“Normalmente cuando las personas están tristes, no hacen nada. Se limitan a llorar. Pero cuando su tristeza se convierte en indignación, son capaces de hacer cambiar las cosas.”
MALCOLM X
Lo primero y más importante: es absolutamente indignante la hayan matado. Porque la maestra jubilada Irma Hernández Cruz, de 62 años, estaría viva de no haber sido secuestrada. Poco importa si se murió infartada de la impresión que su captura le causó, como lo señaló ayer la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, o si la ejecutaron o si los peritajes forenses luego indican otra cosa. La organización criminal denominada Cártel Mafia Veracruzana le arrebató la vida a Irma Hernández. Desmiéntame lo anterior, gobernadora.
En todo caso, ¿qué es lo alarmante? ¿Qué falleció de un infarto o que fue secuestrada desde el 18 de julio y su cuerpo apareció tirado? Cuando se plantean las interrogantes correctas se va viendo lo ridículo e… ¡indignante! del discurso de Nahle.
Como indignante también la falta de delicadeza de la ejecutivo local al decir que ‘le parecía extraño que no hubiesen pedido rescate’. O la autoridad es tonta o es perversa por mañosa. Así que aquí le aclaro, es muy sencillo: no pidieron rescate porque NO QUERÍAN rescate; lo que los delincuentes buscaban era mandar un mensaje de terror a todas las personas que viven y trabajan en esa región del estado de Veracruz. Y el mensaje fue enviado y se oyó fuerte y claro.
Indignante el discurso de los gobernantes, mismo que podíamos saber de antemano qué diría. “Su muerte no quedará impune”, “se llegará hasta las últimas consecuencias”, etcétera. ¿Quién le escribe sus discursos? ¿Y cómo es que aceptan esas retóricas baratas? Que suenan a más de lo mismo y que no llevan a ningún lado.
La maestra jubilada de 62 años fue secuestrada y los criminales la presentaron como un triste trofeo. Amarrada e hincada. Rodeada por al menos por 12 individuos que la amedrentaban con armas de alto poder. Irma tuvo que repetir el mensaje que le dictaron sus asesinos.
¡Indignante que NO hubo una condena de Rocío Nahle hacia los delincuentes asesinos! ¿Qué tal esta?: “¡Ya ni la friegan!, ¡asesinos! Una pobre mujer que entregó su vida a educar a jóvenes, cuya pensión no le alcanzaba para vivir y por ello se dedicaba a hacerla de taxista”. Ultimada porque se negó a pagar derecho de piso… Y decir “derecho” —cosa que ya hemos normalizado— es un vil eufemismo para no decir ABUSO, abuso y criminalidad de piso.
No es suficiente hablar en términos de ‘lamentable’ la muerte de esta mujer. Atroz, bárbaro, intolerable, indignante son adjetivos que más se acercan a describir lo que está ocurriendo.



Dejando de lado la sustancia y efectividad de la estrategia contra el secuestro y la extorsión, ¿de verdad el gobierno no se da cuenta que el tono de la comunicación que usa ya causa indignación? Las respuestas que dio la autoridad no solo fueron tibias; tampoco reflejan la gravedad de lo que estamos viviendo. Son indignantes. Las respuestas se convirtieron en una herida más para la familia y para el pueblo de México.
El video grabado es una muestra del abuso que realizó este grupo delictivo sobre una persona inocente e indefensa y ello no solo es lamentable y reprobable, es intolerable e indignante.
La declaración de Nahle es una muestra de la incapacidad, incompetencia y nula empatía. Va más lejos, retrata que, incluso en el discurso y la narrativa, el gobierno se encuentra ampliamente rebasado por lo que se refiere a enfrentar al Crimen Organizado.
Las autoridades se equivocan al no hacer un énfasis en la indignación. Efectivamente, la capacidad de combate a la delincuencia no depende solo de uno ni de un gobierno ni de una administración. Pero darle la justa proporción a estos actos, sí está al alcance de la autoridad.
Ante lo ocurrido, se esperaba al menos una mínima muestra de empatía hacia la víctima, hacia sus familiares. Imprimirle algo parecido a ¡signos de exclamación! Lo ameritaba. Por ello, resulta descorazonador que a las autoridades no les indigne una muerte que es verdaderamente indignante.
La falta de oficio de la autoridad se ve reflejada en la forma en que se dirigen a la opinión pública. Lo que sufrió Irma Hernández causa escalofríos.
Giro de la Perinola
(1) La 4t presume de que son igualitarios, pero eso no es cierto. Han demostrado que hasta en los futbolistas hay dobles raseros. Si eres Cuauhtémoc Blanco se vale, se tolera y se protege a pesar de estar denunciado por violación. Tienes fuero y la bancada legislativa de Morena nada hará para quitártelo. Aaaaah, pero si eres “Chicharito”, un zopenco redomado, y te equivocas feamente al abrir la boca, las féminas de la 4t se indignarán (esa indignación que no se les ve con el caso Irma Hernández).
(2) El discurso oficialista de “llegamos todas”, de los derechos de la mujer, de la igualdad de género, se concentra en condenar las palabras de Javier Hernández Balcázar. Se queda corto, muy corto ante lo ocurrido con la maestra veracruzana. El secuestro, abuso y posterior asesinato de una mujer que representa a dos gremios merece duras palabras de las mujeres morenistas. Al parecer, la maestra Irma Hernández no llegó con todas. Claro que no.