En la Organización Nacional de la Defensa del Deudor (ONDD), nuestro compromiso es claro: empoderar a los mexicanos con la verdad sobre el sistema financiero que tantas veces los ha perjudicado. Por eso, hoy desmontamos el mito del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA), presentado como un salvavidas para los ahorros de la gente común, pero que en realidad fue un rescate multimillonario para banqueros corruptos y grandes empresarios. Treinta años después de la crisis de 1994-1995, conocida como el “Error de Diciembre”, es hora de que los deudores, como tú y tu familia, conozcan la verdadera historia: este no fue un apoyo al pueblo, sino un desfalco que enriqueció a unos pocos y dejó a todos los mexicanos pagando una deuda que aún pesa en nuestros bolsillos.
Imagina que tu sueldo se reduce a la mitad de un día para otro. Eso pasó en diciembre de 1994, cuando el peso mexicano se desplomó, pasando de 3.4 a más de 7 pesos por dólar en semanas. La crisis fue devastadora: la economía del país cayó un 6.2%, los precios se dispararon un 52% y la pobreza creció del 21% al 37 por ciento. Los bancos, recién vendidos a privados entre 1991 y 1992, estaban llenos de deudas impagables –los préstamos malos saltaron del 6% al 44%–. En lugar de exigir responsabilidad a los banqueros, el gobierno de Ernesto Zedillo usó el FOBAPROA, creado en 1990 como un fondo de emergencia, para rescatarlos, convirtiendo sus errores en una deuda pública que todos cargamos.
El costo total: dinero que pagamos nosotros, no para nosotros
En la ONDD, hemos revisado los números oficiales para que entiendas la magnitud del problema: el rescate del FOBAPROA costó 552,000 millones de pesos en 1998 (como 65,000 millones de dólares de entonces). Con intereses y ajustes, hoy supera los 2 billones de pesos –¡imagina todo lo que se podría hacer con eso, como escuelas u hospitales!–. Esta deuda equivale a uno de cada diez pesos que el país debe, y aún faltan 1.5 billones por pagar. Pero, ¿cuánto de ese dinero fue para proteger los ahorros de la gente común, como el dinero que guardas para emergencias?
Pongámoslo en términos claros: de cada 10 pesos gastados en el rescate, solo 2 o 3 pesos fueron para garantizar los ahorros de familias como la tuya –unos 110,000-165,000 millones de pesos que aseguraron que no perdieras tu cuenta de ahorros–. Pero los otros 7 u 8 pesos –el montón grande, unos 330,000-390,000 millones– se usaron para comprar deudas impagables de grandes empresarios que nunca las saldaron. Y el resto fue para salvar bancos quebrados o venderlos a extranjeros. En 1995, por ejemplo, el gobierno compró deudas por 67,122 millones de pesos en un solo año. Es como si tú pagaras la cuenta de un millonario que se fue de fiesta y te dejó el recibo.
Para que lo veas más claro: si el rescate total es como el 9.4% de toda la economía actual de México, la parte para los ahorros de la gente común es solo un 2-3%, mientras que el resto fue un regalo para las élites que causaron el desastre.
Los verdaderos ganadores: banqueros y empresarios que se enriquecieron
En la ONDD, nuestro trabajo es destapar estas verdades. El FOBAPROA no salvó al pueblo, sino que premió a los responsables. Nombres como Carlos Cabal Peniche, dueño de bancos como Cremi y Unión, que debía miles de millones y huyó tras dejar sus deudas al gobierno; Ángel Isidoro Rodríguez, “El Divino”, con deudas enormes en Banpaís; o empresarios como Claudio X. González, Vicente Fox (vía familiares) y Valentín Díez Morodo, todos ligados al poder, se beneficiaron. Bancos como Banpaís, Serfín, Banco Obrero y Banco de Oriente recibieron rescates gigantes, por ejemplo, Banca Unión vio absorbidos 4,500 millones de pesos en deudas, más 700 millones en préstamos extras.
Empresas como Grupo Sidek y Grupo Dina trasladaron sus deudas al bolsillo de todos, mientras los banqueros –muchos conectados al PRI de entonces– escaparon sin castigo. Este “robo” no solo salvó sus fortunas, sino que permitió que bancos extranjeros compraran el sistema financiero mexicano, dejando a los deudores comunes pagando intereses altísimos por préstamos.
La verdad dolorosa: una deuda que nos aplasta a todos
El cuento de que el FOBAPROA “protegió tus ahorros” no resiste la verdad: sí, evitó que la gente perdiera su dinero en el banco, pero a un costo brutal. La crisis destruyó empleos y negocios, y esa deuda privada se volvió pública en 1999 con la creación del IPAB (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario). Hoy, hasta los jóvenes que no habían nacido en los 90 pagan esta deuda vía impuestos –los intereses solos ya duplican el monto original–. Es como si cada familia mexicana tuviera que pagar una hipoteca eterna por los errores de los ricos.
Un rayo de justicia: los bancos pagarán más
En la ONDD, nuestro compromiso es informarte y acabar con estos mitos para que comprendas cómo el sistema financiero ha afectado tu vida. Por eso, te contamos una noticia reciente que marca un paso hacia la justicia: en septiembre de 2025, se aprobó una reforma fiscal que impide a los bancos deducir de sus impuestos las tres cuartas partes de las cuotas que pagan al IPAB por la deuda del FOBAPROA. Esto significa que, a partir de 2026, el gobierno recuperará unos 10,000 millones de pesos al año que antes se perdían en beneficios fiscales para los bancos. No es la solución total, pero es un avance justo: los bancos empezarán a asumir más responsabilidad por el desastre que ayudaron a crear, y ese dinero extra podría destinarse a necesidades reales del pueblo. En la ONDD, celebramos estos pasos, pero seguimos vigilantes para que las decisiones sean transparentes y no solo un aplauso fácil al poder.
La ONDD está aquí para contarte la historia real, sin cortinas de humo, y ayudarte a entender cómo el pasado afecta tu presente.
¡Infórmate, conoce la verdad y toma el control de tu futuro financiero!





