Las autoridades del trabajo del sexenio pasado y la continuidad en el presente están metiendo en problemas al gobierno federal de la presidenta Claudia Sheinbaum, pues el Departamento de Estado del Gobierno de Estados Unidos ha publicado un reporte sobre la práctica de derechos humanos en México, con un apartado especial sobre la política laboral, reprobando todas las actuaciones de simulación que se han realizado en estos últimos 6 años. Se puede consultar en la página: https://www.state.gov/reports/2024-country-reports-on-human-rights-practices/mexico

No es casualidad el momento en que se publica este análisis, nos encontramos en la antesala de la negociación del tratado de libre comercio con Canadá y Estados Unidos, a donde se revisará el anexo 23-A que impulsó el presidente Trump en su momento, en donde incluso estaba condicionada la validez de todo el tratado a cumplir los compromisos laborales adquiridos.

El grupo encargado de operar el T-MEC mediante la reforma laboral de 2019 tomó el control de la Secretaría del Trabajo, del proceso de selección de jueces laborales y del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, pero pensaron que con la reforma legislativa sería suficiente para maquillar los compromisos del T-MEC, sin entender que se buscaba realmente cambiar la realidad laboral del país. Lo que sucedió en la práctica es que se confabularon autoridades, cámaras empresariales y sindicatos charros para hacer como que modificaban todo para seguir igual, por eso Estados Unidos está denunciando que todo fué una simulación.

Se buscaba que existiera real libertad sindical y oportunidad de negociaciones colectivas, pero en lugar de eso pusieron al frente del centro federal de conciliación laboral al hijo de un ex líder charro, quien aplicó criterios que facilitaron a los sindicatos de las centrales obreras para que pudieran legitimar los contratos colectivos, que las empresas metieran las manos en los procesos y el resultado es que hoy el 95% de los contratos colectivos del país son de protección y siguen en manos de los líderes charros.

Ya son decenas de quejas resueltas en paneles laborales del T-MEC por las constantes violaciones a los derechos colectivos de trabajadores, que no son otra cosa más que la prueba fiel de la incompetencia de las autoridades laborales, que ha legitimado esas prácticas y les tienen que corregir la planilla.

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Era necesario terminar con la subcontratación y la violación de derechos laborales, pero en su lugar se simuló un registro de empresas que hoy incluye a miles dedicadas a esta actividad, a pesar de la evasión de impuestos y la fuga fiscal que representan, actualmente las propias autoridades reconocen que cinco millones de trabajadores laboran con esta figura, la cuarta parte de toda la fuerza laboral formal del país. Pura simulación.

Pero, además Estados Unidos señala la opacidad que llevan a cabo las autoridades laborales en la supervisión, inspección y sanción de las violaciones laborales, lo cual sigue siendo una constante en la vida laboral, en donde no se cumplen las vacaciones, no se pagan horas extras, se violan todo tipo de derechos, pues la regla en este país es que las autoridades se hagan de la vista gorda y los patrones traten a los trabajadores como si fueran sus dueños.

Los juicios laborales ya tienen el mismo problema de las juntas de conciliación y arbitraje, tardan un año en radicarse los expedientes, cuando le notifican a un patrón ya lleva el riesgo de los salarios caídos, todo mal.

Se vienen tiempos difíciles en las relaciones trilaterales del T-MEC, el tema laboral puede ser un caballo de troya para el actual gobierno, sobre todo si no toman seriamente el control de los procesos de cambio que necesita el país en esta materia, se tiene que desmontar el aparato de simulación que ha venido operando y ponerse a trabajar por los derechos individuales y colectivos de los trabajadores mexicanos.

X: @riclandero |Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM