“Dios te guarde bufón de la tragedia,

tú que yeldas el llanto con la risa;

cuando la muerte al corazón asedia

la frente nos enjuga fresca brisa,

tu alegre aliento que el pesar remedia

siquiera por un rato y en tal guisa

cabe vivir, pues que sin ti la acedia

acabaría con el alma á prisa”

Miguel de Unamuno

Los bufones de Palacio están para hacer reír al monarca. Se pueden burlar de ellos mismos o de quien le apetezca al gobernante en turno. Así es Liz Vilchis de la “gustada” sección de las mañaneras ‘Quién es quién en las mentiras de la semana’.

Los críticos al régimen creemos que López Obrador pudiera pretender ir en serio con esta exhibición que hace de algunos personajes que lo confrontan. Nada más equivocado. Ayer me quedó claro.

La señorita Vilchis es lo que es, representa lo que representa y actúa como actúa solo para divertir a López Obrador; la tiene para, a través de ella, reírse de todos nosotros.

Vilchis no tiene la encomienda de perseguir o evidenciar a la prensa, si acaso eso es un derivado de su trabajo principal. Si ese fuera en realidad el objetivo del régimen para este espacio, para empezar se contrataría a una persona que proyecte seriedad, sepa leer, que no trastabille mientras muere de nervios, que presente pruebas de sus dichos. En pocas palabras, que tomara en serio su trabajo.

Pero es que poner a un intelectual o alguien que sepa leer, en lugar de la Vilchis, no sería nunca tan cómico ni movería a la burla continua. Y AMLO lo sabe.

Así, mientras ella con sus acusaciones se convierte en un manojo de nervios, las reacciones son diferentes ante su destartalada forma de hablar.

Aquí algunas:

  • Quienes se la toman en serio. Estos hacen corajes al escuchar cómo la señora Vilchis destruye el lenguaje, no se diga los que evidencian que lo dicho por ella es falso. Me refiero a los críticos de la 4T, los que nos enojamos por la cantidad de mentiras que dice el presidente y sus colaboradores. Los analistas se toma en serio el divertimento de López Obrador. No queremos darnos cuenta cuánto disfruta este al martirizarnos de esa forma.
  • Quienes la utilizan para capitalizar sus ataques. Carlos Loret es la mejor muestra. Es cliente frecuente de García Vilchis y como tal aprovecha lo dicho por ella para volver a publicitar sus reportajes. ¿Creer lo que ella dice? Ser “víctima” le reditúa; más personas que conocerán de sus investigaciones.
  • Los defensores de la 4T también se desesperan con ella, especialmente porque “desacredita” —¿se puede más?— el tétrico show en el gobierno, volviéndose imposible defenderla.

Lo que es cierto es que unos y otros tomamos demasiado en serio a esta mujer y con ello nos volvemos parte de la diversión y risa de Andrés Manuel.

No pensemos que su actuación es para burlarse de periodistas, tuiteros o líderes de opinión. Tan solo es para entretener al inquilino de Palacio. Ese es su papel.

En lugar de llamarse: #QuienEsQuienEnLasMentiras, debería ser #QuienEsQuienEnLasRisas de Palacio. Total, ‘no es falso, pero no es verdadero’ decir que Vilchis es la bufona del virrey y que nosotros todos hemos pasado a ser su diversión.

Verónica Malo el Twitter: @maloguzmanvero