La presidenta Claudia Sheinbaum rindió su informe de labores tras concluir su primer año de gobierno. Lo hizo –como solía hacerlo su antecesor- en el Zócalo de la Ciudad de México, sitio emblemático del obradorismo. Algún individuo simpatizante de AMLO, de cuyo nombre no quisiera acordarme, exclamó una vez en un video que la plaza de la Constitución les “pertenecía”. Así las cosas.
El contenido del informe no aportó nada nuevo. Otra mañanera más, pero cargada de simbolismos y signos inquietantes. Se sabía de antemano que la jefa del Estado no haría más que cantar las bendiciones aportadas por la “transformación”, y desde luego, no estaba de más lanzar un par de loas al expresidente AMLO, quien es, vale redundar, el padre político del movimiento y de la propia Sheinbaum.
Un hecho ha resultado relevante: la presencia de los ministros de la Corte. Hugo Aguilar, Yasmín Esquivel, Lenia Batres y Estela Ríos colgaron el domingo en sus redes fotografías, mensajes, alabanzas y expresiones de admiración por la presidenta. Como si no representasen al máximo tribunal jurisdiccional del país, se deshicieron en halagos hacia un movimiento que, por donde se le mire, ha capturado a México. Sin temor a exagerar, el obradorismo es hoy dueño del país, de sus instituciones y de su destino.
¿Cuándo y dónde se habrá visto que ministros de la Suprema Corte asistan a mítines políticos? ¿Se ha esfumado tal vez cualquier resquicio de valor, dignidad e independencia que debe prevalecer en el espíritu de un juez, y más aún tratándose de ministros de la Suprema Corte?
Yasmín Esquivel, quizás la ministra con la más dañada reputación por el vergonzoso caso de la tesis, fue más lejos y expresó vía X comentarios que uno esperaría de Luisa María Alcalde, Arturo Ávila, Epigmenio Ibarra o de cualquier otro miembro o propagandista del partido oficial, pero jamás de un ministro de la Corte.
Es una realidad que el Poder Judicial ha sido asaltado, sometido y sojuzgado. En medio de los vítores al expresidente AMLO, y plácidamente colocados entre los miles de asistentes en un mitin político, los ministros de la Corte sólo esperaban el fin del mismo para volcarse a las redes sociales y reiterar su fidelidad al régimen que hoy gobierna. Es una pena.