El cine es el nuevo medio donde el anime se puede explayar en México; si bien tenemos obras que se transmiten a través de las plataformas de streaming, estas son licencias internacionales, no es algo que sea exclusivo de nuestra región. Desde hace ya varios años, el Anifest y Konnichiwa se han encargado de traer diversas obras de gran calidad a las salas del país con gran éxito y de probada calidad.

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A esa aún reciente historia se une el más reciente estreno de parte de KEM Media, I Want Eat Your Pancreas o Quiero Comer tu Páncreas; la cual mantiene la línea de presentar una obra de un tono más dramático y realista que lo que tradicionalmente conocemos como anime, pues nos muestra un trama que bien puede empatar con cualquiera de nosotros en algún punto de la vida, poniendo en la mesa los temas acerca de la amistad, las relaciones humanas y la muerte.

Cuando la enfermedad une a dos personas

La premisa puede sonar desgarradora en un primer momento. Sakura Yamauchi es una joven de 17 años que puede morir en cualquier momento debido a una rara enfermedad del páncreas, nadie fuera de su familia sabe eso; sin embargo un día uno de sus compañeros de escuela se entera por accidente de esto, por lo que ella le pide dos favores; primero, que no el cuente a nadie; segundo, que sea su compañero de aventuras hasta que ella muera.

Así, atendemos a una historia que aunque maneja un halo melancólico debido al conocido destino de la protagonista, no deja de dar un mensaje positivo; pues nos muestra cómo es que dos personas con personalidades disímiles pueden llegar a congeniar, más allá de sus barreras históricas y personales, en una relación única.

Sí, el punto podrá ser un cliché de este tipo de películas, "vivir al máximo cada día de nuestras vidas y no caer en el ensimismamiento, pues la persona menos esperada puede convertirse en alguien importante"; aún así es efectivo por la manera en que es llevada la narrativa, pues te llegas a interesar por la alegre Sakura y su compañero.

Sakura y la creación de la identidad

¿Notaron que no mencionamos el nombre del amigo de Sakura? Esto se debe a que la omisión de su apelativo es parte fundamental de la trama, la cual, por si no fuera suficiente el tocar los temas anteriores, nos habla acerca de la construcción de la identidad en dos vertientes. De cómo nos llegamos a comprender a través de otros y nosotros mismos nos damos nuestro propio significado.

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Ambos casos son extremos y erróneos; sí, el humano necesita reconocerse a sí mismo como tal, pero también necesita de la alteridad para ser reconocido y estar completo. Si eso no sucede no podemos decir que tenemos una identidad como tal, pues esta es una ficción pura, siendo o una mera extensión de las personas con las que estamos o una simple idea que nos hacemos de los demás debido a que no nos hacemos cargo de los mismos.

Así la obra llega a un nivel de profundidad que no esperaríamos, y que de hecho no damos cuenta hasta el tercer acto, que es donde todo embona de una manera orgánica y comprendemos un poco mejor varias cosas que se muestran, incluso el extraño nombre, que va más allá de una broma como suponíamos en un primer momento.

La localización está cuidada en el mínimo detalle

Hace unas semanas les comentamos acerca de otra película de anime que falló rotundamente por el pésimo trabajo de localización. Bueno, ahora estamos ante el caso contrario. El trabajo de doblaje es excelente, teniendo los actores perfectos para cada uno de los personajes, siendo la pareja protagónica la que se lleva las palmas, pues capta a la perfección las personalidades de los dos.

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Con una Sakura que es grandilocuente a la más mínima provocación y un amigo que prefiere cosas más relajadas, con un timbre de voz más bajo que el de su animada amiga. Lo único que podría saltar, si son muy quisquillosos, es que el nombre de la película es pronunciado en inglés por uno actor de doblaje en español, lo cual resulta un tanto divertido.

De los aspectos técnicos no hay mucho que decir, son perfectos; la animación es hermosa, tanto los toques tradicionales, como los efectos en 3D, incluso hay una parte donde se cambia el estilo a uno más occidental, en una transición fluida sin que afecte el resto de la obra. 

Una película que todo el que tenga amigos debe de ver

No importa si gustan del anime o no, I Want Eat Your Pancreas es una película que deben de ver, sobretodo si tienen amigos muy cercanos o tuvieron la mala experiencia de estar con una persona con una enfermedad terminal. Sí, les llegará a lo más profundo de su alma, los romperá sentimentalmente y es casi un hecho que derramarán una lagrima, y aún así se sentirán bien consigo mismos, además de valorar a las personas que son cercanas a ustedes.