Puedo apostar a que tu no habías nacido, o eras menor de edad cuando nació el IFE (ahora INE). Es una buena apuesta porque la más de la mitad de los electores para este 6 de junio tienen menos de 48 años. Y puedo apostar a que el 90% de los electores desconocen la historia de la creación del IFE.

Si tú conoces la historia del IFE, eres parte de una pequeña minoría.

Entonces puedes dejar de leer, pero preocúpate por diseminar este artículo. Se necesita que el mayor número de mexicanos sepa la importancia de proteger a este organismo ciudadano, sobretodo ante los injustos y traicioneros embates de uno de sus más grandes beneficiarios: Andrés Manuel López Obrador.

En 1988 yo participé como candidato a diputado federal por el entonces 7º Distrito Federal de Nuevo León. Lo hice como independiente, gracias a un convenio con el PARM, que formaba parte del Frente Democrático Nacional que lanzó a Cuauhtémoc Cárdenas como candidato a la presidencia. Porfirio Muñoz Ledo era el gran organizador de todo este esfuerzo.

Los jóvenes de hoy, deben saber lo que avanzamos y lo que costó.

En ese entonces, solo los candidatos del PRI tenían acceso a la radio y la televisión. No había entrevistas en vivo para los candidatos de oposición, ni subsidios a los partidos, ni nada por el estilo. El Gobierno controlaba las elecciones a través de Manuel Bartlett y la Comisión Federal Electoral. Para la elección del ’88 se inauguró el Código Federal Electoral que decía, entre otras lindezas que no había ningún medio de prueba, como testimoniales, o fotografías, para invalidar una elección. La sola firma de los funcionarios de casillas, nombrados todos por el PRI, eran la verdad legal de la elección. El PRI por supuesto tenía financiada su campaña con cargo directo a la Tesorería Federal. El Gobierno controlaba las elecciones y sus resultados de principio a fin.

Nuevo León y el ” fraude patriótico” de Bartlett

Para derrotar al PRI, empezamos en Nuevo León desde 1985 con la Asamblea Democrática de la cual fui presidente. Era un grupo muy plural de 26 personas, emulando un Congreso paralelo. Involucraba a tres hijos de ex-gobernadores del PRI. Un servidor, Fernando Elizondo Barragán y Alejandro Páez Aragón, hijo de un exgobernador de Durango. Aquí fue donde estudiamos las medidas anti-fraude que fueron a dar al COFIPE en 1989-1990.

Después de recorrer el país atestiguando “el fraude patriótico” de Bartlett, hacia fines de 1987, los esfuerzos se enfocaron a formar la Asamblea Democrática por el Sufragio Efectivo, que fue presidida por Porfirio Muñoz Ledo en su primer sesión. Baste decir que Carlos Castillo Peraza y Rodolfo Elizondo fueron dos de muchos panistas reunidos. Hubo otros distinguidos intelectuales como Enrique Krauze y Lorenzo Meyer. Activistas como Arnoldo Martínez Verdugo y Julio Faesler. Reunió a más de un centenar de la crema y nata del ambiente político de oposición. Allí se consolidó la idea de que la organización de las elecciones era una tarea de ciudadanos soberanos, y no un regalo al gobierno en turno para que maquinara su reelección.

Casillas “zapato”

Quizá fue la presión internacional tras la vergonzosa “caída del sistema” el 2 de Julio, la que obligó al Gobierno de Salinas a negociar una reforma política a fondo. Manuel Clouthier, Cuauhtémoc Cárdenas y la Sra. Rosario Ibarra de Piedra, se unieron en los reclamos y todo el planeta se dio cuenta de lo absurdo de los resultados.  Por ejemplo, en los resultados oficiales hubo innumerables casillas “zapato”, llamadas así porque no contenían un solo voto a favor de los candidatos de oposición. Otras inconsistencias estadísticas fueron patentes, amén de las boletas encontradas en basureros o quemadas. Cárdenas logró reunir multitudes de decenas de miles de inconformes en el Zócalo, pero el sistema ni se inmutó. El fraude patriótico practicado durante todo el sexenio de De la Madrid, culminó con la elección fraudulenta de 1988, donde como lo ha narrado recientemente Enrique Krauze había operación tamal,  operación menudo, ratón loco, carruseles, suplantación de representantes y también todo tipo de artimañas —dentro y fuera de las casillas. Y claro, el padrón manufacturado a gusto del PRI-Gobierno.

Las urnas y las boletas de la elección federal se guardaron en el Congreso durante la calificación de la elección. Fue cuando Abel Vicencio Tovar del PAN trató de acceder a los paquetes y fue detenido por soldados que los resguardaron para que nadie los abriera. Había cero transparencia. Las actas eran borrosas y se suplantaban paquetes de votos en el trayecto de la casilla a las comisiones distritales.

El proceso de negociación que vino después fue muy tortuoso. Clouthier había hecho una huelga de hambre, sin gran resultado. Y en octubre de 1989 murió en un sospechoso accidente. Esto descabezó al PAN, y así fue que el PAN llegó a un acuerdo con el PRI para la reforma a medias, por miedo a que el PRI negociara con la izquierda. Salinas instituyó el Programa de Solidaridad, palabra favorita del PAN.

Luis Donaldo Colosio y las credenciales de elector con fotografía

Los panistas negociadores fueron comandados por Luis Alvarez, Carlos Castillo y Diego Fernández de Cevallos, los cuales obtuvieron la creación del IFE regido por un Consejo General. Este consejo resultó una estructura casi decorativa, pues la estructura operativa de la anterior Comisión Federal Electoral no fue tocada. Muy después, a mí me tocó negociar con Luis Donaldo Colosio para que hubiera credenciales de elector con fotografía. Luego descubrí que la distribución de credenciales de elector obedeció a una estrategia selectiva y sesgada a favor del PRI.

La elección de 1991, ya con credenciales con foto produjo un triunfo arrollador del PRI de nueva cuenta. Fue entonces que el PAN se puso duro con Salinas y se negociaron las gubernaturas de Guanajuato primero y San Luis Potosí en seguida. La “concertacesión” puso a Carlos Medina en Guanajuato, no a Fox que había sido el competidor. En San Luis Potosí, le regalaron el puesto a un yerno del Doctor Nava.

El Grupo San Ángel

En pocas palabras, teníamos IFE, pero los problemas electorales seguían. Esto no cambió hasta que se formó el Grupo San Angel, también muy plural, que acaparaba los titulares después de cada reunión. Allí participaron entre otros, Krauze, Aguilar Camín, Vicente Fox, Tatiana Clouthier, Carlos Monsivais, Demetrio Sodi y cuyos principales organizadores fueron Jorge Castañeda y Adolfo Aguilar Zínzer. La presión del grupo San Angel logró que Zedillo, tras un triunfo que Diego no reclamó sino por lo disparejo de los recursos, hiciera los cambios para tener un IFE realmente independiente y ciudadano.Este primer IFE realmente independiente, lo presidió Woldenberg, pero las verdaderas estrellas fueron mi primo Jesús Cantú Escalante, Juan Molinar Horcasitas, Alonso Lujambio, Emilio Zebadúa y Jaime Cárdenas que generaron una mayoría inescapable, sin duda. A la primera elección organizada por este IFE, el PRI perdió la mayoría en el Congreso Federal.  Y en la primera elección presidencial, gracias a la alianza de Vicente Fox y el PAN con el Partido Verde, sacamos al PRI de Los Pinos. Yo invité a Porfirio Muñoz Ledo, de parte de la campaña de Fox, a unirse y renunciar a su candidatura presidencial con el PARM.

En esta lucha de muchos años quedaron en el camino verdaderos patriotas como Manuel Clouthier (1989) y Luis Sánchez Aguilar (1997); también José Angel Conchello (1998), todos muertos en accidentes de automóvil. Y ni qué decir de los muertos un días antes de la elección de 1988, como Fco. Xavier Obando y Román Gil, que trabajaban en la campaña del FDN. Más cientos de asesinados del PRD entre 1988 y 2007.

¿Un aspirante a dictador?

Resulta paradójico y hasta insultante, que el principal beneficiario de la actuación de la correcta actuación institucional del IFE lo sea Andrés Manuel López Obrador, quien finalmente pudo llegar a ser presidente; y ahora sea precisamente él, quien tenga en su agenda visible tratar de desarmar el INE y tratarlo como una oficina burocrática de quinta.

Puede ser que el INE tenga muchas fallas. Si así es, se deben corregir, pero no debemos retroceder jamás y menos para complacer a un aspirante a dictador. Es una verdadera conquista ciudadana y protector de nuestros derechos a votar y ser votado. El IFE es nuestro garante de la idea primera de la Revolución Mexicana: sufragio efectivo, no reelección.

Todos estos años de lucha de 1982-2000 los tengo narrados en un libro: Batallas por la Democracia. (Applebooks.)

San Pedro, NL