Final Fantasy VIII Remastered es la nueva actualización de uno de los JRPG clásicos de Square-Enix; sin embargo, destaca porque se trata del que, según leyendas urbanas, es la oveja negra de la familia, un juego que hasta este momento no había recibido una revisión de ningún tipo.

Ya sea para callar bocas o en una estrategia medida, el título fue anunciado durante el E3 2019, para llegar a las plataformas actuales; con una mejora en el apartado gráfico y algunos agregados para hacer más llevadera la experiencia.

Final Fantasy VIII Remastered

Si bien el trabajo en general es muy bueno, hay algunos aspectos que hay que señalar; y de los cuales ahondaremos en la siguiente reseña.

Final Fantasy VII Remastered y su historia que no envejece

Si algo hay que destacar de Square y sus juegos, es que pocas veces envejecen en cuanto a narrativa se refiere. Final Fantasy VIII Remastered no es la excepción. La obra nos habla acerca de Squall, un joven introvertido miembro de una corporación de mercenarios.

Su vida transcurre de manera normal hasta que conoce a Rinoa Heartilly, lo que dará inicio a una trama de amor, guerra, brujas y viajes en el tiempo. La historia no ha perdido un ápice de actualidad, aunque en su momento se le acusó de ser muy básica.

Rinoa y Squall

Esto es cierto si se compara con otros Final Fantasy u obras más actuales. Sin embargo, detrás de esa ingenuidad se esconde una trama que habla de cosas como el amor propio y como la falta de este nos impide avanzar como personas.

Un gameplay que ya no es tan complejo

Otro problema que se le achacó a Final Fantasy VIII hace 20 años, fue lo complejo de sistema Junction, el cual era muy complejo de asimilar. Para bien o para mal este se mantiene, aunque a estas alturas ya no resulta tan complejo, de hechos se asimila fácilmente.

El equipar las invocaciones nos da los elementos para subir nuestras estadísticas, así como habilidades especiales. Esto se potenciará con ayuda de las magias, que aquí son más como objetos de equipamiento que hechizos como tales.

Pelea Final Fantasy VIII Remastered

Lo que si se mantiene como engorroso es precisamente el hecho de tener que juntar estos conjuros para mejorar a los personajes; esto vuelve un tanto tediosas las batallas, pues buscarás absorber todo lo que puedas antes de matar a los enemigos.

Nuevos agregados que facilitan la experiencia

Como en otras remasterizaciones, Square-Enix agregó un par de opciones para hacer más fácil la experiencia para aquellos que no son muy adeptos a los JRPG; se trata de la eliminación de combates al azar, limit breaks infinitos y estadísticas a tope, y velocidad X3.

Esto hace que los jugadores se puedan centrar en la trama y reduce un poco el hastío que puede producir el juntar magia. Obviamente, hace que el título sea extremadamente fácil; pero entendemos que se trate de hacer amigable para una audiencia que no conoce la obra.

Limit Break

Además, quienes no los quieran activar tendrán el sentimiento de la obra original de 1999 intacto; con todo y las peleas contra enemigos casi invencibles.

Hermosos gráficos excepto en los escenarios

La mejora gráfica del juego es un tema un tanto curioso; por un lado los personajes lucen muy bien; pues Square se dio a la tarea de rehacer a todos los seres que hay en pantalla, desde los protagonistas, hasta aquellos que son meramente incidentales.

Por su parte, las cinemáticas se muestran excelentes, a pesar de que ya tienen sus años; Liberi Fatali se mantiene con esa gran introducción. Lamentablemente, los escenarios desentonan; los fondos siguen siendo mapas de bits estáticos y se nota su calidad inferior.

Mapa Mundial Final Fantasy VIII Remastered

Junto a esto, el mapa mundial tampoco se ve muy bien que digamos, se ven un tanto deslavados y sin definición. Esto a pesar de que se dejó a un lado el formato widescreen, manteniendo una imagen de cinemascopio, con lineas negras a los lados.

Final Fantasy VIII Remastered no decepcionará a fans del juego

Final Fantasy VIII Remastered trae de regreso todos los problemas del original, no lo podemos negar; no obstante, con el tiempo estos ya no parecen tan graves y Square metió ciertos elementos que arreglan esos inconvenientes.

Donde no hay mucho qué defender es el apartado gráfico irregular; comprendemos el uso de los mapas de bits en escenarios, pero el mal aspecto en el mapa es ininteligible, sobretodo con los buenos diseños de personajes.

A pesar de todo esto, el fan de la octava entrega de este JRPG se sentirá a gusto con él; es como volver a encontrar a ese viejo amigo, que si bien no era el mejor, si fue alguien relevante para nuestra vida en algún momento.