De acuerdo con SDPNoticias en su publicación “Elecciones 2024: ¿Quién sustituirá a AMLO? Arranca la sucesión presidencial con la encuesta MetricsMX”, Claudia Sheinbaum encabeza con un 31%, dentro de las filas morenistas, las preferencias para suceder a AMLO en las elecciones presidenciales de 2024. Le sigue Tatiana Clouthier con un 22%, y en tercer y cuarto lugar Marcelo Ebrard y Juan Ramón de la Fuente con un 17%.

Los casos de Sheinbaum y Ebrard no sorprenden, pues se ha especulado ampliamente en torno a sus aspiraciones presidenciales y sobre el espaldarazo que pudiesen eventualmente recibir por parte de AMLO. Se habla sobre una posible escisión del bando morenista. Sin embargo, los recientes acontecimientos relacionados con la tragedia de la Línea 12 del Metro de la CDMX sí que podrían mermar – o haber mermado ya – las posibilidades de ambos.

Tatiana Clouthier, por su parte, aparece bien acomodada para ganar la candidatura. Sin embargo, como apóstata del PAN, la hija de Maquío podría encontrar algunas dificultades dentro del ala “progresista” de Morena, concediendo sin aceptar que ese partido pudiese contar con un grupo de verdadera izquierda.

Pensemos ahora en Juan Ramón de la Fuente

Desde mi punto de vista, no suena mal. Al menos, así lo parece, a pesar de las siglas que pudiese hipotéticamente representar. Un funcionario altamente competitivo que podría abanderar nuevas opciones. Como rector de la UNAM, el Dr. De la Fuente hizo un trabajo digno, al igual que al frente de la secretaría de Salud durante la presidencia de Ernesto Zedillo.

Ahora, de la Fuente se desempeña como Representante Permanente de México en Naciones Unidas. No olvidemos, en este sentido, que México funge como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la organización internacional. Por tanto, la labor de de la Fuente en Nueva York pudiese resonar en los medios nacionales.

Resulta interesante que ahora, a la luz de la encuesta, un Representante Permanente ante Naciones Unidas y un Secretario de Relaciones Exteriores en funciones (léase, su jefe) se encuentren frente a frente en una carrera por la candidatura del partido oficial. Sin embargo, una ventaja favorece a de la Fuente. Mientras que el cargo de Canciller, al igual que la mayoría del gabinete presidencial, está expuesto políticamente, el de Representante Permanente se ubica lejano de los vaivenes políticos nacionales; lo anterior, quizá derivado de que reside en Nueva York, o mismo porque muchos mexicanos desconocen lo que ocurre diariamente en el seno de Naciones Unidas.

Por otro lado, como he mencionado en los párrafos anteriores, la tragedia del Metro ha ensombrecido la carrera política de Ebrard, lo que podría potencialmente potenciar las aspiraciones de Juan Ramón de la Fuente frente a Clouthier, y aun más, frente a la poderosa jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

En suma, la candidatura de de la Fuente no suena mal. Lástima de partido.