Ya está caminado el segundo sexenio de una administración que ofreció ser diferente pero conforme avanza, pareciera que el camino se vuelve más escabroso. Después del trecho recorrido, debemos de destacar que se han cumplido expectativas en ciertos temas, no obstante, en este andar se han eludido otras cosas relevantes.
Primero debemos de afirmar que es verdad que muchas cosas han cambiado para bien de todos los mexicanos. Es evidente que el pueblo está contento con algunos cambios, pero ese pueblo bueno sigue esperando el revire de otros temas que, para mal, se han venido consolidando.
Como ejemplo de cosas cumplidas es prudente resaltar el desbarrancamiento de un poder judicial antinacional y corrupto. Es evidente que tumbar a un poder judicial abyecto era un deseo de millones de mexicanos y eso se ha alcanzado a pesar de las rabietas de la derecha o qué decir del cobro de impuestos a corruptos, acción que también causa regocijo en el pueblo.
Pero mantener el chapulineo, la repartición de posiciones a indeseables, tolerancia a vulgares ambiciosos que se dicen de Morena, el nepotismo, la reelección, la resistencia a quitar los plurinominales, apapacho a mafiassindicales y la tolerancia a la corrupción en el servicio público en las partes medias y bajas del poder, han sido cosas poco entendibles para millones.
En esta ocasión hablemos de la valorización del magisterio y la democracia sindical como deudas pendientes del anterior y actual régimen. Estos dos temas son asuntos que en lo absoluto han sido tocados a pesar de ser una exigencia de los trabajadores de la educación. En asuntos de democracia sindical, las cosas siguen siendo peores que hasta antes del 2018 pues las mafias sindicales se han consolidado. No es cierto que todo depende de la organización de los trabajadores tal y como lo dijo el ex presidente AMLO. Mientras no cambie el marco jurídico en materia laboral y se siga permitiendo que los mismos grupos de siempre controlen a los trabajadores dentro de su sindicato, de nada sirve que los mismos sindicalizados se organicen.
Pasado el 2018, bastó con que los actuales dirigentes sindicales juraran lealtad al nuevo régimen para que se decidiera desde el poder dejar en manos de estos defraudadores de la democracia el control de los sindicatos, incluido el SNTE. Al poder no le importó que los dirigentes siguiesen sumidos en la corrupción, en la antidemocracia y se dedicaran a la persecución de los trabajadores disidentes. En este tema, los trabajadores deberán de esperar mejores tiempos y seguir con una lucha desgastante.
Pasemos al desprestigio del magisterio y a su escasa valoración. Posiblemente las épocas más negras en contra del magisterio fue lo que se vivió durante el sexenio del panista Felipe Calderón y del priista Enrique Peña Nieto. El primero arrebató derechos emblemáticos al magisterio cuando promovió la reforma a la Ley del ISSSTE del 2007 para crear las afores y el segundo, cuando expidió una ley educativa con la complicidad del PRI, PAN y PRD, en el 2013. Con esta ley peñista, se pretendió correr a todos los docentes a través de un examen amañado. Estas afectaciones no solo dañaron al ala disidente del magisterio, sino que también tocaron a los trabajadores leales al SNTE, sindicato que nada hizo por evitar estos desmanes.
En esa época, para contener las inconformidades magisteriales, ambos gobernantes, uno panista y el otro priista, se valieron de los mediosde comunicación afinesa ellos y de ciertos grupos de la derecha que eran sus aliados. Las campañas a favor de las reformas legales y en contra de las luchas de los maestros fueron terribles y los estigmas creadosen contra de los maestros, también fueron brutales.
Recuerdo una encuesta que aplicó un medio de comunicación (radio) en los días previos a la aprobación de la reforma educativa del peñanietismo. Al aire fue lanzada una pregunta dizque para medir el pulso social. La interrogante decíamás o menos esto: en un aula, ¿quién es el responsable de la mala calidad de la educación de los estudiantes? La pregunta afirmaba de facto que en la escuela pública había mala calidad de la educación, que el problema sucedía en el aula y a partir de ahí se pedía la respuesta. ¡Ya nada más faltaba que, a pesar de la pregunta, los opinadores dijesen que el culpable era el sistema político! Prácticante el 99% de los supuestos opinadores dijo que el responsable era el docente. El medio concluía que los maestros estaban reprobados y la sociedad, tal vez, daba por cierta una conclusión como esta.
La pregunta encerraba una enorme intención perversa pues estaba realizada con la intención de desprestigiar al magisterio. Pero no fue lo único. La Organización Mexicanos Primero también patrocinó un documental llamado De Panzazo en donde, según ellos, descubrían la causa de la mala calidad de la educación en México y, por supuesto, concluían también que los responsables eran los docentes. O qué decir que las palabras soeces, ruines y groseras de Claudio X. González, cuando tachó de delincuentes a los docentes de la CNTE por el solo hecho de reclamar derechos legítimos arrebatados en la reforma a la Ley del ISSSTE del 2007.
Hace años el docente era un personaje importante en las comunidades donde había una escuela, pero como producto de estas campañas gubernamentales y de las organizaciones de derecha, el docente pasó a ser un personaje ordinario y de escaso valor ante la sociedad donde se ha desenvuelto en los últimos años.
Antes, a mediados del siglo pasado, el docente era una especie zzde consejero respetable, un mediador de conflictos, un personaje que era consultado con mucha devoción para la resolución de asuntos comunitarios. Los padres de familia exigían a los niños respeto absoluto a los maestros. En los libros de texto, existían infinidad de referencias al papel del maestro como un personaje honesto y bien portado a quien debería de respetársele siempre. Posiblemente era porque al maestro se le consideraba como un personaje que podía modelar conductas de los menores. Por eso, para las familias, era un auxiliar plenamente reconocido en la formación de los menores. De ahí el respeto y hasta la admiración.
Habría que ver las razones de la ruptura entre el papel del maestro y la sociedad. Este alejamiento se da de manera más marcada durante la era neoliberal sin dejar de mencionar las acciones autoritarias y criminales de gobiernos como el de Luis Echeverría cuando persiguió con las fuerzas armadas a un grupo de maestros guerrerenses que solo reclamaban justicia social. A la sociedad le vendieron la idea de que los docentes que reclamaban justicia eran revoltosos y antisociales por lo que el estado debería de eliminarlos, borrarlos y no detenerlos. Por ejemplo, se cuenta que en Bajumbaro, Michoacán, Genaro Vázquez, docente guerrillero, en febrero de 1972, tuvo un accidente automovilístico y quedó herido. Ahí miso fue detenido por el ejército. El secretario de la Defensa Nacional comunicó de inmediato al presidente Echeverría del suceso pues el guerrillero era objetivodel ejército. Cuentan que el políticoordenó al jefe de la milicia que avisara del accidente a los familiares del todavía herido y que les entregara el cuerpo. Ante esas acciones gubernamentales y cientos de otras más, la sociedad empezó a ver con desconfianza, primero a los maestros rebeldes y después, a todos.
Mas tarde, la andanada siguió. Es muy seguro, como ya se ha afirmado, que el régimen neoliberal también tuvo mucho que ver en esta ruptura entre maestros y sociedad. Además, el SNTE, ente antidemocrático desde que nació, también no solo fue permisivo en esta andanada de desprestigio en contra de los maestros, sino que, incluso,contribuyó en mucho al deterioro de esta imagen. Y ambos, sindicato y régimen, lo hicieron porque los docentes empezaron a cuestionar la corrupción y la antidemocracia de ambos.
- Así hasta arribar al régimende la 4T. A pesar de que, en las urnas del 2018, prácticamente todos los docentes se volcarona votar por Morena, alcanzado el poder, fueron desairados. Los docentes decidieron su voto masivo por dos razones elementales: para intentar llevaral poder a un grupo que les ofrecía justicia social y reivindicarlos y porque estabanhartos de la antidemocracia del SNTE. Por lo visto, el chasco fue grande. Es bien sabido que, en esos años, el SNTE había venido exigiendo se votara por el PRI, pero los docentes, casi ninguno, les hizo caso a sus dirigentes. Lo que siguió después fue una muestra evidente de deslealtad del régimen al cariño de la inmensa mayoría de docentes hasta culminar con la negativa a devolverles los derechos arrebatados en el 2007.
Hasta este momento no solo se ha omitido devolverles el valor social a los docentes, sino que también el régimen hizo suyo el marco jurídico heredado del neoliberalismo. A tal grado lo hizo suyo que, en estos momentos, cotidianamente los docentes están acorralados y con el Jesús en la boca pues con suma facilidad, si no cuidan a los estudiantes, se les puede instrumentar un procedimiento administrativo que los lleve a perder el empleo o, peortodavía, como lo han pretendido algunos legisladores que parecen discípulos de Claudio X a pesar de que visten chaleco guinda, meterlos a la cárcel si no saben, entre otras cosas, detectar a tiempo conductas llenas de estrés de los estudiantes.
Así que eso de revalorizar al magisterio, en estos tiempos, es cosa más que imposible. La represión a los docentes, con el pretexto de aplicar un marco jurídico vigente, es cosa de todos los días, verbigracia las posibles sanciones graves ante el no cumplimiento de la circular 25/09/25.
Mtro. Juan Durán Martínez Docente poblano
Correo: escribidoretica@gmail.com