Conozco a Paco Cervantes de manera personal. Antes que presidente del Consejo Coordinador Empresarial, antes que figura nacional, lo conocí como lo que sigue siendo en esencia: una persona comprometida con su país, con una convicción clara de que la empresa no puede vivir de espaldas a la sociedad. Esa convicción —que yo comparto desde el trabajo comunitario en el Club Rotario Sayavedra— es la que hoy quiero subrayar al reconocer su gestión y felicitarlo por su reciente informe de actividades.
El empresario que dio la cara en los momentos más difíciles
Cuando llegó la pandemia, Paco encabezaba la CONCAMIN y se enfrentó a uno de los episodios más complicados para la planta productiva del país. Mientras muchos preferían esperar, él decidió sentarse con el gobierno federal para encontrar salidas: protocolos sanitarios, aperturas graduales, medidas de protección para trabajadores y mecanismos para evitar el colapso de miles de empresas. Empujó la reactivación económica desde la industria y apostó por acuerdos público-privados que permitieran mantener empleos y sostener cadenas productivas en un momento crítico.
Aquella capacidad para construir puentes en plena crisis fue lo que lo llevó, más tarde, a la presidencia del CCE en 2022. Su liderazgo no se basó en la confrontación estéril, sino en el diálogo responsable con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Gracias a ello se avanzó en temas clave como la integración al T-MEC, la atracción de inversión y el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas.
De López Obrador a Sheinbaum: acuerdos que dan continuidad
Su informe reciente confirma que el CCE, bajo su conducción, se convirtió en un interlocutor confiable entre gobierno, trabajadores y sector privado. Una y otra vez se ha reconocido públicamente su capacidad de coordinación con el presidente López Obrador y la excelente relación que ha construido con la presidenta Claudia Sheinbaum.
Con ella, Paco ha mantenido una ruta de diálogo enfocada en tres prioridades: contener la inflación, proteger la economía familiar y aprovechar el momento del nearshoring para que México crezca con justicia social. El sector empresarial, bajo su liderazgo, reafirmó su compromiso de estabilizar precios, fortalecer la inversión y acompañar una política económica que no deje a nadie atrás.
Impulsor de la política salarial con sentido social
Uno de los capítulos más importantes de su gestión ha sido la política salarial. Bajo su conducción, el CCE acompañó incrementos al salario mínimo construidos desde el consenso con el gobierno y el sector obrero.
Y recientemente, el Consejo Coordinador Empresarial anunció un nuevo acuerdo para incrementar en 13% el salario mínimo para 2026, reafirmando su compromiso de mejorar el ingreso de los trabajadores. Este aumento combina un ajuste del 5% más un Monto Independiente de Recuperación que, en su conjunto, permitirá fortalecer la economía de millones de familias.
La decisión se tomó por unanimidad en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos y confirma algo fundamental: el empresariado mexicano entiende que la competitividad no está peleada con la justicia laboral.
Paco lo ha dicho claro: los empresarios deben asumir su parte en la reducción de la pobreza y en la construcción de un país con mejores oportunidades para todos.
Una visión compartida de comunidad y desarrollo
Aunque él proviene de Monterrey y yo del Estado de México, compartimos una misma visión: el desarrollo económico solo tiene sentido si se traduce en bienestar real para las familias. Esa visión también coincide con la que impulsa la gobernadora Delfina Gómez, con quien Paco ha mantenido una relación institucional respetuosa y orientada a fortalecer la inversión, promover la creación de empleo y acompañar una agenda social que atienda a quienes más lo necesitan.
Es, en esencia, una misma ruta: gobierno estatal, sector privado y sociedad civil caminando en la misma dirección.
Un liderazgo con dimensión humana
Como presidente del Club Rotario Sayavedra he visto cómo la participación de los empresarios cambia realidades: becas, servicios médicos, recuperación de espacios públicos, apoyo a familias vulnerables. Por eso, cuando observo la trayectoria de Paco Cervantes, veo la confirmación de que no hay empresa sana en una sociedad fracturada.
Su labor durante la pandemia, su impulso a los acuerdos salariales, su compromiso con la estabilidad económica y su visión de desarrollo con justicia social son prueba de que sí es posible poner a la comunidad en el centro de las decisiones empresariales.
Una felicitación con mirada hacia adelante
Hoy quiero felicitar abiertamente a Francisco Cervantes Díaz por su informe de actividades y por el cierre de un ciclo ejemplar al frente del Consejo Coordinador Empresarial. Su gestión demuestra que el diálogo, la responsabilidad social y la visión de país pueden convivir con el impulso a la competitividad y la inversión.
Pero esta felicitación no es un punto final. Es un recordatorio de lo que podemos construir cuando la empresa, el gobierno y la comunidad entienden que su trabajo no compite, sino que se complementa.
Paco, amigo: tu liderazgo deja huella. Y lo que más inspira no es solo lo que lograste para el sector empresarial, sino lo que contribuiste para las familias, los trabajadores y las comunidades que representan el verdadero rostro de México.
Enhorabuena.





