El equilibrio mundial y el posicionamiento de las grandes potencias no muestran avances hacia la paz. Los gobiernos populistas, el crimen organizado y la lucha económica entre grandes bloques están intensificando las tensiones. Conflictos como el de Israel-Palestina, las presiones de Estados Unidos sobre Venezuela y la invasión de Rusia a Ucrania elevan el riesgo de una Tercera Guerra Mundial ante la falta de vías diplomáticas. En todos estos escenarios participan Estados Unidos, Rusia y China, además de la Unión Europea y organismos internacionales como la ONU y la OTAN.

La semana pasada, el miércoles 19 de noviembre, participé como ponente en la mesa de la presentación del cuarto libro sobre la guerra en Ucrania, de mi amigo, el escritor Marcelo Fabián Monges. El libro se titula: La encrucijada de la paz en Ucrania. Un libro que más oportuno no podría ser ante lo que está sucediendo ahí, donde al parecer se está llegando a un punto de inflexión.

Donald Trump presentó 28 puntos para terminar con la guerra en Ucrania y puso como fecha límite para que fuese aceptado el 27 de noviembre, un día muy simbólico para Estados Unidos, el día de Acción de Gracias.

Sin embargo, esto desató una ola enorme de reacciones y posicionamientos, en primer lugar, del propio Zelensky, el presidente ucraniano, pasando por todo el liderazgo de la Unión Europea e incluyendo al propio secretario general de la ONU.

Muchos de estos actores no han aportado ni una sola idea, ni una sola propuesta para la paz en Ucrania en estos casi cuatro años de guerra, como lo señala Marcelo Monges.

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El escritor comenta y suma algunas consideraciones sobre las respuestas y reacciones de algunas personalidades muy sobresalientes, como la del secretario general de la ONU y la Unión Europea.

28 puntos de Trump

Destaca que el plan de 28 puntos de Trump representa una oferta de paz con varios ingredientes atractivos, especialmente en lo económico y de reconstrucción, pero también con concesiones muy fuertes para Ucrania en materia territorial, militar y geopolítica. La fecha límite del 27 de noviembre añade urgencia, y aunque Trump afirma que no es su último ofrecimiento, la presión sobre Kiev es evidente.

Asegura que la respuesta del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en casi cuatro años de guerra, en febrero próximo se cumplen cuatro años, ha sido nula. No solamente la ONU no sirvió para prevenir la invasión. Tampoco en cuatro años ha generado una sola propuesta de paz, no ha producido una sola instancia de mediación, ni siquiera lo ha intentado. A duras penas Antonio Guterres ha levantado la voz un par de veces ante las amenazas nucleares de Putin, que han sido permanentes. Sin embargo, ahora Guterres sale a decir que se opone a la cesión de territorios de parte de Ucrania. Sin producir ninguna propuesta alternativa, o modificada, a los 28 puntos de Donald Trump.

La Unión Europea entra en los mismos términos. En casi cuatro años de guerra, no ha generado ningún intento para frenar la guerra en Ucrania, no ha producido ninguna mediación, ni ha aportado una sola idea que pudiera conducir a la paz en la guerra de Ucrania. Por el contrario, sus líderes y dirigentes se han abocado a mirar y multiplicar el negocio de las armas, con la visión de continuar la guerra indefinidamente. Y ante cada intento de lograr un acuerdo de paz de Donald Trump, la Unión Europea ha reclamado no quedar afuera de la negociación, sin sumar absolutamente nada, a favor de la paz.

Entre los puntos más cruciales propuestos por Donald Trump está el tema de la cesión de territorios por parte de Ucrania. En este sentido, lo primero que hay que decir es que esos territorios Ucrania ya no los tiene. Los posee en la práctica Rusia. Por lo tanto, no se puede perder algo que no se tiene. Y Ucrania no tiene ninguna forma de recuperar esos territorios militarmente y el principal de ellos, Crimea, realmente nunca ha sido de Ucrania, ya que Nikita Kruschev, se lo pasó a Ucrania como parte del reacomodo de la fuerza que tenía en esos momentos la URSS.

Para tratar de recuperar esos territorios militarmente, debería involucrarse la OTAN, algo que el propio Zelensky se ha esforzado en tratar de conseguir reiteradamente. El único problema es que, si esto sucediera, esto significaría una Tercera Guerra Mundial.

Ceder los territorios que Ucrania ya no posee en la práctica, sería igual a lo sucedido con Finlandia después de la Segunda Guerra Mundial, que le tuvo que ceder el 20 por ciento de su territorio a Rusia y eso le permitió conservar la integridad territorial restante.

Ucrania es en sí, el punto de negociación para que Rusia y China aflojen su apoyo frente a gobiernos incómodos como Venezuela, donde Estados Unidos parece ser ya decidido a intervenir y la respuesta del presidente de China, Xi Jinping, y el de Rusia, Vladimir Putin, apoyan a Nicolás Maduro respaldando su “soberanía” y su alianza estratégica.

La guerra está ya a la vuelta de la esquina.

X: @diaz_manuel