Será difícil una solución pacífica a la crisis de Rusia y Ucrania. Ucrania declaró un estado de emergencia de 30 días, llamó a sus reservas militares y pidió a sus ciudadanos que abandonaran Rusia. Seguramente, habrá una gran afluencia de refugiados en Europa. El impacto en los mercados ya se está dando y podría agravarse. Las sanciones económicas anunciadas tendrán un impacto más allá de los países sancionados.

Es momento de unidad en Occidente. Las acciones de Vladimir Putin son desconcertantes, ambiciosas, peligrosas y destructivas. Putin no está capturado por el inmediatismo. Se desplaza en el uso estratégico del tiempo. Hay amenazas, fintas y desinformación. Putin ya declaró nuevos supuestos países en territorio que pertenecía a sus vecinos.

¿Acaso la motivación de Putin tiene que ver con la OTAN o con la seguridad de Rusia? Todo indica que no. Putin está convencido de que Ucrania es parte de Rusia.

Muchos de nosotros no imaginábamos que pudiera llegar a darse una invasión de un estado europeo soberano a estas alturas del siglo XXI. Es increíble que Putin siga dando sufrimiento a su país. ¿Qué podría justificar estas acciones?

Debemos reconocer que el presidente de Estados Unidos ha hecho un manejo inteligente de la situación. Biden mostró resolución. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, canceló una reunión programada para esta semana con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov. La razón es que, desde la perspectiva estadounidense, Rusia no está preparada para tomar medidas demostrables para brindarle a la comunidad internacional algún grado de confianza, ni toma en serio la reducción de la tensión y ni la búsqueda de una solución diplomática.

Las sanciones contra Rusia tendrán impactos económicos de gran alcance para Europa y para Estados Unidos también. El costo de la energía aumentará. Rusia podría tomar otras represalias a través de ataques cibernéticos.

Nadie puede justificar una invasión de un vecino más débil.

Timothy Snyder, profesor de historia de la Universidad de Yale, escribió en el Financial Times que Ucrania ha sido independiente desde 1991, desde el final de la Unión Soviética. En 2014, Rusia invadió, ocupó y anexó gran parte del territorio ucraniano. Y el lunes por la noche, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó tropas en el este de Ucrania.

Tres ideas de Snyder nos ayudan a entender parte del problema:

  1. “El presidente de Rusia justificó la violencia con una extraña diatriba sobre el pasado que puso de relieve las afirmaciones que Putin hizo en julio pasado en un largo ensayo: Ucrania no existe; no ucranianos; todo es simplemente parte de Rusia, o inventado por Rusia, por lo tanto, debe ser reclamado y controlado y, si es necesario, aniquilado por Rusia. Putin no es historiador. Ucrania tiene su propia historia distinta y fascinante y los ucranianos tienen tanto derecho a un futuro como cualquier otra persona”.
  2. “Putin piensa que todos los que hablan ruso deben ser rusos y necesitan su protección. Casi todo el mundo en Ucrania habla ruso. Aquí hay un problema más profundo. Sea cual sea el idioma que hablemos, es lo que decimos lo que importa. Nuestra identidad no debe ser decidida por tiranos distantes, cualquiera que sea el idioma que hablen”.
  3. “La historia no puede detener una guerra. Pero nos puede ayudar, al menos, a entender cómo se empieza, que es con soberbia y mentiras”.

Leí también el extraordinario artículo de la exsecretaria de Estado Madeleine Albright, publicado ayer en The New York Times. ¿La conclusión? Putin está cometiendo un error histórico. Albright también nos ayuda a entender mejor la crisis. Aquí transcribo cuatro ideas centrales de su editorial:

  1. “Putin es pequeño y pálido, tan frío que parece casi un reptil”. “Putin está avergonzado por lo que le pasó a su país y está decidido a restaurar su grandeza”.
  2. “La afirmación revisionista y absurda de Putin, de que Ucrania fue “totalmente creada por Rusia” y efectivamente robada del imperio ruso está totalmente en consonancia con su cosmovisión distorsionada. Lo más perturbador para mí: fue su intento de establecer el pretexto para una invasión a gran escala. Si lo hace, será un error histórico”.
  3. “Durante años, Putin ha buscado pulir la reputación internacional de su país, expandir el poderío militar y económico de Rusia, debilitar a la OTAN y dividir a Europa (mientras abre una brecha entre ésta y Estados Unidos). Ucrania aparece en todo eso”.
  4. “En lugar de allanar el camino de Rusia hacia la grandeza, invadir Ucrania aseguraría la infamia de Putin al dejar a su país diplomáticamente aislado, económicamente lisiado y estratégicamente vulnerable frente a una alianza occidental más fuerte y unida”.

Es casi seguro que la agresión de Putin llevará a la OTAN a reforzar significativamente su flanco oriental. Habrá fuerzas en los Estados Bálticos, Polonia y Rumania. La resistencia ucraniana será apoyada por Estados Unidos y la Unión Europea. No van a permitir una repetición de la anexión de Rusia de Crimea en 2014.

Sin embargo, Putin es paciente y pragmático. La confrontación actual lo ha dejado aún más dependiente de China.

¿Qué está pensando Vladimir Putin? El lunes pasado dijo que él cree que Ucrania es un país ilegítimo, que existe en una tierra histórica y legítimamente rusa. Afirmó que Ucrania en realidad nunca tuvo tradiciones estables de estado real.

¿Qué hubiera pasado si Ucrania tuviera un gobierno pro-Putin? Probablemente sería reconocida por Putin como un estado soberano.

Recuerdo que en el 2005 Putin declaró que “el colapso de la Unión Soviética fue un gran desastre geopolítico [en que] decenas de millones de nuestros conciudadanos y compatriotas se encontraron fuera del territorio ruso”.

El argumento central del discurso de Putin del lunes pasado es que Ucrania y Rusia son, en términos históricos, esencialmente inseparables. El nacionalismo ucraniano, en su opinión, es una infección introducida por los bolcheviques; cuando la Unión Soviética colapsó y las repúblicas desde Ucrania hasta Estonia y Georgia declararon su independencia, el virus los mató.

Putin teme y advierte que Ucrania adquirirá armas nucleares con la ayuda de Occidente, se unirá a la OTAN y, en última instancia, servirá como plataforma de lanzamiento para un ataque estadounidense contra Rusia.

En la mente del presidente ruso existe una conexión perfecta entre el nacionalismo ruso y los intereses de seguridad rusos. Putin cree que el actual gobierno ucraniano amenaza a Rusia por razones ligadas a su pasado imperial. Restaurar el control ruso sobre los territorios que cree que le pertenecen legítimamente sería una forma de poner fin a la amenaza.

Pero el hecho de que Putin haya abrigado durante mucho tiempo agravios nacionalistas no aclara hasta dónde está dispuesto a llegar en la búsqueda de sus fines.

¿Será que Putin realmente quiere que Occidente escuche sus preocupaciones sobre Ucrania y venga a la mesa de negociaciones?

¿O el enfoque de Putin es una obsesión con Ucrania como estado ilegítimo que hace que sea casi imposible de imaginar negociaciones serias?

¿Es casi inevitable una invasión total? ¿Tiene Putin el apoyo de sus conciudadanos?

Cualquiera que sea la respuesta a cada uno de estas interrogantes, debemos comprender bien el sentido del agravio histórico y la forma en que eso moldea la visión de Putin de la supuesta “amenaza” de Ucrania. Por eso Putin se arriesga tanto en sus movimientos de los últimos días. Debemos entender mejor la visión del mundo que tiene Putin; y tomarlo en serio.

Javier Treviño en Twitter: @javier_trevino