La saga fílmica de los Hombres X es un caso para analizar en el sentido más amplio de la palabra; creo un mini-universo antes de que siquiera se pensara en el término, reinicio su franquicia con un viaje en el tiempo antes de que los Vengadores se metieran en problemas con Thanos, retiró a su personaje icónico (Wolverine) en un momento previo al retiro de otros héroes. Eso sin contar que sus obras van de lo sublime a lo ridículo, sin que Fox hiciera muchos ajustes en realidad.

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Ahora, casi 20 años después del estreno de la primer obra protagonizada por mutantes nos llega Dark Phoenix, el cierre-reboot no planeado de toda esta historia, que desafortunadamente pasó por muchos problemas a la hora de ser concebida, lo que trajo como consecuencia un filme que, si bien no es el desastre que muchos señalan, no aspira a más que la intrascendencia.

El Fénix Oscuro y una historia difícil de contar

Para quienes no lo recuerden, la historia de Dark Phoenix ya fue contada en cine en la olvidable "X-Men: La última batalla", donde quedó claro que abordar esa trama era por demás complejo. En los cómics, la relación entre Jean Grey y el Fénix tiene varios orígenes, cada uno más complejo que otro, siendo el más aceptado donde tenemos una entidad cósmica que se posesiona del cuerpo de la joven psíquica.

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Para esta nueva versión se toma un poco de lo que vimos en el impreso, con lo presentado en el filme de 2006. Aquí Jean desata al Fénix después de que absorbe una llamarada solar para proteger a sus amigos en una misión de rescate en el espacio; esto trae como consecuencia un desajuste en sus poderes y en su estado mental, lo cual afecta a todos los mutantes de la escuela de Xavier en diversos sentidos, principalmente a la Primera Generación (Bestia, Xavier, Magneto y Mystique), después de que la pelirroja descubre un secreto que el Profesor X le oculto toda su vida.

Bajo esa premisa la historia fluye bien, sin ser nada sorprendente; con momentos interesantes, sobretodo porque se maneja todo dentro de un tono un tanto obscuro para lo que nos tiene acostumbrado el género, algo parecido en cierta forma al estilo de Zack Snyder, por lo que si son fans de el director, encontrarán varias similitudes agradables. Si no es el caso, no podrán evitar ver los agujeros en el guión y complacencias para que todo vaya hacía un camino un tanto predecible.

Villanos genéricos y mutantes secundarios

Más que la trama en sí misma, el gran problema de Dark Phoenix es la irregularidad en las actuaciones e importancia de los personajes. Por un lado tenemos grandes interpretaciones del lado de los consagrados, nos referimos a Jennifer Lawrence, Michael Fassbender, James McAvoy y Nicholas Hoult, quienes siempre están en tono, manejando a personajes que conocen al 100%, tanto así que nos entregan nuevas facetas de los mismos, que en anteriores entregas no hubiéramos imaginado.

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Por otra parte, del lado de los novatos; Sophie Turner, la gran protagonista, nos entrega una Jean Grey magnifica, que demuestra muy bien esa lucha interna que siempre ha destacado a la mutante. El espectador puede sentir su ira, desesperación, confusión y melancolía, propias de una persona que no sabe qué hacer con un mundo que de un momento a otro se ha vuelto de cabeza. Es cierto, muchos preferirán a Famke Jensen, y no negamos que ella nos entregó una espléndida Jean; pero Sophie es la mejor Fénix hasta el momento.

Lamentablemente el resto del elenco es totalmente gris, el resto de X-Men son secundarios a más no poder, incluso Cíclope, quien debería de ser un punto fuerte en la relación de Grey, pasa sin pena ni gloria; vamos, que ni siquiera parece que de verdad él sea la pareja de la psíquica, no hay nada de química entre ellos. Lo mismo va para el grupo de villanos, que son por demás genéricos y desechables, aunque Jessica Chastain trata de dar una buena interpretación, no existen argumentos que la hagan destacar; bien pudo ser ella la villana, bien pudo ser alguien más.

Un final decente para la Primera Generación

Al final, Dark Phoenix para lo único que sirve es para entregar un final decente para la Primera Generación de los Hombres X; decimos decente porque cierra todos los arcos que se abrieron a lo largo de 4 obras. Fuera de eso, no hay nada realmente que la haga destacar.

Los efectos son buenos a secas y la banda sonora cumple, aunque al ser Hans Zimmer, muchos encontrarán reminiscencias a Batman v Superman o Man of Steel; es decir, ni siquiera en lo técnico va más allá de lo que se espera de una película de X-Men o de cómics.

Ahora habrá que ver lo que hace Disney con los personajes; hasta el momento sabemos que los mantendrá en la congeladora por lo menos 5 años, antes de que veamos una nueva versión, ahora integrada al MCU. Aunque claro, queda ese sabor agridulce para todo un grupo de personas que crecieron con los mutantes y que, para bien o para mal, verán cortada de tajo todo el legado que representaron los Hijos del Átomo en el cine.