Estados Unidos.- El aspirante presidencial por el Partido Demócrata, Bernie Sanders, está de nueva cuenta en el ojo del huracán, ante la polémica por una visita que hizo a la entonces Unión Soviética en la década de los 80.
Sanders viajó junto con su esposa en lo que ya ha denominado como una “muy extraña luna de miel” en el país comunista, en donde señaló que fue recibido con mucha hospitalidad.
Tras el viaje, Sanders, quien actualmente se define como “Demócrata Socialista”, señaló que debían tomarse “las fortalezas de ambos sistemas” (socialista y capitalista) y “aprender unos de otros”.
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Mientras que en el 2016, en su inesperado reto a la candidatura de Hillary Clinton, su viaje a la URSS fue recordado levemente, ahora, en medio de un ambiente de neomacartismo ahora impulsado por el ala conservadora del Partido Demócrata, este acercamiento con los soviéticos está siendo usado en su contra.
A la difusión de un video en donde Sanders aparece sin camisa, brindando con funcionarios y ciudadanos soviéticos, se suman otros detalles de su visita.
En cierto momento, Bernie Sanders criticó ante sus anfitriones, los altos costos de la salud y la vivienda en los Estados Unidos, alabando los bajos costos de la Unión Soviética.
Esto llegó a causar el disgusto de alguno de los compatriotas de Sanders, quienes señalaron sentirse “incómodos” ante la crítica del senador al sistema capitalista.
A 3 décadas de distancia, los detalles de este viaje, que en otro momento habrían descalificado totalmente a Sanders siquiera de aspirar a la candidatura presidencial, podrían no ser tan decisivos como se piensa.
Aunque las generaciones mayores siguen con un fuerte rechazo al socialismo y al comunismo, los “millennials” y generaciones aún más jóvenes, no tienen el bagaje, ni el rechazo a este tipo de gobiernos de izquierda.