“Hay un puente que necesito quemar antes de irme

(There’s a bridge I need to burn before I leave)

Sólo quiero respirar otra vez

(I just wanna breathe again)

Como un día de verano necesito sentir el calor de nuevo

(Like a summer day I need to feel the heat again)

Sólo quiero evitar que la piedra ruede

(I only wanna keep the stone from rolling)

Sólo quiero aprender a sentir la lluvia

(I only wanna learn to feel the rain)

Entonces tal vez podría evitar que las hojas se caigan

(Then maybe I could stop the leaves from falling)”

CHER

Mismo lodo, diferentes marranos. No importa el partido: la corrupción los hermana. A nosotros, ciudadanos, nos fastidia el hedor (y las pérdidas).

Hablemos, por ejemplo, del funcionario de la Agencia Nacional de Aduanas de México, encargado de combatir el huachicol fiscal. El señor posee cinco relojes valuados en casi ocho millones de pesos. Los ha adquirido en los últimos años. Uno de ellos lo pagó —¡en efectivo!— por 3.5 millones. Mientras tanto, Alejandro “Alito” Moreno, dirigente del moribundo PRI, es acusado de desviar 83 millones de pesos. Samuel García, gobernador de Nuevo León por el fosfo Movimiento Ciudadano, ya no será investigado por transferencias dudosas que suman más de mil millones de pesos. Mil millones. No es errata. Y aunque dicen que se combate el huachicol, este ha aumentado un 33% desde que inició el sexenio.

Lo que aquí narro ocurrió apenas ayer. Pero así estamos, todos los días. Leer las noticias produce rabia. Coraje. Asco. Todos son iguales; algunos, peores. Corruptos, de la misma ralea.

¿No mencioné panistas? Seguro hoy alguno nos sorprende con otra fechoría.

Nos queda impotencia. Especialmente a quienes sí somos honestos. A quienes desde el servicio público —incluso dentro de gobiernos morenistas— entregan el alma para que las cosas funcionen. Porque más allá de los colores, su trabajo cotidiano mantiene al país en pie. Funcionarios de carrera, o recién llegados que entienden el servicio público como eso: servicio.

Las columnas más leídas de hoy

Están los médicos del IMSS-Bienestar, que claman por medicinas para atender a sus pacientes como se debe.

Están los soldados rasos que enfrentan al crimen organizado armados con equipo deficiente, frente al arsenal de los cárteles.

Están quienes combaten el huachicol, para luego enterarse de que ahora se roba con más intensidad.

Por cada puñado de burócratas capaces, hay una caterva de sinvergüenzas que ven en el servicio público una oportunidad para llenarse los bolsillos, a costa del desarrollo del país.

Pongámoslo en palabras concretas:

Por cada peso que se roban, hay una medicina menos, una quimioterapia no comprada, una vida que podría haberse salvado.

Antes se decía que había que cambiar de políticos para que no robaran. Según López Obrador, estudiar en el extranjero era sinónimo de aprender mañas.

Pero ahora resulta que el doctor Alex Tonatiuh Márquez, quien estudió Derecho en la UVM —universidad privada, mexicana, y nunca tachada de “fifí” por el presidente— es tan austero como Emilio Lozoya. Su “humilde” colección de relojes de lujo está valuada en 7.7 millones de pesos. Por supuesto, su tren de vida no coincide con sus ingresos. El escándalo es tal que Estados Unidos lo tiene en la mira por corrupción aduanera. Sí, el mismo que debería vigilar la evasión fiscal parece ser parte activa de ella.

Antes trabajó en la Asamblea Legislativa y en la Procuraduría del Trabajo de la CDMX. Sus ingresos, pasados y presentes, no alcanzan para esos relojes.

Además, pagar en efectivo bienes de ese calibre puede constituir lavado de dinero, de acuerdo con la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita. En México está prohibido pagar en efectivo —sin justificar el origen del dinero— sumas superiores a 3,210 UMAs (aproximadamente 364 mil pesos). ¿Será que el encargado de combatir el fraude fiscal es, en realidad, un lavador profesional?

En el caso de Samuel García, la Fiscalía General de Nuevo León cerró las investigaciones en su contra sin siquiera analizar casi 100 estados de cuenta vinculados al caso. No aclaró el origen de depósitos, inversiones y transferencias que suman más de mil millones de pesos. Tal vez deberían contratar al diario El Norte, que sí hizo el trabajo completo.

Podríamos continuar con el caso de “Alito”. O con el del exgobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, hoy premiado con el Consulado de México en Miami. ¿Fue enviado a Florida para ayudar a los connacionales o su visita al centro de detención Alligator Alcatraz para ver dónde podrían encerrarlo? Digo, ya fue mencionado en el escándalo de la Barredora de Tabasco junto con su ex concuño Adán Augusto.

Afortunadamente, a mí me falta la desfachatez que a ellos les sobra. Desafortunadamente, este país tiene un excedente de malnacidos, aprovechados y rateros.

Qué lástima que les sobre malicia e “hijoputez”, y les falte vergüenza.

Y sobre todo: les falta amor por México, aunque lo cacareen todos los días.

México duele. Con todo lo que se roban, ¡cuánto podríamos hacer!

Giro de la Perinola

Tampoco fuimos Dinamarca.

El país con menor percepción de corrupción en el mundo es Dinamarca.

México está en los últimos lugares. Solo peor: Venezuela, Camerún, Gabón, Haití, Camboya, Bolivia y el Congo.

Nuestro país ocupa el deshonroso lugar 140 en el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, con apenas 26 puntos de 100 posibles.