El gobernador del Estado de Oaxaca, Salomón Jara, ha cumplido con la encomienda de Palacio Nacional. Se apegó, en ese sentido, a los fragmentos de una narrativa para atender y dar apertura a los aspirantes a la silla presidencial de Morena. De hecho, la petición la hizo el dirigente del partido, Mario Delgado; incluso, a principios del mes de enero que circuló la carta, las formalidades se emparejaron a medias. Es decir, la disposición de algunos mandatarios habla de congruencia; sin embargo, hemos visto que tampoco se ha nivelado el proceso sucesorio porque no todos los suspirantes han sido tomados en cuenta en el equilibrio de la contienda.

Qué bueno que Alfredo Ramírez, gobernador constitucional de Michoacán lo hizo al buscar las condiciones para abrir cancha a los aspirantes presidenciales. Y eso ocurrió también en Oaxaca que, desde hace unos meses, ha comenzado la transformación que encabeza Salomón Jara a pesar de las deficiencias que encontró cuando tomó protesta. Lo que sabemos es que, en aquella entidad, las cosas marchan positivamente porque hay un jefe del ejecutivo estatal identificado plenamente con el proyecto del presidente López Obrador.

Oaxaca tiene otra cara desde que Salomón tomó las riendas de la entidad. Por eso es importante resaltar el compromiso social e institucional que ha puesto en marcha. De igual forma, hay que reconocer que, hace un par de días, mostró congruencia para que Ricardo Monreal llevará a cabo una presentación de los retos de las políticas públicas del país con la presencia de una multitud que expresó su respaldo al coordinador de los senadores de Morena.

Tanto los asistentes -como el propio gobernador- cobijaron a Ricardo Monreal. De hecho, hay una añeja relación de amistad pues ambos son parte importante de la consolidación de una serie de Reformas Constitucionales. Podemos decir que hay temas que son visualmente entendibles. O sea, el marco que le preparó Salomón Jara dice muchas cosas más allá de la amistad que han mantenido.

Es, políticamente, un apoyo que se generó a partir de los periodos legislativos donde hay manifestaciones claras de un numeroso grupo de senadores que impulsan la candidatura del zacatecano desde la Cámara Alta, incluso ese bloque es un muro de contención que ha disuelto los golpes e intentos de conspiración que han tejido una minoría de radicales contra el líder de la fracción. En cambio, esa gran columna es sumamente importante en este proceso sucesorio, especialmente porque ha ido alimentando el vehículo de la Reconciliación por México que encabeza Monreal.

De ahí han salido candidatos que ahora son gobernadores de sus estados. Está el caso de Sinaloa, Nayarit, Hidalgo, Baja California, Oaxaca y Tamaulipas. Muchos de esos mandatarios -seguramente- respaldarán la aspiración de Ricardo Monreal con Morena. Y quien ha dado el primer paso, sin duda, es Salomón Jara en la entidad que gobierna. De hecho, eso debe servir como ejemplo para que, a la postre, más mandatarios comiencen a generar las condiciones de visita y se apeguen, en esa lógica, a la instrucción de apertura que dio el presidente López Obrador.

El objetivo, se supone, es que las condiciones se nivelen en todos los sentidos cosa que, hasta ahora, está muy alejada de la realidad. Es decir, aún hay muchas manifestaciones de favoritismo a favor de una de las corcholatas, incluso con publicidad descarada que significan actos flagrantes de campaña anticipada. En medio de ese clima, las mismas bases del partido siguen señalando el grado de exclusión que todavía padece Monreal a estas alturas donde la situación debió haber cambiado, luego de la carta que envió Mario Delgado a los gobernadores y gobernadoras del partido.

Aun así, Monreal continúa dando la batalla y, lo más importante, se mantiene como un serio aspirante a suceder al presidente López Obrador pese a que no cuenta con una red de propaganda que otros aspirantes tienen en sus manos, porque él en ese sentido, ha cuidado las formalidades constitucionales. Sin embargo, el coordinador de los senadores de Morena sigue llevando más cuadros a su causa. Es claro que Salomón Jara, gobernador del estado de Oaxaca, jugará en la cancha de Ricardo Monreal en la sucesión presidencial bajo las siglas de Morena.

A propósito, sería bueno que los demás gobernadores y gobernadoras de Morena comiencen a levantar la mano para agendar una visita con los aspirantes a suceder al presidente. Sería una pena y un hecho lamentable que, desde las entidades, se fomentará también la exclusión y el favoritismo. Si no es así, que se apeguen a los fragmentos de una carta que envió Mario Delgado, eso sí, por indicaciones de Palacio Nacional.

Hubo quienes ya lo hicieron; otros están en pláticas y generando las condiciones; no obstante, hay algunos que se hacen de la vista gorda para evitar que eso suceda. Tendrá que ser el propio presidente López Obrador, a través de Mario Delgado, quien les recuerde la instrucción de una carta -porque de la unidad que se genere con todos los presidenciales- dependerá el futuro del 2024.

Oaxaca ya lo hizo y ha demostrado piso parejo.