La deuda pública del Fobaproa no era inevitable, se creó porque estalló la crisis del error de diciembre de Ernesto Zedillo, la avaricia desmedida de los bancos y la complicidad del Poder Judicial Federal.
Una vez que se generó la devaluación por el error de diciembre se perdieron miles de empleos y quebraron negocios, lo que dio como consecuencia que la gente no pudiera pagar sus deudas, sobre todo sus créditos hipotecarios y sus tarjetas de crédito.
Las leyes bancarias de esa época no regulaban los créditos, así que los bancos firmaban contratos en donde piramidaban los cobros de intereses sobre intereses y los hacían impagables, a eso se le llamó anatocismo. Comprabas una casa de 1 millón aún crédito a 20 años y si se dejaba de pagar porque te quedaste sin trabajo al paso de un par de años, ya podías deber 3 millones de pesos, entonces cuando te dabas cuenta de que la casa que compraste efectivamente valía 1 millón y debías tres veces su valor mejor decidías perder la propiedad y devolverse al banco; por esta razón, los bancos se llenaron de inmuebles, casas y fábricas, como si fueran grandes inmobiliarias.
Las familias, al verse desesperadas por perder sus ahorros de toda la vida y su patrimonio se organizaron y formaron el barzón.
El conflicto social y económico se llevó a tribunales, esperando que se le pusiera un alto a los bancos y a la voracidad en el cobro en los créditos, pero cuando llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la decisión que se tomó es que era legal lo que hacían los bancos, que era legal el anatocismo. La decisión fue de siete ministros a favor y cuatro en contra.
De haber resuelto al revés la suprema corte, probablemente no habría no habría hoy Fobaproa. Pero ya había pasado el golpe de Estado de Zedillo a la suprema corte, fueron los ministros serviles quienes decidieron apoyar a los bancos y dejar a la sociedad quebrada.
Si analiza uno puede encontrar el origen de la madeja de hilo, adonde comienza todo: el Fobaproa tiene explicaciones y se tienen que dar.
El ministro Juventino V. Castro y Castro fue uno de los ministros que se opusieron, incluso publicó un libro titulado: “La suprema corte de justicia ante la ley injusta. Un fallo histórico respecto al llamado anatocismo”. El ministro ya hablaba de la importancia del papel del poder judicial, de su cercanía con los problemas económicos, políticos y sociales, de que no fuera solamente un tribunalote.
Hoy toca la oportunidad de votar, por quienes pueden decidir respecto de los temas que pueden ayudar al crecimiento de la sociedad o llevarla a la quiebra cuando se dan los verdaderos problemas de México, la votación del próximo 1 de julio es trascendental.
Nota: La verdad histórica tiene nombres. Los ministros que votaron en contra del anatocismo fueron Juventino Castro y Castro, Humberto Román Palacios, Juan Silva Meza y Juan Díaz Romero. Los otros ministros que nombró Zedillo e integraban al SCJN fueron Olga Sánchez Cordero, Guillermo Ortiz Mayagoitia, José de Jesús Gudiño Pelayo, Genaro Góngora Pimentel, Salvador Aguirre Anguiano y José Vicente Aguinaco Alemán, Azuela Güitrón, su voto fue a favor de los bancos. No solo pagamos el Fobaproa, también pagamos sus jugosas jubilaciones en agradecimiento.