De esa tierra de Cocula

Que es el alma del mariachi

Vengo yo con mi cantar

Voy camino a Aguascalientes

A la feria de San Marcos

A ver lo que puedo hallar

Traigo un gallo muy jugado

Para echarlo de tapado

Con algún apostador

Y también traigo pistola

Por si alguno busca bola

Y me tilda de hablador

De Cocula es el mariachi

De Tecatitlán los sones

De San Pedro su cantar

De Tequila su mezcal

Y los machos de Jalisco, afamados por entrones

Para eso traen pantalones

Jorge Negrete

Pues no, no llega a pelea de gallos. No hay ninguno que pinte tan bien como para apostarle. Aunque en una de esas crece el pollito y se come al ganso o a alguna de esas guacamayas que por allá andan. O al revés, uno nunca sabe…

Ricardo Anaya es apodado por algunos como el “chicken”, y entre que salió como ‘pollito en fuga’ y que Andrés Manuel López Obrador le ha dedicado casi una hora en tres sesiones de la mañanera, no dejó más remedio al primero que meterle ‘un estáte quieto’ y retar al ganso cansado que habita Palacio Nacional.

En un nuevo video, Anaya retó al presidente a proceder contra sus hermanos de la misma manera en que se le investiga a él. Dijo que hoy jueves acudiría a declarar ante la FGR si Pío y Martín López Obrador se presentan ante el mismo juez para hacer lo propio.

Nueva interpretación del ‘o todos coludos o todos rabones’, y aunque en el reino de las aves la cola más larga es la de la guacamaya, por cuanto a la poca limpieza de su plumaje todos estos individuos se pintan solos.

Andrés Manuel calificó como marrullería la petición de Ricardo, olvidando que sus hermanos fueron vistos con las manos en la masa recibiendo sobres con dinero que no fue declarado ante el INE.

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Es tal la furia del primer mandatario que llamó al queretano: “chueco, hipócrita, ladrón”. Se notó su desesperación cuando sacó a colación que, en su momento, José Antonio Meade también llamó corrupto a Ricardo Anaya. AMLO olvidó un pequeño detalle: Emilio Lozoya también acusa a Meade de recibir sobornos. O, en otras palabras, que el más serio personaje en todo este desmadre tampoco logró cruzar el pantano de la política sin que su plumaje se manchara de lodo…

Pero, volviendo al pollito, tenemos que se le acusa de haber recibido un soborno de 6.5 millones de pesos con el fin de que votara a favor de la reforma energética promovida y legislada en el sexenio pasado. Poco importa que en el expediente judicial del cual se sustenta la acusación, las fechas no coincidan, no exista prueba fehaciente del cochupo, el origen de la acusación sea un corrupto confeso o la autoridad incurra en el absurdo y abusivo desatino de pedirle a Anaya demostrar su inocencia ¡en lugar de que la FGR demuestre su culpabilidad!

Total, que vale más la acusación endeble, ilógica e ilegal realizada por la fiscalía, que los videos —esos sí fehacientes— de los hermanos de Andrés Manuel; plumajes blindados por el nepotismo de su hermano.

Tan blindados como la aportación gubernamental para remozar el estadio municipal donde juegan Las guacamayas de Palenque, equipo beisbolero propiedad de Pío López Obrador. Para su remodelación, el gobierno federal destinó 89 millones de pesos (en términos matemáticos: casi 14 veces 6.5). Habiendo tantas necesidades en Chiapas, las plumíferas decisiones presentan realmente mucha cola.

No se sabe si Anaya es o no culpable de enriquecimiento ilícito, pero lo presentado por la Fiscalía General de la República el día de ayer es patético. No es ni siquiera aceptable de un estudiante de primer semestre de la carrera de Derecho.

El colmo del ridículo: bajo el mismo sofisma que está armado el expediente, todos los diputados y senadores que en su momento votaron a favor de la reforma energética serían imputables de haber recibido un soborno…

Exijamos a la Fiscalía actuar con seriedad; conforme a derecho. Pues mientras no se exhiban pruebas sólidas que sustenten sus acusaciones y su actuación, lo dicho por la Fiscalía asemeja más a los pajarracos que graznan, chillan y destrozan los oídos de quienes escuchan sus chirridos a la certeza jurídica que debería prevalecer en su labor.

Que la autoridad se base en lo dicho por el pájaro nalgón de Lozoya deja mucho que desear. Pájaro nalgón porque hasta ahora ha presumido tener información y pruebas para acusar a diversos políticos y legisladores del pasado reciente, mas, viendo la pifia presentada por la Fiscalía, sabemos que solo se trata de un grandísimo cotorro.

Por cierto, ¿alguien ha visto a este pájaro o ya se fugó otra vez? La pregunta no es vana. Muy irónico sería en verdad que el presidente cuestione la salida de Anaya y nos enteremos que el principal testigo protegido de la autoridad ya ‘se huyó’ de México para gozar nuevamente de los placeres de Marbella u otro sitio paradisiaco.

Siendo serios, más que una investigación formal, lo presentado por la FGR cada vez se asemeja más a una persecución política. Eso de plano no está bien.

Y en ese sentido sería bueno recordarle a quien se cansa como ganso, que lo que más le ayudó a crecer fue el acoso que sufrió por parte de Vicente Fox cuando este le quizo desaforar. También que el tabasqueño ya ha tenido antes ciertos problemas con las aves. De lo peor que le pasó en su campaña del 2006 fue cuando le dijo al entonces presidente: “cállate chachalaca”; le valió perder muchos apoyos y el lema “AMLO es un peligro para México”. No vaya a resultar que ahora el macuspano convierta al pollito Anaya en gallo de pelea.

Lo único bueno sería, entonces, que el pleito ponga interesante. Y en dicho caso ya les preguntaría a ustedes, estimados lectores: ¿a quién le van? A las guacamayas de Palenque, a los gansos cansados de Palacio o al pollito que puede crecer.