Una mujer escritora es lo que necesita el Fondo de Cultura Económica. La tendencia de lectura dice que las mujeres leen más que los hombres y que leen más a otras mujeres que a otros hombres. Prueba de que su estrategia de lectura se basa solo en gustos personales que no representan a México, en lugar de entregar libros que ya interesan a los lectores —mayoría de lectoras—, es que las mujeres leen más que los hombres, según estudios recientes en España, la Unión Europea y México. Las estadísticas muestran consistentemente que un mayor porcentaje de mujeres es lector habitual y que, en particular, la lectura por placer es más común entre ellas.

España: Un 68% de las mujeres leen habitualmente en comparación con el 63.6% de los hombres. La diferencia es aún mayor al considerar la lectura por placer, donde el 64.9% de las mujeres lee por gusto, frente al 54.4% de los hombres, como señala elDiario.es.

Unión Europea: La encuesta de Eurostat revela que las mujeres de la UE leen más libros que los hombres, con un 60.5% de ellas frente a un 44.5% de hombres, según un video de YouTube.

México: El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indica que 4 de cada 10 mujeres ha leído un libro en el último año, mientras que en los hombres la cifra baja a 3 de cada 10, según El Norte.

Otras investigaciones: Un estudio de la consultora GFK en 17 países encontró que un 32% de las mujeres leía ‘todos o la mayoría de los días’, en comparación con solo el 27% de los hombres.

Las columnas más leídas de hoy

Este martes habrá una protesta poética para darle un poema horrible y doblado a Taibo II. Vale la pena tener memoria. La escritura fue privilegio de religiosos, nobles y guerreros por siglos, todos hombres. A los monarcas les sirvieron después los juglares. En la época de El Quijote, los que iban contando historias eran los juglares, quienes además de narrar, cantaban, tocaban instrumentos y hacían acrobacias para entretener al público en plazas y caminos. También existían los trovadores, que eran más bien poetas y compositores, y actuaban en círculos más cultos o cortesanos. Leer y escribir fue acto de osadía, rebeldía, hasta de brujería dignos de persecución y de hoguera. Escribir desde ser mujer primero implicó acceder a la educación y después, escribir a escondidas, firmar como varón o con un pseudónimo o como ‘anónimo’, y hasta como sus maridos o padres.

Aunque le duela a Taibo II, hoy las mujeres escriben más y mejor. Mujeres como Alma Delia Murillo, Cristina Rivera Garza, Ana Clavel, Aura García Junco representan lo mejor escrito de la época. Paco Ignacio Taibo II tiene un sesgo machista que le impide valorar a las mujeres que escriben, y en el cargo que tiene, ese sesgo es violencia y uso indebido de recursos, pues a menudo favorece a sus amigos, hombres por supuesto. Ellos reciben regalías y pagos especiales por reediciones, mientras las mujeres de la cultura crecen por mérito propio. Paco Ignacio Taibo II, encima, es autoritario. Busca imponer su colección de 25 autores por ser su gusto, por querer que la gente lea lo que él lee.