La presidenta Sheinbaum afirmó que Omar García Harfuch no enfrenta amenazas, que su ausencia en los actos oficiales responde únicamente a la carga de trabajo que mantiene al frente de la dependencia. “A veces viene, a veces tiene mucho trabajo y decide no asistir”, dijo a manera de explicar la falta del funcionario en el evento del domingo al que asistieron todos los colaboradores del gobierno, legisladores, gobernadores y la cúpula de Morena.
Se entiende que la presidenta Sheinbaum no genere alerta ni valide lo que es obvio, el secretario es objetivo de grupos criminales. Se le debe proteger y que razones políticas como la asistencia a eventos masivos no le lleven a exponerse. Desde el gobierno se ha emprendido la lucha contra el crimen organizado, además de dejar expuesta la corrupción generalizada en las altas esferas del gobierno que acompaña al robo y a la importación ilegal de combustibles.
Ya en otra ocasión García Harfuch, como responsable de seguridad pública de la Ciudad de México salvó la vida milagrosamente de un atentado organizado por el CJNG, en el que perecieron dos de sus escoltas y él resultó herido por 3 balas. Durante 3 minutos, 20 sicarios dispararon 414 veces al vehículo que lo transportaba utilizando fusiles tipo Barret, lanzagranadas y bombas de fragmentación.
La acción contra el crimen organizado es la decisión más relevante de la presidenta Sheinbaum y todavía más que se haya puesto al descubierto la acción criminal de la Marina en la importación ilegal de combustibles que incrimina, por acción u omisión, a la más alta esfera del gobierno. Sin duda, al entonces secretario de Marina almirante Rafael Ojeda y al responsable del organismo de inteligencia, general Audomaro Martínez, de la plena confianza del presidente. La magnitud y tiempo en que se llevó a cabo el mal llamado huachicol fiscal hace evidente que la extensa red de complicidades sea considerablemente mayor a lo hasta hoy conocido y debe de incluir a una parte sustantiva de las empresas a cargo de la distribución de gasolinas.
Para los estadounidenses, García Harfuch es garantía y el vínculo más confiable en un momento en el que buena parte del gobierno morenista está bajo sospecha. Además, en la disputa política al interior de Morena es visto con recelo, exacerbado por los resultados de las investigaciones relacionadas con la importación de combustibles. García Harfuch arrolló en la encuesta para seleccionar candidato en la Ciudad de México, no le dejaron llegar bajo el pretexto de la equidad de género, en su lugar quedó Clara Brugada. En la disputa futura, los bonos del favorito en la sucesión Andrés López Beltrán han disminuido mucho, al tiempo que el secretario de protección ciudadana se revela como la mejor carta en el equipo morenista.
Por todas las consideraciones hace bien la presidenta en cuidarlo y su ausencia en el evento del primer aniversario del gobierno es muestra de que representa el mayor activo y con mayor proximidad a la presidenta Sheinbaum.
Mala, muy mala señal que la presidenta Sheinbaum excluyera de su mensaje las investigaciones de su gobierno por el robo de combustibles, el caso de mayor corrupción en la historia del país. La ocultación da base a la especie de que el gobierno no está dispuesto a llegar hasta sus últimas consecuencias, se pretende blindar a altos funcionarios, incluyendo al almirante Rafael Ojeda. La cuestión es que el tema es parte de la acción criminal concertada con las autoridades norteamericanas, que complica que las indagatorias se conduzcan con criterios políticos, especialmente si se revela que el control de la Marina en las aduanas no se limitaba a la permisividad en la importación masiva de combustibles; incluía la de precursores químicos asociados a la producción de fentanilo y drogas destinados al mercado norteamericano.
La presidenta Sheinbaum enfrenta el mayor reto de su gobierno en el asunto de la corrupción. Sus palabras que la condenan como traición y su decidido llamado a la probidad quedan entre dicho por la impunidad. La sospecha de que los recursos financieros de las acciones criminales sirvieron al fondeo de campañas electorales de gobernador en Baja California, Tamaulipas y Sinaloa, por lo menos, presenta un problema de graves implicaciones. Plantea, asimismo, que en lo sucesivo Morena tendría que competir sin el dinero desviado del erario ni del proveniente de actividades criminales.