No es nada más ahora, que la oposición siempre ha aprovechado las desgracias para sacar raja política. Están recurriendo, lo sabemos, a la propaganda y la publicidad perniciosa en las redes sociales. Así es como actúan. Desde luego que las manifestaciones pacíficas, cuando son legítimas, deben ser respetadas, sobre todo si nacen de la propia ciudadanía que clama justicia. Lo que sí debemos reprobar, obviamente, es que grupos políticos intenten penetrar en otros confines. Eso nos hace reflexionar sobre el grado de cinismo con el que actúa la derecha. No les importa ni tantito la narrativa que esgrimen. En efecto, uno de esos personajes que alienta es Ricardo Salinas, magnate y dueño de Televisión Azteca. Ellos, –tienen rato–, se han convertido en un instrumento que genera contenido en contra de la presidenta constitucional.

Así como ocurre con personajes como Lilly Téllez, o los propios comentaristas que trabajan para Ricardo Salinas, reprobamos el grado que han escalado para tratar de sacar provecho. Como sociedad, en efecto, sabemos cuáles son las acciones antisociales que debemos condenar. Siendo así, debemos confiar en nuestras instituciones y la propia procuración de justicia, como bien lo mencionó Claudia Sheinbaum en su conferencia matutina de ayer lunes. En instantes como este, en definitiva, es cuando tenemos que mostrar mayor unidad y solidaridad, pero sin caer en la desinformación, la cual no es sinónimo de violencia. Por eso es, desde cualquier perspectiva, momento de decir que los mecanismos de seguridad se deben fortalecer, al igual que las estrategias. Todo eso, con una realidad tangible, ha tomado mucho sentido desde que comenzó la gestión de Sheinbaum.

Si hacemos un poco de memoria, la presidenta constitucional, al igual que lo hizo AMLO, ha trazado una agenda estrictamente social. La apuesta por la educación, con espacios como la Universidad Rosario Castellanos y muchas otras más, ha servido, además de la reconstrucción del tejido social, para abrir el abanico al mundo de las oportunidades. En otros tiempos, como en el de la oposición, no funcionaba así. Sin embargo, las cosas han cambiado; hay un verdadero compromiso social que ha mostrado voluntad, amor y responsabilidad. Tengamos confianza en Claudia Sheinbaum. Es necesario hacerlo. Ella, una mujer de convicciones, ha encontrado la brújula y, de paso, ha sabido atender el llamado de la gente. Los programas sociales, por ejemplo, no solo han mantenido su esencia, sino que se han multiplicado.

Y qué decir de los sistemas de educación, con la puesta en marcha de la Nueva Escuela Mexicana. Hay muchos motivos para fortalecer los procesos de enseñanza, básicamente para que los jóvenes transiten por el camino correcto y, de paso, se alejen de las prácticas antisociales que tuvieron su mayor apogeo con Felipe Calderón. No quisiéramos hablar de él, sobre todo por la atmósfera de zozobra que sembró. Él fue, en su política, un fracasó. Pero, más allá de eso, lo más sustancial es como Claudia ha ido inhibiendo esa situación con políticas públicas eficientes. La sensibilidad de la jefa de Estado, evidentemente, ha propiciado las condiciones para que la salud, al igual que otros rubros, sean una garantía. La propuesta del IMSS-Bienestar, que encabeza Zoé Robledo, un perfil que ha dado resultados tangibles, es muy fructífera.

El paso de la tormenta, que tuvo afectaciones hace poco en varios puntos de la república, puso a prueba la capacidad de reacción del sistema de salud. Rápidamente ellos, con una estrategia detallada y un equipo avanzado, fueron hasta el último rincón para atender y suministrar medicamentos que, de carácter urgente, fueron apremiantes por las condiciones sanitarias. Con ello, queda claro, se hizo más fácil el acceso para que médicos y especialistas, en brigadas, tuvieran revisiones minuciosas por el estado de alerta que se propagó. Hoy, gracias a ello, se pudo evitar más desgracias. Sabemos que hubo pérdidas humanas, pues los imponderables de la naturaleza, de fuerza descomunal, tuvieron un efecto adverso. Por eso se convocó a que la ciudadanía, de buena voluntad, contribuya. Y sí, la inmensa mayoría de mexicanos nos unimos para aportar nuestro granito de arena.

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La transformación continúa, eso es una realidad. En Chiapas, ya que hablamos de salud, por ejemplo, Claudia atendió el llamado que hizo el gobernador o, mejor dicho, las gestiones correspondientes para fortalecer el sistema de salud. Nuevamente el sur, de hecho, se vuelve pionero de una de las acciones que pone en funcionamiento el gobierno de la República. Primero fue la Universidad Rosario Castellanos, que ha sido todo un éxito. Después de ello, en esa participación activa de las autoridades estatales, se ha dado esta coyuntura histórica de un programa humanista.

Serán, ni más ni menos, más de 240 médicos y especialistas que le vendrán de maravilla al sistema de salud al integrarse. De hecho, se les exhortó a conducirse con humanismo, ética y profesionalismo, y a mantener siempre la conciencia de servir al prójimo. Siendo así, se destacó que la recuperación de la paz en regiones antes afectadas por la violencia ha permitido que las unidades médicas vuelvan a operar con normalidad y que el personal acuda con seguridad a sus centros de trabajo. Esto es, en definitiva, el proyecto de la 4T que continúa.