“La gran ambición es la pasión de un gran personaje, aquellos dotados con ella pueden hacer actos muy buenos o muy malos, todo depende de los principios que los dirigen”.
Napoleón Bonaparte
Sería un acto insólito y venerado por la historia que en determinado momento, y sin importar las circunstancias prevalecientes, Israel e Irán firmaran un convenio bilateral de alianza y colaboración, y de ser posible, un tratado de paz.
Eso fue precisamente lo que hizo Winston Churchill cuando viajó a Moscú en plena Segunda Guerra Mundial para convencer a Stalin de aliarse con él y así lograr vencer a la Alemania nazi, dándole un giro de 180 grados a la historia y al destino, después se aliaron a ellos los Estados Unidos y varios países más, incluyendo a México.
Pero, desafortunadamente, no exite hasta el momento un hombre en la Tierra como Winston Churchill.
Pero, también, si Israel e Irán toman una iniciativa similar a la de Churchill y Stalin y se alían, y luego se unen a ellos varios países más, incluyendo ahora sí a Arabia Saudita, con un tratado formal de paz y hasta religiosamente eterno, podrían enfrentar juntos la amenaza nuclear que están propiciando Corea del Norte, China y Rusia en esa área del mundo, y también India, aunque hasta ahora no sabríamos de qué lado quedaría.
Sólo imaginar una alianza entre Isarel e Irán con estas condiciones genera esperanza y un anhelo de paz como hace mucho tiempo no se sentía. Y no es tan utópica. Alguna vez Israel e Irán fueron aliados durante la guerra incomprensible entre Irán e Irak.