Así es, en estos días en que el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica está literalmente cerrado, ha quedado al descubierto lo mal que están en materia aeronáutica. Imaginen cómo está el caldo de cultivo que Sean Duffy, el flamante secretario del Transporte del país vecino, ha tenido que “amenazar” con correr a los Controladores de Tráfico Aéreo (CTA), que durante este cierre del gobierno (shutdown) se han incapacitado por enfermedad.
No podemos tapar el sol con un dedo y después de doce días los resultados saltan a la vista: aeropuertos norteamericanos afectados por la falta de personal, lo cual se ha traducido en retrasos, largas filas, e incluso se está pensado en reducir vuelos como medida paliativa.
Así y como lo leen, están evaluando reducir el número de slots, ajustándolos al número de controladores aéreos que están disponibles en los aeropuertos. Por “extremo” que suene, es una realidad; pero resulta “curioso”, porque eso fue el principal motivo de queja en contra de nuestro país cuando el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) hizo exactamente lo mismo para desahogar las operaciones y que la terminal aérea funcionase de forma mucho más segura para todos.
Veamos, el gobierno norteamericano nos dice sin pena ni gloria que piensa hacer lo mismo que hizo el gobierno mexicano, pero eso les sirvió de pretexto y excusa para para poner trabas, y finamente retirar la alianza que Delta y Aeroméxico tenían.
En el documento que dio a conocer, la Secretaría de Transporte del vecino país, (DOT, por sus siglas en inglés), argumentó que los motivos por los cuales se retiraba el “Joint Venture” entre Delta y Aeroméxico, se debía entre otras cosas a la reducción de slots que se hizo en el AICM. Dijeron que ellos consideraban que tal reducción no abonaba a tener una “competencia leal” con el resto de las aerolíneas como American Airlines y United, que se unieron a la queja de la famosa “competencia desleal”.
Otro de los grandes argumentos que esgrimió Sean Duffy fue la negativa de México a permitir el cabotaje dentro de nuestro país; ¿así o más claro?, es evidente que quieren “sí o sí” la apertura de los cielos mexicanos para el beneficio de la aviación extranjera.
Esto se vuelve indudable cuando vemos a los Estados Unidos acusando a la aviación de China de hacerles “competencia desleal”, porque ellos -a diferencia de las aerolíneas gringas y occidentales-, sí pueden sobrevolar el espacio aéreo ruso. Estados Unidos (y otras naciones) no pueden sobrevolar el espacio aéreo ruso en respuesta a las distintas sanciones que le han impuesto a Rusia por la invasión a Ucrania; en cambio las chinas aprovechan que sí pueden hacerlo, y no solo llegan más rápido a su destino, sino que además ahorran combustible.
Dice el gobierno de Donald Trump que si las aerolíneas que salgan o lleguen a Estados Unidos de China no le hacen caso, les prohibirá sobrevolar el espacio aéreo de Rusia. Y esperen, que viene lo mejor, porque esta errática decisión por parte del DOT a cargo de Duffy, podría estar afectando a las aerolíneas norteamericanas que trabajan códigos compartidos con Xiamen Airlines, China Southern, China Eastern y Air China.
De nueva cuenta, lo único que hacen los administradores de la aviación norteamericana es darse balazos en el pie. Han demostrado que son incapaces de entender la importancia de la industria aérea y de la colaboración entre las aerolíneas.
En su afán de defender a la flota aérea comercial más grande del mundo, lo que están haciendo con estas medidas es llevarla a un abismo donde no van a tener crecimiento, sino todo lo contrario.
Por eso estoy muy contenta con la noticia de que Aeroméxico y Delta no se van a dejar mangonear por estos ineptos que hoy gobiernan el vecino país y van a dar la pelea en los tribunales.
Así es, ambas aerolíneas han presentado ante el Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito de Estados Unidos una “demanda” -por llamarla de alguna manera- contra la decisión del DOT de dar por terminada su “Joint Venture”. El Semanario Proceso recoge la declaración que al respecto hizo Aeroméxico:
<i>“La decisión de Aeroméxico y Delta de solicitar la revisión de la orden final del Departamento del Transporte (DOT) no se ha tomado a la ligera, en este momento es nuestra única opción y el siguiente paso procesal para proteger los intereses de negocio, redes globales y clientes de Aeroméxico y Delta”…</i> <i>“Aeroméxico y Delta son indisolublemente una sola empresa en el mercado transfronterizo que opera en beneficio de los consumidores. Deshacer el acuerdo de colaboración en la fecha límite del 1 de enero establecida por el DOT sería complejo tanto operativa como comercialmente”.</i>
Proceso
La miopía de las autoridades norteamericanas es tan grande que no ven que, acabar con esta alianza, al final les saldría más caro al lado norteamericano. No es gratuito que Delta declarara que en caso de que se diera por terminado el Joint Venture, tendría que hacer un recorte de poco más de 4 mil empleos, en los Estados Unidos.
Finalmente, la aerolínea que comanda Andrés Conesa, al ser más pequeña, le permite una mayor flexibilidad ante un evento como la terminación de la alianza con Delta, pudiendo mirar a otros mercados; pero Delta se queda sin su principal socio que le abre literalmente las puertas no solo de México, sino de toda América Latina.
Espero que todo salga a favor de que se pueda continuar con la alianza, que es muy exitosa y trae increíbles beneficios para ambas naciones; ese debería de ser el punto de partida de cualquier análisis.
Desde este espacio felicito a ambas líneas aéreas por no dejarse y luchar hasta el final, porque saben que les acompaña la razón en todo momento y que lo que se busca es tener una industria más segura, más eficiente y con más opciones para los usuarios.