La Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés), en coordinación con la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), organizaron a inicios de semana el foro “Diálogo social: Realidades, retos y futuro del transporte aéreo”. En ese espacio, se tocó un tema crucial: la descarbonización de la industria aérea, y sobre todo, en dónde estamos parados como país.

Es importante señalar que a diferencia de otras industrias en donde utilizan los temas medio ambientales como mero discurso de “green-washing”, no es el caso de la aviación.

Porque aquí los combustibles sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) hacen una gran diferencia en la operación aérea. Sin embargo, una realidad es que, aunque existen algunos proyectos y propuestas, como país no hemos logrado tener un esquema real de fabricación de SAF, para que las aerolíneas nacionales no se vean en la necesidad de adquirirlo en el extranjero.

Es aceptado por los especialistas que hoy por hoy, dada su baja producción, el SAF sigue siendo más caro que la turbosina. Por eso me parece fundamental que no se pierdan las palabras del director ejecutivo de operaciones de Aeroméxico, Santiago Diago, quien además de abogado, es piloto comercial, y cuenta con más de 25 años de experiencia dentro de la industria. Dijo:

“…La aviación es una de las industrias más complejas y no me canso de decirlo…es una gran sinfonía…si no tenemos todos la visión de trabajar en pos de un mismo objetivo, el tema se complica…el año pasado (Aeroméxico) fue la aerolínea más puntual del mundo y es un logro que no se puede, sino tuviésemos esa visión de trabajar… La seguridad es la base de nuestra industria y no lo decimos como un cliché, el transporte aéreo es de lejos el medio de locomoción más seguro que hay.

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Como empresa pedimos los equipos más sofisticados, los softwares…todas las herramientas que podamos tener…y el último tema la infraestructura, es una pieza fundamental, que tiene que ver con la seguridad y creo que debemos trabajar de la mano, no solo para que haya políticas de gobierno, sino políticas de Estado alrededor del tema de la infraestructura, creo que eso nos hace falta, claramente México tiene un rezago…

Hay un último tema que no han tocado y es la sostenibilidad, tiene relación con el apetito por trabajar en el sector, porque es una industria de transporte aéreo que ha hecho una labor no muy buena en defenderse de la demonización del tema de las emisiones de gases de efecto invernadero, de ruido, siendo una de las industrias que menos contribuyen a la contaminación y siendo una de las industrias que más ha hecho para solucionar el problema.

Nosotros comparamos, lo que son los aviones hoy en día que producen la tercera parte del ruido, la quinta parte de las emisiones, consumen más o menos un 65%, 70% menos que en los años 70, sin embargo, como el negocio ha crecido tanto, debido a que precisamente el transporte aéreo, es una necesidad fundamental de la humanidad, en la medida que la gente sale de la pobreza y se formaliza, entramos al torrente económico digamos formal, tienen la necesidad de transportarse…

Y eso nos pone un reto grande, en México el tema de la sostenibilidad, estamos haciendo mucho simplemente con la tecnología, con aviones de última generación, nosotros en particular hemos hecho muchas inversiones muy grandes, en ese sentido…México en general cuenta con una de las flotas más modernas y más eficientes, pero hay una parte fundamental, donde está el grueso de nuestra contribución al tema de la descarbonización y es el SAF.

Está claro que con la tecnología…la vía más rápida para descarbonizarnos es utilizando combustibles sostenibles de aviación, SAF; y lamentablemente México está muy rezagado, no hay ningún proyecto sustancial, de largo plazo que nos permita avanzar en ese sentido, nosotros compramos una cantidad pequeña de SAF pero a un costo alto.

Hoy en día dependiendo de cómo esté el precio del barril, el SAF cuesta entre 2.5 y 3.5 veces más que el keroseno (turbosina) y además no hay, simplemente no hay capacidad de producción y distribución de SAF para atender la demanda mundial, y en eso hay países que están trabajando de manera muy decidida, como la India, como Brasil, como Panamá y nosotros estamos un poco retrasados, es muy importante que ese frente lo ataquemos y que a nivel de Estado, desarrollemos proyectos de mediano y largo plazo que permita que esa solución que está a la mano, sea una realidad…”

No hay que leer entre líneas, como pueden ver, Aeroméxico está solicitándole al gobierno federal un gran plan para la producción y distribución de SAF. Sabemos que existen esfuerzos y hay pequeñas acciones, pero no podemos quedarnos solo con eso.

Importantes sí, pero todavía insuficientes son las colaboraciones que han hecho diferentes protagonistas de la industria, por ejemplo, fabricantes de aviones como Airbus y aerolíneas como Volaris, con el concurso “Sustainable Aviation Fuels México”. Desafortunadamente, en México la producción de este combustible a gran escala y amigable con el medio ambiente no se está desarrollando.

Se debe contar con una política que impulse la producción y no menos importante, la distribución de este combustible en todos los aeropuertos del país. Porque materia prima hay, solamente falta crear un gran proyecto nacional que permita transitar hacía las energías limpias.

Por eso me sumo (una vez más) al llamado que se hace al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, para que más allá de pequeños esfuerzos, dispersos por aquí y por allá, se centren en crear una nueva política que nos permita llevar a cabo la producción de SAF dentro de nuestro país, y con ello colocarnos a la vanguardia en la utilización de combustibles que coadyuvan a la descarbonización del espacio aéreo.

Antes de terminar, déjenme darles una idea más sólida sobre el SAF, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) cuenta con un informe muy detallado de cuántas aerolíneas a nivel mundial están utilizando SAF, y en él destaca que uno de los mayores retos a los que se enfrenta la industria aérea global es la falta de certeza política.

Se requiere que los gobiernos en todo el mundo aporten esa certeza, y trabajen con las líneas aéreas, para que sumando apoyos se logre consolidar la fabricación de este combustible, y así acelerar la transición de la turbosina al SAF. Sobra decir que en esta solicitud que hago a título personal, incluyo al gobierno de México.