“Toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura al fascismo.”

ALBERT CAMUS

Ya no sorprende, pero no por eso deja de provocar frustración, enojo. Me refiero al servilismo de la CNDH ante los caprichos presidenciales. O quizá estoy equivocada y no se podía esperar un gramo de conciencia cívica de quien no es funcionaria pública y solo llegó al puesto de y para vivir de la memoria histórica —deformada— de su hermano y su madre.

Rosario Piedra ha callado la voz de la CNDH cada vez que se requería una basada en la ley y creada para velar por los derechos humanos de los individuos. La Comisión sirve, en cambio, de coro a los caprichos del inquilino de Palacio Nacional.

Con Rosario Piedra, la otrora participativa Comisión Nacional de Derechos Humanos se ha convertido en una piedra que se ha alineado con la autoridad y no con el gobernado como dictan sus principios. Eso incluye su reciente e inconstitucional opinión sobre el INE.

A raíz de esta, el único logro a subrayar de Rosario Piedra al frente de dicho órgano —uno que no merece festejo alguno—: que importantes sectores de la sociedad se pronuncien en contra del sometimiento de la Comisión al Poder Ejecutivo federal.

Incluso la oposición política —tarde, por supuesto— por fin se ha dado cuenta de que la CNDH solo está al servicio de López Obrador. Aunque es —en teoría— un organismo constitucional autónomo, en la práctica se ha convertido en un apéndice del gobierno. Su participación e involucramiento denunciando (a veces incluso frenando) a autoridades gubernamentales que vulneraban los derechos humanos de las víctimas ha quedado en el recuerdo.

Ahora la CNDH es comparsa de la autoridad, eco de sus desfiguros. Las veces que hemos escuchado de la CNDH desde el 2018 son contadas y por las razones equivocadas:

a) Guardando silencio ante los casos de abuso por parte de la autoridad. Como en el caso de Alejandra Cuevas; los hijos de esta mujer, encarcelada injustamente, pidieron un pronunciamiento de la CNDH y únicamente recibieron silencio. A la fecha, Rosario Piedra no ha señalado los abusos cometidos por la Fiscalía General de la República y su titular Gertz Manero.

b) Callando ante los asesinatos de periodistas. Eso sí, hizo todo un barullo por Vicente Serrano (quien ejerció violencia verbal en primer término), porque otro ciudadano le rompió unos lentes.

c) No oponiéndose a la militarización del país. Que la hoy presidenta de la CNDH argumente que años atrás su familia sufriera a causa de estos no ha hecho diferencia.

d) Impulsando la desaparición del INE, si bien conforme a la Constitución (Art. 102), la Comisión no tiene facultades para opinar de temas electorales.

Con este pronunciamiento, la CNDH rubrica la indefensión de los derechos humanos de la población para acatar los mandatos del gobierno federal. Se mimetiza en el discurso oficialista, traicionando la esencia misma de su existencia.

Rosario Piedra no se entera que, con su ataque al INE, vulnera y debilita aún más al órgano que preside. Sí, da una razón adicional por la cual se tiene que defender al Instituto Electoral: no tener gente como ella que hace de las instituciones caja de resonancia de las peticiones presidenciales.

Pero Rosario Piedra impulsa una nueva dictadura perfecta; ha terminado con la CNDH y pasa a apoyar ahora la extinción del INE. De ser la Comisión una institución defensora de los derechos humanos se ha convertido en ariete golpista del gobierno en turno.

No en balde, en su mañanera, López Obrador dijo respaldar la recomendación de la CNDH para la “transformación” del INE; “reivindicando el derecho del pueblo a la democracia”.

Descalifica 32 años de historia en la construcción de una democracia. Una historia de miles de ciudadanos que han cuidado las casillas y el conteo de los votos en incontables elecciones, incluyendo los comicios del 2018.

Tiene razón Ciro Murayama, consejero del INE, cuando señala: “anda tan perdida la CNDH que ataca al INE México a partir de una recomendación que analiza hechos que ocurrieron entre 1951 y 1965. Es decir, cuando no había nacido el IFE (1990) y menos aún el INE (2014). Ataca a las instituciones democráticas por actos ajenos.”

El mismo presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, el morenista Ricardo Monreal señaló: “la CNDH tiene mucho trabajo en la defensa de los DDHH de los ciudadanos, que deje los temas del INE México a los diputados y al Senado”. ¿Lo escucharán?; lo que es más, ¿lo entenderán?

El senador Germán Martínez también expresó la ilegalidad de la recomendación de la CNDH, señalando que Rosario Piedra destruyó la CNDH y ahora quiere que se destruya al INE.

Mientras que el senador Jorge Álvarez Máynez (MC) compartió: “hoy solicitamos formalmente medidas cautelares a la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) para su intervención y evitar un daño irreparable. La recomendación 46/2022 de la CNDH, en apoyo a la reforma electoral del régimen, vulnera el principio de democracia sustantiva”.

Ojalá comprendamos lo que está ocurriendo aquí; lo sintetizo de esta manera: la CNDH no solo dejó de defender los derechos humanos, ahora va en contra de ellos.

Si queremos aprender de las lecciones históricas, estemos conscientes de esta: la democracia usualmente se asfixia un paso a la vez. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, al servicio del presidente, coadyuva a ello. La 4T (incluyendo a su incondicional, Rosario Piedra) muestra infinito desprecio por el pueblo de México.