Tenemos a la mejor presidenta de México. Más allá de la política de Estado que impulsa para el desarrollo del país, su filosofía es muy clara en relación con el entorno de humanismo que se viene propagando. Lo que ha ido aconteciendo, luego de los desastres que provocaron las fuertes lluvias, nos ha dejado muy claro que la postura del gobierno de Sheinbaum, además de que trae alivio porque no dejará desamparado a nadie, nos hace reflexionar lo sustancial que es tener una autoridad institucional que se preocupe por ti.

En los últimos días, por ejemplo, este impacto desencadenó muchas tragedias que, en términos cuantitativos, hablamos de un porcentaje elevado de número de víctimas y damnificados. Todo eso, desde luego, trae consigo un plan de recuperación a corto, mediano y largo plazo.

La presidenta, haciendo lo propio, ha tomado la determinación de llevar a cabo una estructura de reconstrucción. Ella, de hechos comprobados, demuestra que es una mujer que sabe enfrentar los retos con enorme responsabilidad. Una vez más, de hecho, las condiciones naturales se han puesto a prueba dada la magnitud que provocó la estampida. Eso, sin ir más lejos, lo podemos denominar como una devastación a gran escala. Siendo así, Sheinbaum está tomando las mejores decisiones, primero, de ponerse la camiseta y recorrer los puntos de mayos vulnerabilidad. Con prudencia y mucho tacto, la jefa de Estado ha tenido encuentros con las familias que perdieron todo con el paso de las lluvias. Lo que percibimos, sin duda, es un ambiente propicio para que la calidad de vida mejore. En efecto, la misma presidenta ha ido anunciando un andamiaje de asistencia y, debo decirlo así, eso es de lo que más admiro a estas alturas donde hay que mostrar el cariño por la gente.

Es justo que sea así, pues la población, sobre todo aquella que lo perdió todo, merece un comienzo nuevo con mejores condiciones y un programa de ayuda. Incluso, de lo que más debemos resaltar, es que habrá estrategias para reactivar la economía; es decir, proyectos para abrir el abanico a empleos que favorezcan. La propuesta de Sheinbaum, en efecto, tiene un matiz de humanismo muy notable. Se pone el overol sin importar el terreno que pise. Camina por el lodo; se traslada en camionetas y, de paso, habla con cualquier mecanismo que sirva para que su voz sea escuchada. Inclusive, lo hace con empeño a sabiendas de lo que realmente aqueja a la ciudadanía. Eso, desde luego, cobra mucha relevancia porque se hace de forma directa. Se acabaron aquellos episodios vergonzosos donde el gobierno, especialmente del PRIAN, simulaba la entrega de insumos y alimentos.

En tiempos de Peña Nieto, que más bien protagonizó una telenovela, nunca hizo lo que un gobierno puede llevar a cabo para ponerse en los zapatos de los damnificados. Llegó al grado del cinismo de proponer tandas para reconstruir viviendas. Habíamos visto muchas barbaridades y escándalos del conservadurismo, pero esto sí rayó en el descaro total. Para fortuna de nosotros y de México, el proyecto de la transformación dio un giro total. A veces, por los imponderables que acontecen, es necesario hacer frente antes de que se vaya acrecentando la circunstancia. Sheinbaum, por ejemplo, actuó rápido para movilizar todos los mecanismos para inhibir la situación. Maquinaria, personal de la Sedena, programas, suministros de medicamentos, doctores y personal voluntario es parte de la estructura de avanzada que no ha parado.

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Todo eso habla de la buena planeación. Justamente esa logística, vista desde cualquier ángulo, es el reflejo de un gobierno comprometido. Resolver los problemas, de parte del gobierno, es una obligación inexorable que Claudia Sheinbaum cumple al pie de la letra.

Ha designado tareas: delegó comisiones importantes para cargar con responsabilidades mayúsculas que, propiamente dicho, son para tomar decisiones que sumen a favor. Y alguien que se ocupa de eso, en definitiva, es una administración humanista y empática. Sabemos el dolor que pasan muchas familias. Desde luego, es muy difícil resarcir la pérdida de vidas humanas. Por eso y por muchas razones, en los temas prioritarios de la agenda de la mandataria, sin duda, están todas las personas que padecieron las intensas lluvias en los pasados días. A ellos, claro está, todo el apoyo y la solidaridad. Por eso, al igual que millones de mexicanos, creemos firmemente en la cuarta transformación.