Agradezco profundamente a Federico Arreola por este espacio semanal.

El turismo ha sido, por décadas, una de las mayores fortalezas de México. Ha impulsado nuestra economía, generado millones de empleos y proyectado al país como un referente cultural ante el mundo. Sin embargo, este mismo crecimiento ha traído consigo retos ineludibles: presión sobre los ecosistemas, pérdida de identidad territorial y desplazamiento de comunidades locales. Era necesario dar un paso firme, responsable y con visión de futuro.

Por ello, presenté la Iniciativa con Proyecto de Decreto para reformar la Ley General de Turismo y la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Medio Ambiente en materia de Turismo Sostenible. Esta propuesta busca transformar la manera en que entendemos y practicamos el turismo, colocando en el centro a las comunidades, a la naturaleza y a la cultura.

La iniciativa nace de una realidad: México no puede seguir dependiendo de un turismo que agota sus playas, contamina sus ríos y deja fuera del beneficio a quienes habitan los destinos turísticos. La sostenibilidad no debe ser un discurso, sino una obligación legal. Por eso, esta reforma convierte el turismo sostenible en un principio rector del desarrollo nacional, garantizando que cada proyecto turístico esté alineado con la planeación urbana, la equidad territorial y la resiliencia climática.

Además, plantea mecanismos concretos: la creación de consejos consultivos comunitarios, la participación vinculante de pueblos indígenas y cooperativas locales, y la consulta previa, libre e informada para todos aquellos proyectos que impacten el patrimonio natural o cultural de una región. Esta visión no sólo busca proteger, sino también empoderar: que el turismo deje de ser extractivo y se convierta en un motor de bienestar compartido.

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México vive un momento clave. Con más de 47 millones de visitantes internacionales en 2025 y un gasto turístico histórico de 18 mil millones de dólares, tenemos la oportunidad de demostrar que el crecimiento económico puede ir de la mano con la justicia ambiental y social. Este cambio no se trata de limitar el desarrollo, sino de asegurar que el progreso sea duradero, equilibrado y digno para todos.

Hoy reafirmo mi compromiso con el medio ambiente, con las comunidades que sostienen nuestra identidad y con un futuro donde el turismo mexicano sea sinónimo de respeto, inclusión y orgullo.

Sigamos construyendo juntos un país donde cada destino conserve su esencia y cada visitante encuentre en México no solo belleza, sino conciencia.

Porque cuidando lo nuestro, hacemos un Querétaro fuerte otra vez.

Ricardo Astudillo Suárez, Diputado Federal del PVEM por el Estado de Querétaro.