Cito al diario Reforma: “… ‘Hoy nos encorralaron, para no cometer aquel error’, ironizó Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, sobre el sitio asignado a los dirigentes de Morena para el festejo por el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum en el Zócalo”.
¿Aquel error? El del pasado 9 de marzo cuando, también en el Zócalo, dirigentes de Morena dieron la espalda a la presidenta de México. Se equivocaron, por frívolos: se fotografiaban cuando debían estar atentos a la llegada de Sheinbaum. ¿Quiénes? Entre otras personas, el mencionado Ricardo Monreal, diputado; Manuel Velasco, senador del Verde; Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, y Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización del partido de izquierda.
Definición de encorralar: “Meter y guardar en el corral algo, especialmente el ganado”. Lo dice la Real Academia Española.
“Chismes. No tiene nada de malo cómo se acomoda la gente. No hay ningún mensaje, no hay nada”. Tal fue el comentario de la presidenta Claudia Sheinbaum cuando se le preguntó por qué en el evento dominical del Zócalo tales héroes de la política fueron encerrados en un corral.
Mujer muy ejecutiva, que seguramente siempre está al pendiente de los detalles relacionados con los asuntos importantes del gobierno —el mítin en el Zócalo tenía un gran significado político—, la presidenta no vio nada de malo en los lugares que se asignaron a Monreal, Velasco, Adán Augusto y López Beltrán. Quizá ni siquiera vio el corral vip en el que tales próceres de la izquierda mexicana quedaron encerrados.
Es creíble que la intención de Sheinbaum no haya sido enviar ningún mensaje. Pero hay mensajes involuntarios, y a veces resultan enormemente elocuentes.
La elocuencia, dice el Diccionario de la lengua española, deleita, conmueve o persuade. En este caso, la impensada elocuencia de encorralar a tan desprestigiados políticos deleitó a la gente que los detesta por su cinismo, sobre todo manifestado cuando justifican con tonterías sus gastos gigantescos; conmovió a la sociedad que no creía posible que se les exhibiera, como guajolotes domesticados, en un corral, y persuadió inclusive a la gente que no coincide con la 4T de que es posible llegar a una nación en la que, quien la hace, la pague, por poderoso que sea o se sienta.
Pocas veces he recibido en mi WhatsApp más mensajes cargados de ovaciones a Claudia Sheinbaum, inclusive de parte de personas hartas de las conductas inmorales de nuestros políticos.
Viene al caso un refrán, para que reflexionen esos politicastros que andan por la vida como pavos reales: “Guajolote que se sale del corral, termina en mole”. Ya lo saben, si siguen violando los principios de un gobierno que quiere ser distinto, serán sacrificados antes de que se les desplume y se les eviscere.