Como nuevo rico, así ha sido la 4T. Morena y sus aliados resultaron ser mentirosos y cínicos, unos vividores de la política que se han enriquecido y ahora organizan fastuosas fiestas, bodas, bautizos, XV años, pero eso sí, continuan con la narrativa de ser austeros y estar dispuestos a sacrificarse por el pueblo bueno.
El discurso de la hipocresía
Parte del éxito de AMLO fue manejar un discurso polarizante de fifis contra el pueblo desposeído. El término “fifí” ha sido la base de una narrativa de enfrentamiento entre ‘el pueblo’ y quienes poseen más riqueza.
“Fifi” sirve para criticar a sectores completos de la sociedad a los que consideraba el expresidente conservadores y desconectados del pueblo. En diversas ocasiones lo usó para expresar su desaprobación hacia fiestas ostentosas que, según él, reflejan los excesos de las élites económicas y políticas.
La envidia es un pecado original
En su brutal resentimiento, cuestiono bodas o celebraciones, como la fiesta organizada por Diego Fernández de Cevallos a la que asistieron Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón. Señaló que eventos como ese representan al “poder económico y político que dominó México” y que buscan mantener sus privilegios a través de la oposición política. Aseguró: “Fue una boda fifí, conservadora, con puro político del viejo régimen”.
Cuando cuestionaba los eventos sociales de sus adversarios, los contrastaba con su política de austeridad republicana y repetía que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre y lo mismo ha hecho la presidenta Claudia Sheinbaum.
La escandalosa realidad
Recientemente tuvo lugar la boda del secretario del bienestar del estado de Guerrero, Pablo André Gordillo Oliveros, un flamante operador político del senador Félix Salgado y de la gobernadora Evelyn Salgado.
El lujoso enlace se celebró en la Hacienda San Carlos Borromeo, ubicada en Yautepec, Morelos y tuvo alrededor de 200 invitados. El lugar, lo describen sus administradores, es “donde la historia y la elegancia se unen para deslumbrar”. La celebración destacó por su temática inspirada en la legendaria discoteca Baby’O de Acapulco, con espacios adaptados para recrear el ambiente del icónico antro. El costo estimado del evento superó el millón de pesos, lo que equivale a aproximadamente 15 meses del salario neto de Gordillo, quien percibe 67 mil pesos mensuales.
Cuando cuestionaron a la presidenta Sheinbaum sobre tal derroche, lacónicamente respondió: “Pues austeridad, austeridad a todos, se alejan de la gente luego cuando hacen eso”.
Lo cierto es que parece que esperaron a asumir el poder para hacer las fastuosas fiestas, bodas y demás festines que tanto criticó AMLO, con lujo extremo y en ellos ahora quienes se reúnen para sus fines políticos y de negocios, es la élite morenista.
Se veía venir
El pasado sexenio inició con una fastuosa boda, donde el propio AMLO se vistió de pingüino. La de César Yáñez uno de sus colaboradores más cercanos cuyo enlace se llevó a cabo en Puebla en una ceremonia lujosísima que incluso fue portada de la revista ¡Hola!
Ahí sirvieron una cena de varios tiempos, hubo orquesta, fuegos artificiales y asistió casi todo el gabinete.
Luego, claro, vinieron las bodas de sus hijos, las tres con exceso de lujo y derroche de dinero.
José Ramón se casó con Carolin Adams en la lujosa Hacienda Uayamón en Campeche facilitada por la gobernadora Layda Sansores. Su esposa, con una importante carrera en el sector energético y como consultora, acercó diversas empresas al gobierno de AMLO. La vida de esta pareja ha sido muy polémica. Desde la famosa Casa Gris, el trabajo de José Ramón con el dueño de Grupo Vidanta, Daniel Chávez Moran, uno de los principales asesores de AMLO y, por si eso no bastara, la fiesta de 15 años de la hijastra, celebrada en septiembre de 2023 en Culiacán, Sinaloa en la Casona Centenario, un salón reconocido por su exclusiva ubicación en el Desarrollo Urbano Tres Ríos. La temática fue de espectáculo circense, con lujosas decoraciones, arreglos florales, iluminación elaborada y amenizada por el grupo musical Los Nuevos Rebeldes.
Luego se casó Andrés, el segundo de los hijos y controlador de Morena, quien se manejó con absoluta discreción. Algunas notas periodísticas consignaron que se casó en la Rivera Maya en un complejo hotelero del Grupo Vidanta y asistieron personalidades de la élite morenista, incluida la presidenta Sheinbaum.
El tercer hijo, Gonzalo, no tuvo el cuidado de su hermano y se publicaron fotos y la descripción de sus nupcias con Valentina Martínez Pedreguera. El evento tuvo lugar en Vidanta de la Riviera Maya, propiedad de Daniel Chávez Morán y trascendió que los novios viajaron de la CDMX a la Rivera Maya en un avión de la Guardia Nacional donde también viajaba Andrés. Todo indica que fue una boda doble.
Así la hipocresía de la austeridad en la 4T.
X: @diaz_manuel