Sin sorpresa, exactamente lo ordenado en los acordeones fue el resultado pírrico y sin el pueblo votando.
El ejercicio resultó una farsa carente de legitimidad donde el oficialismo compuesto por los partidos de Morena y sus satélites oficiales PT, PVEM y MC y los que simulan ser oposición, acabaron rebasados por una sociedad que no validó esta elección.
Cuando los partidos dejan de representar a la sociedad
En un régimen autoritario los partidos políticos son entidades de control de la sociedad, en otras palabras, sirven al poder.
En el México actual, los partidos políticos han dejado de representan los intereses, principios y criterios ideológicos de su militancia y simpatizantes para convertirse en vehículos para la consolidación del poder absoluto.
De primera mano conozco casos en Ecatepec y Coacalco donde se pagaban 500 pesos por voto efectuado de acuerdo al acordeón proporcionado.
Durango y Veracruz
En el primero ganó el PRI, un estado donde el gobernador es más morenista que muchos y ha trabajado para los caprichos de AMLO. Durango es el estado que más ha visitado Claudia Sheinbaum y al que más recursos federales le han destinado, a cambio, probablemente, de dejarles el control.
En Veracruz el control se lo dejaron a los Yunes, los mismos que se vendieron para aprobar la reforma al poder judicial, por eso ganaron Veracruz, Boca del Río y cerca de 40 municipios más.
Sin embargo, lo que sobresale en estos dos estados, es el rotundo y reiterado fracaso de las dirigencias nacionales del PRI y del PAN ¿para eso Alito y Romero se apañaron las dirigencias?
Basta dar un vistazo a los resultados, en donde el PT sin alianza le ganó el tercer lugar al PAN y Movimiento Ciudadano gana al PRI y PAN por mucho: esa es la oposición en México, gracias a dirigentes que no trabajan por sus partidos, militancias, ni nada que no sean sus propios intereses.
La elección extraordinaria
La motivación de esta reforma se ha debatido ampliamente. AMLO durante seis años atacó brutalmente a este poder, llegó a calificarlo como “el más tenaz violador de la Constitución”, y lo acusó de estar “plagado de nepotismo e influyentísimo” y de proteger “intereses particulares en lugar de los del pueblo”.
Pero, quienes quedaron como aspirantes a ministros, magistrados y jueces propuestos por Morena son parientes, amigos de militancia, compadres y cercanos de la élite del partido que gobierna empezando, por Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz.
No es un secreto que el poder judicial representó un estorbo para imponer lo que hoy estamos viendo ni que, por venganza o por las razones que haya tenido, Andrés Manuel se empeñó en destruirlo para crear un aparato judicial que quedara a sus órdenes.
Pero no lo hizo solo, no, contó con la ineptitud, cinismo y complicidad de las dirigencias de los llamados partidos de “oposición” que carecieron de oficio y capacidad para enfrentar un aparato de Estado que desplegó toda su fuerza para conseguir su objetivo.
El vergonzoso papel de la oposición
PAN, PRI y sus deplorables dirigencias permitieron todo. Si bien, AMLO inició una cacería de brujas para eliminar a los opositores, dejando como serviles sirvientes a Marko Cortés y Jorgito del PAN y a Alejandro Moreno “Alito”. En las discusiones -que no hubo realmente- de las reformas, fueron entes testimoniales, con discursos grandilocuentes de Ricardo Anaya que sirven para tapar el sol con un dedo.
No fueron capaces ni siquiera de luchar por que se incluyera en el dictamen de la reforma judicial algo tan básico, pero que hubiera marcado la diferencia, el establecer un porcentaje de votación mínima vinculatoria para esta elección.
De haberlo hecho, estaríamos en un escenario muy distinto, frente a una votación que se habría declarado nula y abriría la oportunidad de replantear la controvertida reforma.
La sociedad tomó la iniciativa de no validar la farsa y los partidos no tuvieron los tamaños de hacer algo con eso.
X: @diaz_manuel