familia llegó a la residencia en la colonia San Jerónimo, en Magdalena Contreras, y halló los cadáveres de Mireya, sus tres hijos y el abuelo. Rosa María sobrevivió a la intoxicación y está hospitalizada en calidad de probable responsable.

En la cama se encontraban los pequeños Emiliano, de 10 años, y las gemelas Aranza y Regina, de 6, y junto a ellos estaba una Biblia, un Cristo de madera y la carpeta con un recado.

En un catre estaba el señor Enrique, de 70 años, padre de Mireya, y al pie de la puerta estaba su esposa, Rosa María.

El hermano de Mireya declaró a la PGJ que sufría depresión y señaló que, en días pasados, sintió preocupación por la celeridad con la que sus padres tramitaron su testamento.

Y la mañana del miércoles al no contestar sus llamadas tuvo que mandar a un trabajador a la casa para ver qué sucedía.

El Facebook se revelaron más datos sobre tragedia. Ahí se denunciaron los abusos por parte del ex esposo.

"Por favor para todos los que luchamos por encontrar a esa persona especial que nos ame y cuando nos digan todos cuanto nos rodean que esa persona no nos conviene y que es un miserable por favor escuchen!

"Es por culpa de un asqueroso chantajista, manipulador y poco hombre que nuestra amiga y sus hijos perdieran la vida, el infeliz jamás los dejó en paz hasta que acabó con toda la familia", posteó un amigo de Mireya.

¿Y el padre de los niños?

“Él fue quien colocó a la señora Mireya al final del precipicio y la obligó a dar el paso que ella tomó”, expuso el abogado Jesús Mora, quien consideró que la Procuraduría capitalina debería de investigar hasta qué punto él la llevó a tomar la lamentable decisión.