El cineasta Rodrigo Ímaz realizó su ópera prima, el documental Ávia, el jardín de la memoria, inspirado en la historia de su abuela Montserrat Gispert Cruells, exiliada en México tras la Guerra Civil Española.
De acuerdo con Rodrigo Ímaz, el proyecto comenzó como una serie de entrevistas familiares para registrar su memoria, pero con el tiempo se transformó en una reflexión más amplia sobre el envejecimiento y la muerte digna.
Con su película documental que es parte de la selección oficial de documental mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia, el cineasta busca ampliar la conversación sobre el derecho a morir sin sufrimiento.

Ávia, el jardín de la memoria, la ópera prima de Rodrigo Ímaz que narra una historia de exilio y decisión de vida
A lo largo de los 5 años en los que Rodigo Ímaz realizó la grabación, su abuela pasó de ser una mujer autónoma a requerir asistencia médica, por lo que el cineasta decidió cambiar el enfoque original de su ópera prima.
Sobre ello, Rodrigo Ímaz explica que el filme dejó de centrarse únicamente en el exilio republicano y pasó a abordar también el proceso del derecho a morir con dignidad y la falta de claridad legal sobre ese derecho.
Por eso, en Ávia, el jardín de la memoria, la protagonista expresa su deseo de no prolongar el sufrimiento, y el documental registra ese tránsito sin dramatismo, pero con atención a los dilemas éticos que plantea.
Al respecto, el cineasta indica que en Ávia, el jardín de la memoria, se muestra a su abuela evitando ciertos temas, pero también compartiendo recuerdos, pasiones y decisiones personales que permitieron entender su postura frente al final de la vida.
Ávia, el jardín de la memoria, abre debate sobre la eutanasia
Al hablar de su ópera prima, Rodrigo Ímaz ha destacado que en la Constitución mexicana se reconoce el derecho a una muerte digna, pero no establece los mecanismos claros para ejercerlo, lo que deja a muchas personas en incertidumbre.
Es por ello que en en Ávia, el jardín de la memoria, el cineasta pone en el centro del debate esa omisión como un problema público, a partir de una historia privada que resalta, permite observar el tema desde una experiencia concreta, la de su abuela.
De la misma forma, Rodrigo Ímaz resalta que en el documental no se busca imponer una postura, pero sí llama a generar discusión sobre cómo se puede acompañar el final de la vida con respeto, claridad legal y autonomía personal.
En Ávia, el jardín de la memoria, Rodrigo Ímaz convierte una historia familiar en una herramienta para abrir debate, sin sentimentalismo, pero con la intención de visibilizar una conversación que sigue pendiente en México.
