La política mexicana atraviesa un desgaste profundo: Partidos usados como franquicias de negocios, funcionarios que administran intereses antes que comunidades y una sociedad cansada de promesas rotas. En ese contexto, el ejemplo de Mérida, Yucatán, bajo el liderazgo de Cecilia Patrón Laviada, muestra que la innovación en gobernar marca una ruta distinta.
El pasado viernes presentó su primer Informe de gobierno, el cual responde a cabalidad con el objetivo de rendir cuentas a la ciudadanía sobre el estado que guarda la administración pública. Fue un acto que ya no se ve en estas épocas de la 4T: de rendición de cuentas, transparencia, evaluación de su gestión y planeación.
Arropada por el calor humano de cientos de meridanos a los que no les importó una pertinaz lluvia que refrescó la ciudad, Cecilia Patrón se dejó felicitar por jóvenes, lideresas de las colonias populares, amas de casa, personas de la tercera edad y representantes de grupos sociales de todos los sectores -empresarial, académico y religioso- de Mérida.
Algunos de estos eran comisarios municipales, actores de una Mérida compleja que hoy reciben atención de primera mano y que manifestaron sentirse atendidos más que nunca.
Algo que nos llamó profundamente la atención es que en medio de una lluvia que ya parecía terminar, muchas personas, mujeres y hombres mayores la felicitaban y la animaban a seguir trabajando, con mucha familiaridad, como si ya la conocieran de años atrás, antes de ser alcadesa.
“Es que es verdad, Cecilia lleva ya muchos años cerca de la gente”, nos comentó uno de sus propios colaboradores que también esperó su turno para pedir una foto con ella. Se notaba el orgullo de pertenecer a una administración cuyos retos no son pocos, pues recibió una ciudad con crecimiento explosivo durante las últimas dos décadas.
En apenas un año, la alcaldesa Cecilia Patrón impulsó medidas que no brillan en espectacularidad, pero sí en la vida cotidiana: sustituyó la obsoleta iluminación de vapor de sodio por lámparas LED, con un impacto directo en seguridad y un ahorro proyectado de 200 millones de pesos anuales para el municipio. Recursos que podrán reinvertirse en calles, áreas verdes y espacios deportivos.
Además, a través de la campaña Mérida Limpia, se implementó un sistema de recolección especial de residuos voluminosos —refrigeradores, colchones, muebles— que antes terminaban en la vía pública. Esta política no sólo mejora la imagen urbana, también fortalece la corresponsabilidad ciudadana en el cuidado de la ciudad.
La clave, sin embargo, no está solo en la gestión, sino en la actitud política. Patrón gobierna desde la oposición en un estado y en un país dominados por Morena. Y, lejos de la confrontación estéril, ha apostado por el diálogo institucional, generando coincidencias sin perder su independencia. Ese contraste evidencia que sí hay formas distintas de ejercer el poder.
Cecilia Patrón gobierna para todos. Es incluyente, sin sesgos partidistas, sin estigmas inútiles y perversos como quienes están en el poder federal.
En un país atrapado entre el populismo y el descrédito de las élites políticas, Mérida nos recuerda que la política es para servir y no para enriquecerse. Recuperar la integridad, la innovación y la cercanía no es una utopía: Mérida es la prueba viva de que se puede gobernar bien.
Mérida por muchas cosas ha sido y es un ejemplo de gobierno con una enorme visión, por ello, destaca como uno de los municipios mejor calificados, incluso en mediciones de las casas encuestadoras Rankings de México, CEReserch y Ranking de Alcaldes, entre otras.
No es casualidad, es una realidad y un ejemplo que ofrece esperanza de que hay personas que sí gobiernan, comprometidas con su responsabilidad y que ven realmente por la ciudadanía. ¡Enhorabuena!