El primer informe de gobierno de Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta de México, no solo marca un hito político, sino también un parteaguas histórico que obliga a repensar las instituciones, la economía y la manera en que concebimos el futuro del país. La llegada de Sheinbaum al poder no es menor. En un mundo donde la igualdad sigue siendo promesa más que realidad, que una mujer encabece el ejecutivo federal es un parteaguas simbólico. Rompe inercias históricas y abre camino para generaciones futuras. Ese gesto político no se borra con cifras, y mucho menos con críticas: es un avance civilizatorio en sí mismo. Pero la historia no se escribe solo con símbolos. También se mide en la capacidad de resolver lo urgente: salud, vivienda, empleo, seguridad. Y ahí el balance, aunque positivo en algunos frentes, dista de ser redondo.

Salud: la paradoja de la cobertura sin medicamentos

El gobierno presume una cobertura del 90% en medicamentos y un esfuerzo territorial con programas como “Salud Casa por Casa”. Sin embargo, los testimonios de médicos y pacientes dibujan otra realidad: desabasto, citas canceladas, infraestructura insuficiente. Es la paradoja de un sistema que promete cobertura universal, pero que tropieza en lo más básico: entregar las medicinas.

Aquí la economía de la salud nos ofrece una lección: el desarrollo no se mide solo por ingresos, sino por capacidades reales, la posibilidad de vivir una vida sana y plena. México no logrará esa meta si el acceso depende del azar de la distribución o del poder adquisitivo. La propuesta debería ser clara: un organismo autónomo de compras y distribución de medicamentos, blindado de ciclos políticos, con métricas transparentes de abasto en tiempo real. La descentralización de compras, que hoy genera caos, debe sustituirse por un esquema de compras consolidadas con auditoría ciudadana. Sin ese giro institucional, la salud seguirá atrapada en la estadística y lejos de la realidad.

Vivienda: entre la promesa social y la exclusión urbana

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El gobierno ha impulsado proyectos de vivienda de renta económica. Pero la otra cara es evidente: la gentrificación encarece barrios enteros y expulsa a los habitantes originales. Aquí el Estado actúa como bombero que apaga un incendio con un vaso de agua.

La teoría urbana de David Harvey lo anticipa: sin regulación, el mercado inmobiliario genera exclusión espacial. En la práctica, esto significa que los apoyos del Estado pueden verse anulados por el alza desmedida en rentas privadas. Se necesita, por tanto, un órgano regulador del mercado de vivienda que vigile aumentos de renta, establezca techos máximos en zonas críticas y fomente cooperativas habitacionales. El derecho a la ciudad no puede reducirse a la suerte de encontrar un departamento subsidiado; debe ser una política pública integral que garantice la permanencia en el territorio.

Trabajo y salario: números que no siempre cuentan la historia completa

Es justo reconocer que el salario mínimo ha tenido incrementos reales históricos. Eso coloca a México en un camino de recuperación del poder adquisitivo tras décadas de rezago. Sin embargo, el desempleo y, sobre todo, el subempleo revelan un problema más complejo. Tener un empleo no siempre significa tener seguridad social, estabilidad ni ingresos dignos.

La visión keynesiana lo explica: elevar salarios puede estimular la demanda, pero si no se acompaña de política industrial y fomento al empleo formal, el círculo virtuoso se corta. El aumento salarial se vuelve insuficiente frente a la informalidad estructural. La propuesta aquí sería articular un plan nacional de empleo formal, con incentivos fiscales para la contratación y la regularización laboral, acompañado de inversión en infraestructura productiva en regiones con alto desempleo. Sin este complemento, el salario mínimo puede crecer, pero el bienestar seguirá estancado.

Crecimiento y gasto social: estabilidad con techo bajo

En materia económica, Sheinbaum presume estabilidad: inflación controlada, deuda moderada y crecimiento sostenido en 1.2%. Son cifras razonables en un contexto global complejo. También destaca el aumento histórico en gasto social: 836 mil millones de pesos destinados a programas que hoy llegan a millones de hogares. La política social ha logrado amortiguar desigualdades, pero no necesariamente superarlas.

Aquí emerge otra contradicción: mientras el gasto social crece, la inversión fija bruta cayó más de 5%. En otras palabras, gastamos más en consumo presente, pero invertimos menos en futuro productivo. La teoría del crecimiento de Robert Solow es clara: el progreso depende de capital y productividad. Si no invertimos en infraestructura, innovación y educación, el techo del crecimiento permanecerá bajo. La propuesta es obvia: equilibrar el gasto social con un plan agresivo de inversión público-privada, que multiplique productividad y genere empleo de calidad.

Seguridad: avances y ausencias

El gobierno reporta una reducción de homicidios cercana al 25%. Es un logro, aunque incompleto. La extorsión, las desapariciones y la violencia cotidiana aún son heridas abiertas. La estrategia de inteligencia y Guardia Nacional ha dado resultados parciales, pero la pregunta de fondo sigue en pie: ¿cómo reconstruir el pacto social en territorios dominados por el crimen? No basta con patrullas. La inversión en desarrollo local, educación y empleo debe ser parte del plan de seguridad. Sin ello, la reducción de homicidios será solo un espejismo estadístico.

El espejo de los 100 compromisos

Un año de Claudia Sheinbaum ha dejado luces y sombras. Luces en el símbolo histórico de una presidenta mujer, en la estabilidad macroeconómica y en la vocación social de sus políticas. Sombras en la salud desabastecida, en la vivienda encarecida, en el empleo precario y en la violencia persistente.

Como economista, pero también como ciudadano, creo que el reto central es convertir la política social en política de desarrollo. No basta con transferencias ni con aumentos salariales aislados, se requieren instituciones sólidas, regulación efectiva y un Estado capaz de invertir en futuro. Esa es la diferencia entre administrar lo inmediato y construir lo duradero.

Hoy celebro mi primer año escribiendo en SDP Noticias. Agradezco profundamente este espacio que me ha permitido compartir reflexiones y análisis con quienes, semana a semana, buscan entender un poco mejor la complejidad de nuestra realidad económica y social. Ha sido una oportunidad invaluable para crecer como economista y como columnista. Espero que este sea apenas el inicio de un camino más largo, en el que las ideas sigan abriendo conversación y generando puntos de encuentro con ustedes, lectores, a quienes también debo este aprendizaje.