Quiero ser lo más clara posible, porque no es un tema sencillo, incluso para quienes están dentro de la industria aeronáutica. Hace un par de días, tanto la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) como el Colegio de Pilotos manifestaron su malestar ante una solicitud que hizo Volaris a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).
¿En qué consiste la solicitud? tengamos en cuenta que tanto VivaAerobus como Volaris son dos de las líneas aéreas afectadas por un problema en los motores de la marca Pratt & Whitney que utilizan los equipos Airbus. La situación ha provocado que los equipos involucrados se mantengan en tierra mientras se revisan y se soluciona la falla. Pero esto, sin duda, afecta cierta parte del total de su flota, y evidentemente lo resiente su operación.
No es algo exclusivo de estas dos aerolíneas; está sucediendo en todo el mundo desde hace más de un año. Y hay que decirlo, la solución no depende totalmente de las líneas aéreas. Son muchas las empresas y autoridades que intervienen; muchas las normativas que deben observarse y muchos los protocolos que deben cumplimentarse, todo en aras de la seguridad en la aviación.
Evidentemente, las aerolíneas no pueden acelerar procesos que no dependen de ellas. Lo que estamos viendo, es que Volaris, confiando en que el problema se resolviera en menos tiempo, realizó una planeación de vuelos para su temporada alta de diciembre; ustedes, amables lectores, saben que la planeación se hace hasta con doce meses de anticipación. Sin embargo, la flota activa que actualmente tiene, no le alcanza para cubrir cabalmente toda la operación ya programada y vendida, esto es, los boletos para la temporada alta ya se vendieron a los pasajeros, quienes por supuesto, esperan hacer sus vuelos en la fecha estipulada.
El problema es que los aviones disponibles no son suficientes para poder sacar toda la operación navideña, esto es del 1° de diciembre al 12 de enero. Por esta razón solicitaron a la AFAC que les permita utilizar el esquema de “wet leasing”, o sea una renta húmeda con la empresa maltesa Avion Express, que renta aviones con todo y tripulaciones, para hacerle frente a sus compromisos.
El planteamiento que hace Volaris ante la autoridad aeronáutica del país es muy claro: necesita aviones para poder cumplir con los vuelos programados. No hay acuerdos “en lo obscurito”, ni se está torciendo la interpretación de ninguna ley en este caso, por eso la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) dio luz verde a la solicitud.
Pero aquí es donde “la puerca tuerce el rabo”, porque la Asociación Sindical de Pilotos Aeronáuticos (ASPA) no está de acuerdo, y manifiesta que -en pocas palabras- se está poniendo en riesgo la soberanía al permitir que pilotos extranjeros vengan a hacer el trabajo que les corresponde a los pilotos mexicanos.
Una situación similar sucedió hace algún tiempo con Viva, quien también utilizó la figura del arrendamiento húmedo para hacer frente a su operación, por eso los reclamos tanto de ASPA como del Colegio de Pilotos, quienes señalan vehementemente que haber permitido en el pasado (durante el sexenio de López Obrador) que una aerolínea funcionara de esa forma, era la puerta para que en el futuro otra u otras hicieran lo mismo.
En honor a la verdad, tengo que decir que los argumentos de los pilotos no son descabellados; tienen sustento y por supuesto que ameritan ser debatidos, sobre todo desde el filoso punto de vista la defensa de la soberanía aérea de México. Si hasta aquí va quedando claro el tema, lo que sigue es entrarle a la solicitud que ASPA y el Colegio de Pilotos hacen a la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes (SICT) de darle “pa’ tras” a la autorización de la AFAC.
Argumentan que si Volaris no cuenta con los equipos suficientes para sacar adelante su operación, es únicamente responsabilidad de la administración de la aerolínea, y aunque me acusen de pueril, aquí va un ejemplo claro, para un mejor entendimiento:
En mayo, un panadero calcula que para la nochebuena podrá vender 1500 panes, pues tiene los hornos, harina y trabajadores suficientes; su clientela, sabedora que sus panes se agotan ese día, compran por adelantado la mercancía. Pero cuestiones ajenas a él, le impiden prender uno de sus hornos. Ya es noviembre, y el impedimento sigue vigente. Sin ese horno el panadero no podrá producir todos los panes planeados, sino solamente 1000.
El panadero en cuestión sabe, desde noviembre, que le faltarán 500 panes, y no va a defraudar a sus clientes, mucho menos en una fecha especial como la nochebuena. Así es que, previendo que no le permitan prender su horno, va a otra panadería, y les pide que le preparen 500 panes, para cumplir sus compromisos adquiridos.
La discordia se presenta cuando un gremio de reposteros, de otra panadería que vende panes muy parecidos, considera que eso es “competencia desleal”, y lo acusa con las autoridades paneras correspondientes, y les pide que no lo permitan. Pues a grandes rasgos, y narrado de forma por demás “chabacana”, eso es lo que está a punto de suceder con este caso.
Llegamos a la disyuntiva, ¿la autoridad debe obligar a Volaris a cancelar un porcentaje de su operación decembrina? Eso afectaría también a los pasajeros, independientemente de que les devuelva el importe de los boletos, porque sería imposible que esos usuarios, a estas alturas del año, encuentren los mismos precios que pagaron hace medio año. La siguiente pregunta: ¿las otras aerolíneas van a tener la capacidad de ofertar los vuelos que se quedaron en el aire?
Por eso digo que es un tema complejo, porque nadie podría garantizar que los pasajeros que ya tienen su boleto en mano podrán volar con otra línea aérea; ¿quién respalda sus vuelos?, esto lo aprendí muy bien cuando Mexicana y Aeroméxico pertenecíamos a CINTRA, los vuelos se respaldaban en ambas líneas aéreas, una estrategia que se conocía como “proteger al pasaje”; si un avión de Aeroméxico no podía efectuar un vuelo por cualquier circunstancia, Mexicana “entraba al quite” y se llevaba el pasaje y viceversa.
En el caso que analizamos, tanto las operaciones de Viva, Aeroméxico, TAR, Aerus y Mexicana ya están “hechas”, ya están distribuidos sus equipos en las rutas que van a operar, conforme al número de boletos que ya vendieron de forma previa; por lo tanto, no tienen la capacidad de respaldar al pasaje de Volaris, y en caso de que se les retire este permiso, aerolínea y pasajeros se van a quedar “chiflando en la loma”.
Tenemos que ver el otro lado de la moneda, y la autorización otorgada por la autoridad aeronáutica busca respaldar al usuario, además de garantizar la conectividad y que la prestación de un servicio concesionado se vea lo menos afectada posible. Sin meternos en debates sobre la soberanía, la medida atiende más a evitar un “caos” que afecte al resto de operaciones, no solo a las de Volaris. La postura de ASPA y el Colegio de Pilotos es muy clara y respetable, pero quedamos ante un galimatías de dimensiones colosales.
Esto es, ¿dejamos al pasaje descobijado y que Volaris se friegue?, o ¿permitimos que tripulaciones extranjeras (Avion Express) operen haciendo cabotaje en nuestro país? ¡vaya entuerto!
Compañeros pilotos, sé que me van a odiar, pero no es nada personal. A todo esto se suma un ingrediente más, que no puedo obviar, y hablamos del “timing” mediático, pues esta defensa encarnizada de la soberanía aparece justo cuando se les está preguntando directamente por la falta de información y opacidad respecto al Fideicomiso del MRO de Mexicana.
Han guardado un total silencio sobre el particular y no han mencionado absolutamente nada. Solo la irresponsable de mi secretaria general (de ASSA) Ada Hermelinda Salazar Loza salió a decir en una entrevista que “está en veremos” si se da la segunda prórroga o no.
Deseo que lo puedan aclarar, porque pareciera que el tema de Volaris les cayó de perlas, y permite que los medios se enfoquen en la discusión sobre la forma en que el gobierno de la 4T autorizó el “wet leasing” de Volaris, y así ASPA, ASSA y los otros sindicatos se lavan las manos y patean una papa caliente.
De verdad, estos casi 28 años dentro de la industria aérea me han dejado en claro que para abordar un tema hay que “rascar” en todas las aristas, y conviene no dejar cabos sueltos. Actualmente “la narrativa es de quien la gana”, por eso no me extraña el ruido mediático que se busca hacer con respecto a la solicitud de Volaris.
Así se diluye el tema del Fideicomiso del MRO y pueden seguir sin dar información al respecto; y ¡claro! la mayoría de los medios van a centrarse en el tema de Volaris y de paso golpean al gobierno de la Cuarta Transformación. ¡No, bueno!, redondo.
Para bien o para mal, existimos quienes nos toca vivir en carne propia este caso, que vemos cómo a los sindicatos que administran la Base de Mantenimiento de Mexicana sin hacer nada en beneficio de los trabajadores, y que lo que fue una promesa para “resarcirnos un poco económicamente”, hoy se ha esfumado por completo, y nunca cobraremos ese fideicomiso. Eso sí, las administraciones del MRO y del Fideicomiso 2100 están en manos de los tres sindicatos y la asociación de trabajadores de confianza de Mexicana, a ellos sí que les ha “redituado”.
El entuerto, que aunque sea un galimatías no es inexorable, está puesto en la mesa: ¿defendemos a capa y espada la contratación de los pilotos mexicanos? Esa es la argumentación de ASPA, que suena plausible, pero al mismo tiempo son capaces de “dejar para un mejor momento” los derechos de los trabajadores de la antigua Mexicana de Aviación; somos un grupo pequeño, pero también somos mexicanos, ¿no merecemos una defensa con la misma vehemencia?
Una historia se compone de muchos retazos, y por eso para entenderla conviene conocer todas sus aristas. Yo dejo aquí aristas y retazos; amable lector, a Usted le toca forjar su punto de vista.



