México fue el primer país en albergar dos copas del mundo en futbol, y fue en un relativo lapso corto de tiempo: 16 años, tiempo suficiente para que algunos jugadores hubiesen podido participar dentro del campo de juego en ambas justas. No sucedió así con ninguno, pero sí los hubo quienes lo hicieron en distintas facetas, acreditados como jugadores en el 70 y cómo DTs y/o auxiliares técnicos en el 86.

Muy puntualmente los hubo dos: el mexicano Mario Velarde (QEPD), quien en México 70 lo hizo como jugador seleccionado nacional, y ya para 1986 como uno de los auxiliares del mítico entrenador serbio Bora Milutinovic. Otro fue Franz Beckenbauer, como jugador también (un fuera de serie) en 1970, quien obtuvo el tercer lugar del combinado alemán, participando en el llamado partido del Siglo, semifinal contra Italia que se celebró en el estadio Azteca. Allí quedó inmortalizada su figura jugando vendado un brazo al pecho, debido a severa lesión durante el encuentro al ya haberse agotado los cambios, y como el entrenador de su selección nacional en México 86, donde llevó hasta la gran final a su escuadra.

Mario Velarde/Especial

Cabe destacar que México le dió, indudablemente, suerte a la postre, ya que en el siguiente mundial al México 70 resultó campeón en 1974, en torneo llevado a cabo en su país, levantando la Copa FIFA como capitán, en la final contra Holanda. Y en el Mundial que siguió al 86, hizo lo propio como director técnico: en Italia 90, en una final repetida contra la casi invencible Selección Argentina comandada por un Maradona que jugó ese torneo con un pie destrozado.

Sólo hay un caso, que es el que (en los hechos, porque los campeonatos mundiales de futbol empiezan desde el primer día de las eliminatorias por zona, y los famosos mundiales en realidad solo se llaman FASE FINAL DEL MUNDIAL) fue el portero de Irlanda del Norte, Pat Jennings, quien jugó las eliminatorias de la UEFA (Europa) rumbo a México 70, no logrando la clasificación. Pero sí la lograron en México 86, donde con 41 años cumplidos, se convertía en ese entonces en el futbolista con más edad en disputar una fase final de Copa del mundo.

Después vendrían otros que rompieron dicho récord: el icónico delantero Roger Milla (Camerún) en USA 94, con 42 años, y que incluso marcó un gol a Rusia, y Faryd Mondragon (Colombia), arquero que con 43 años jugó cosa de 20 minutos contra Japón sin permitir gol en contra. Recientemente, en Rusia 2018, el también cancerbero egipcio Essam El-Hadary, con 45 años jugó el partido completo de Egipto contra Arabia Saudita, atajando inclusive un penal, siendo esta una que luce extremadamente difícil de igualar, dado el altísimo nivel de rendimiento deportivo que exige el participar en un Mundial de futbol.

En el mundial de 2026, en el cuál México se convertirá en el primer país en albergar tres mundiales de futbol, el único personaje que pudiera pasar a la historia cómo haber estado acreditado en los tres, es Franz Beckenbauer, si es que formara parte de la delegación alemana, esta ocasión, necesariamente cómo lo que es a la fecha: un “hombre de pantalón largo” que en el argot no es más que un alto directivo.

Que si hubo personajes del medio que vivieron ambos mundiales, pero sin estar acreditados en los dos, cómo parte de sus selecciones nacionales, los hubo, basten los casos mexicanos de Enrique Borja, jugador en México 70 y comentarista televisivo en México 86, o el mismo Hugo Sánchez, quien siendo aún un niño asistió cómo aficionado a partidos de la Selección Mexicana en el 70, y jugó el 86, marcándole un gol a Bélgica, paradójicamente también rival de grupo de México en el ya mítico año futbolístico de 1986.

Ginés Sánchez en Twitter: @ginesacapulco