Ya vamos rumbo al cuarto año de Gobierno. Y en retrospectiva he hecho un análisis también, porque este año se nos va terminando, de muchas personas que antes de la llegada de Obrador eran mis amigos e incluso eran parte de mi familia.
Y digo “eran” porque esto es lo que ha sido capaz de hacer este presidente que, por supuesto tiene muchísimo poder, más del que podríamos imaginar. Pero no usa ese poder para beneficio de nadie más que de él.
El presidente ha logrado dividirnos y los que antes eran mis amigos, dejaron de serlo cuando ellos se convirtieron al obradorismo y yo no.
No los culpo a ellos, ni me culpo yo. Ellos creen que yo soy la que está perdida. Y yo creo que los que están mal son ellos. Pero ellos tomaron el primer paso al dejarme de hablar.
No he sabido de ellos en casi cuatro años. Y tampoco sé de algunos familiares míos.
Me sorprende que hayan olvidado que ante todo, éramos familia y éramos amigos.
Que tuvimos nuestros momentos felices y de paz, de risas y sueños, de complicidad.
Para serles sincera extraño en particular a una amiga (¡hola Vero S, por si me lees) que me enseñó muchas cosas, amiga muy admirada por mí; trabajadora y muy valiente... Valiosísima.
¡Ah!, y con mucho dinero. (Bueno, esto lo comento por aquello de que se cree que Obrador nada más tiene de fans a gente humilde y pobre.)
Nos reíamos y compartíamos cosas y dolores.
De pronto, hace más de 4 años aparece, otra vez, como candidato Obrador, y empieza de nuevo su campaña por todo lo alto.
Mi querida amiga me hablaba de la maravillas que él traería consigo para el país y para los mexicanos y casi casi caigo; casi me convence.
Pero de pronto en aquel entonces y por ahí me tocó ver un video del ahora presidente en donde se le ve de copiloto en una camioneta y alguien más lo graba sin que él se dé cuenta, y él le cuenta muy convencido a los pasajeros que venían atrás, que la cosa era muy simple, que se trataba de hablarle bonito a la gente y hacerles promesas y que con eso ya era suficiente para ganarse a quien fuera.
En ese momento se prendieron las alarmas en mí. ¿Cómo era posible tal bajeza?
Lo peor vino cuando le enseñé ese video a mi amiga y le dije que ese hombre era una persona malévola y manipuladora y me dijo: ”Es que eres muy negativa y tienes mala vibra”... y así sin más me dejó de hablar.
Intenté buscarla varías veces. Pensando, incluso, riéndome que había sido una exageración que me dejara de hablar por un hombre al que no le importamos... Ni ella le importa.
Pero no. No contestó.
A veces pienso si cuando se termine el mandato del presidente volveré a saber de todos aquellos que me dejaron de hablar porque adoran al presidente y porque para ellos yo soy muy “negativa y mal vibrosa”.
Pero creo que ya está perdido. Ya están intoxicados de obradorismo.
Esto es lo que ha logrado generar el presidente: que dejemos de vernos como a iguales y hayan distinciones entre nosotros tan solo por otra persona que duerme perfectamente y en paz desconociendo quienes somos.
No me imagino cómo debe de ser dentro del círculo más cercano de Obrador, si acaso algún familiar no comulgue con él, o algún amigo del pasado.
Estoy segura que el presidente le dejaría de hablar. Le cerraría las puertas de su vida, de su palacio y de su rancho.
Me encantaría ver cómo se comportaría el presidente de cara a cara y mirando de frente a quienes no comulgan con él.
¿Acaso alguna vez ha creado espacios para encontrarse con todos esos que enlista y nombra en su mañanera lleno de rabia y de ira?
Si fuera un hombre inteligente escucharía lo que le tiene que decir esa gente por la que se siente amenazado.
Pero le gana la víscera como también le pasa a sus seguidores.
Mientras tanto, está por llegar otra navidad y me viene a la mente que muchos de los que consideré amigos, hoy no estarán para darles un abrazo. Porque el presidente logró su cometido: Divide y vencerás.
Quizá por eso le invertimos tanta energía a la Selección Mexicana: desde hace mucho no estábamos unidos, todos... Y a pesar de que perdió México estuvimos todos de alguna manera. Así que todos ganamos.
Lo malo es que ya se acabaron estas cosas que nos unen a todos.
Y ya sabemos que el presidente no va a llamar a la conciliación, porque aunque no la hecho en repetidas ocasiones, enseguida vienen sus insultos y adjetivos para los que no le aplaudimos.
Pero yo sugiero que de uno no quede: Al menos intentaré buscar a esas personas que por el presidente, me han dejado de hablar.
Somos más que partidos políticos y filias.
Somos mexicanos.
¿Porqué lo olvidamos?
Es cuanto